Cuando hablamos de la esperanza, por lo general, se entiende que el mensaje es para aquel que no tiene esperanza. Y sí, hay gente fuera de la iglesia que no tiene esperanza, como también puede que haya gente en la iglesia que tampoco la tenga. Pero el reto más grande que hay en la iglesia es que hay muchos que tienen esperanza, pero no se trata de tu esperanza, sino de la esperanza de Cristo; Y tú te debes preguntar si tú eres lo suficientemente valiente para cambiar tu esperanza por la esperanza de Cristo en ti.
“a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria,” Colosenses 1:27
Por lo general, la enseñanza en cuanto a este verso es que, si no tienes a Cristo, no tienes esperanza, y si lo aceptas, ahora tienes esperanza; Y esto es muy cierto. También decimos que, si en un lugar no hay esperanza, y tú tienes a Cristo en ti y llegas a ese lugar, ahora hay esperanza. Pero hay un nivel más grande, y es cuando tú cambias tu esperanza por la esperanza de Cristo. Lo que pasa es que no todo el mundo tiene el valor para hacerlo.
Tú puedes tener un sueño, y tener la esperanza de que se cumpla, y la voluntad y los recursos para que así sea; Pero Dios te dice: Cambia tu esperanza por la mía. Prepárate en el área en la que siempre has querido desempeñarte; Pero, si un día Dios te llama, tú tienes que ser capaz de dejar tu esperanza por la esperanza de Cristo en ti. Tú nunca debes ser nada en la vida que tú no estés dispuesto a dejar para ser lo que Dios quiere que tú seas.
La fe no se manifiesta únicamente por lo que persigues, sino por lo que dejas para perseguir lo que Dios quiere que tú persigas.
Uno de los problemas más grande de mucha gente es que tiene esperanza, fuerza de voluntad, y recursos. El problema de mucha gente por el cual nunca llegan a donde tienen que llegar es que no todo el mundo está dispuesto a ceder su esperanza, por la esperanza de Cristo. Y hay recompensa para aquellos que son capaces de entregar su esperanza.
Tú no debes tomar una decisión por la situación económica de tu país, sino por lo que Dios quiere que tú hagas; Tu esperanza te puede dictar una cosa, pero pregúntate qué dice la esperanza de Dios. ¿Estás tú dispuesto a dejar tu esperanza por la esperanza de Cristo en ti? Porque siempre hablamos de lo que esperamos de Él, pero ¿qué de lo que Él espera de nosotros? ¿Qué de lo que Él espera de ti?
