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Tu segundo lugar Santo

Por dondequiera que tú caminas, tú lo que estás es conquistando.  Camina por tu ciudad, diciendo que la vas a poseer, que la vas a conquistar.  Los nuevos lugares donde tú vas a ir, si te mueves del lugar donde estás, los vas a conquistar.  Tiene que haber un momento crucial en tu vida, donde tu consciencia cambie.  Cuando Dios le dice a Josué que haga esto y él envía el pueblo a que comience a hacerlo, Dios le da unas experiencias a Josué.

13 Estando Josué cerca de Jericó, alzó sus ojos y vio un varón que estaba delante de él, el cual tenía una espada desenvainada en su mano. Y Josué, yendo hacia él, le dijo: ¿Eres de los nuestros, o de nuestros enemigos? 14 El respondió: No; mas como Príncipe del ejército de Jehová he venido ahora. Entonces Josué, postrándose sobre su rostro en tierra, le adoró; y le dijo: ¿Qué dice mi Señor a su siervo? 15 Y el Príncipe del ejército de Jehová respondió a Josué: Quita el calzado de tus pies, porque el lugar donde estás es santo. Y Josué así lo hizo.”  Josué 5:13-15

Esta es una experiencia sobrenatural, un momento crucial en la vida de Josué.  Él ya había dado instrucciones al pueblo, y este había comenzado a prepararse; circuncidan a los hombres, preparan la comida que Dios pidió que prepararan, se levanta expectativa, mandan los espías, están a punto de comenzar a conquistar a Jericó, que estaba bien cerrada; aquel era un gran problema.  Y antes de que Josué hiciera algo más, tiene un encuentro con Dios.  ¡Gloria a Dios por esos encuentros!  Aquel momento crucial se parecía al que tuvo su mentor, Moisés.  Cuando Moisés estaba solo en el desierto, sintiéndose fracasado, Dios lo llama desde la zarza ardiendo, y cuando se acerca, Dios le dice: Quita el calzado de tus pies, porque el lugar donde estás es santo.  Este acto de fe solo aparece en dos ocasiones en la Biblia; solo a dos personas se les pide que quiten el calzado de sus pies, porque el lugar en que estaban era santo.  Cuando algo en la Biblia se repite dos veces, es relevante su importancia, y debemos entender lo que significa en cada ocasión.

Dios no quería que ninguno de estos dos hombres diera un paso más, sin un encuentro divino.  Dios no quería que comenzaran a caminar por una nueva temporada, una nueva época, un nuevo lugar, sin un encuentro con Dios.  En tu vida, no tan solo basta una buena palabra, ir a un servicio, recibir palabra; es necesario que tú le pidas a Dios: Yo quiero un encuentro contigo.  Que tú le digas: Yo no me muevo de este lugar, no hago nada, si no tengo un encuentro, una experiencia contigo.  Tu experiencia es diferente a la de otros; a Moisés le habló con una zarza, a Josué con un ángel; Dios va a hablarte de manera que tú entiendas y puedas tener la seguridad de que Él va contigo.

Moisés fue llamado a libertar al pueblo de Israel; por lo tanto, Dios le dice que está en un lugar especial, un lugar santo, para prepararlo para que camine como libertador de todo aquel pueblo.  Pero en cuanto a Josué, no estamos hablando de un hombre que tiene que libertar un pueblo, sino de uno que tiene que poseer una tierra.  La pregunta para ti hoy es: ¿Puedes tú encontrar un lugar santo en tu vida?  ¿Habrá algo santo en medio de todo lo que te está pasando?  ¿Podrás tú mirar a tu alrededor y decir: Este lugar es santo?  ¿O todo lo que ves es problemas y dificultades?  El primer lugar santo en tu vida, es aquel donde tú un día encuentras el poder libertador de Dios.  Un día llegas a un lugar, estando lleno de problemas, de dificultades, llegas y tienes un encuentro con Dios, y desde ese día comienzas a caminar hacia tu libertad.  Hay a quienes Dios ha sacado de la droga, de la depresión, de los vicios, de la calle.  Un día llegaste no tan solo a un lugar físico, sino uno espiritual, emocional.  Un día estabas tan cansado de la vida que llevabas, que llegaste a un lugar donde alguien te predicó la palabra y le entregaste tu vida al Señor.  Ese lugar y ese momento se convirtió en uno santo.  Desde ese día te quitaste los zapatos viejos que tenías y tu libertad comenzó porque, en medio de tu crisis, de tu dificultad, Dios hizo un lugar santo en tu vida, y tú pudiste verlo; un lugar separado por Dios para que tu vida comenzara en un nuevo camino de libertad.

El problema es que la iglesia solo se queda con ese lugar santo, pero hay un segundo lugar santo.  El segundo lugar santo es donde tú tienes una experiencia en medio de tus dificultades, de tus crisis.  Ya tú no necesitas libertad; ya Dios te libertó, te sacó del pasado, pero no has tenido un nuevo lugar santo que te diga: Este es el camino para poseer lo que Dios tiene para ti.  Estás tan lleno de problemas que todo lo que Dios trae, piensas que está en contra tuya.  Josué ve aquel ángel con la espada desenvainada, y lo primero que piensa es: ¿Estás en contra o estás con nosotros?  Dios no responde –porque eso no es lo que importa – y dice: Tú estás en un lugar santo; desde aquí tú vas a empezar a conquistar.

En medio de tu dificultad, ¿has encontrado tú un lugar santo?  ¿O todo lo que tú has visto es destrucción?  Tú estás en un lugar santo.  Has visto la mano de Dios en el lugar donde estás, y eso lo que te dice es que tú estás caminando hacia algo más grande.  Ese lugar te dice que vas hacia algo más poderoso; que Dios te ha traído hasta aquí, y que vas camino a algo más grande.  Si tú no puedes ver el lugar santo, nunca podrás entrar a lo nuevo de Dios para tu vida.  Hay lugares físicos, emocionales, espirituales en tu vida, que cambian tu dirección.  Si un día vas a la fiesta incorrecta, eso puede cambiar tu vida, y ese lugar se puede transformar en uno de maldición; pero Dios tiene un lugar santo nuevo para ti, para que camines hacia lo nuevo que Él tiene para ti.  La pregunta es si tú lo puedes ver.  ¿Puedes ver algo santo en tu problema hoy?  Y si te preguntas cómo vas a ver algo santo, habiéndose acabado el maná, tú necesitas entender que lo santo es precisamente que se acabó el maná porque lo santo lo que te dice es que hay algo más grande para tu vida.  Solo Dios sabe cuánto te estaba estancando ese maná, ese cliente, ese negocio que perdiste; y solo Dios sabe cuánto más Él tiene para ti adelante.  Lo único que se te pide es que, desde este lugar santo, tú te esfuerces y seas valiente.  Ya caminaste una vez para salir de la esclavitud; camina ahora para poseer lo que Dios tiene para tu vida.

Fuente:
pastor Otoniel Font | Puerto Rico

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