Cuando miramos la manera en que Dios quiere que trabajemos con nuestras finanzas, podemos ir aún mucho antes del periodo de la ley. Antes de que Dios organizara al pueblo a través de la ley de Moisés, hay 3 cosas que Dios institucionalizó a través de los hombres. En ningún lugar de la Biblia, antes de la ley, se obliga a hacerse alguna de estas 3 cosas. Sale espontáneo del hombre hacerlo, lo cual nos dice que fue una revelación directa de Dios que ellos tuvieron para hacer estas 3 cosas, las cuales tienen un efecto directo en nuestra relación con Dios y en nuestras finanzas. Cuando llega el periodo de la ley, Moisés las regula para todo el pueblo, para que nadie las hiciera como mejor le pareciera, sino de una manera específica. Pero, si miramos el periodo anterior al de la ley, no vemos a Dios ordenando alguna de estas cosas. ¿Cuáles son estas 3 cosas?
Los sacrificios. Ya hoy no tenemos que hacer sacrificios de sangre. Este es el primer sacrificio que vemos en la Biblia. Caín y Abel, en Génesis 4, ofrecen sus ofrendas; Abel lleva un sacrificio de sangre, mata a un animal, mientras que Caín lleva frutos. Y Dios acepta el sacrificio de Abel y no el de Caín. Ahora, Abel lo que presentó fue una ofrenda de sangre, un sacrificio, lo cual representa la remisión de nuestros pecados. Como el hombre había fallado a Dios, tenía que haber muerte de por medio para el hombre sentirse tranquilo de que estaba bien con Dios.
Pero, ¿de dónde salió eso? No se nos dice que Adán y Eva le enseñaran a Caín y Abel a hacerlo. Se entiende que sale de Dios mismo. Cuando Adán peca, se cubre con hojas; pero todo intento del hombre de cubrirse ante Dios es inútil; Adán se hace delantales, cubriendo lo que ve, mas no lo que no ve. Y, ¿qué hace Dios? Mata un animal, y le cose una ropa de pieles, diciéndole: Con este sacrificio, yo te cubro completo; lo que tú ves, y lo que tú no ves. Así que Dios institucionaliza ese sacrificio; y el hombre, cada cierto tiempo, iba delante de Dios; porque el sacrificio de la carne natural de un animal duraba poco tiempo. Así que, cada vez que el hombre pecaba, hacía un sacrificio. Nosotros no tenemos que hacer eso porque Cristo murió por nosotros, derramando su sangre en la cruz del Calvario. Ahora reclamamos la sangre del Cordero que fue derramada en la cruz del Calvario; te presentas ante Dios reclamando la sangre de Cristo sobre ti, y Dios no te ve a ti, sino a Cristo en ti. Por eso, dice la Biblia, que tú te puedes acercar confiadamente al trono de la gracia para hallar oportuno socorro. Así que, la confianza que tú puedes tener en Dios, no viene por tus obras, sino por lo que Él hizo por ti en la cruz del Calvario. Después Moisés lo hizo parte de la ley, estableciendo especificaciones acerca de cómo hacer el sacrificio.
El día de reposo. Cuando Moisés lo pone en la ley, dice: Recuerda el día de reposo. Al decir recuerda, quiere decir que el hombre venía acostumbrado a tener un día de reposo. Y el hombre aprendió de Dios a reposar; porque Él trabajó 6 días, y descansó y contempló todo. Y, si hay algo en el reino de Dios, que te ayuda a ti financieramente, es descansar. Muchos no prosperan porque no tienen suficiente descanso. Todos tenemos que, durante la semana, tener un periodo de reposo, de descanso. Más adelante, en la ley de Moisés, Dios pide que hasta la tierra descanse, cuando dice que la cultiven 6 años y el 7mo la hagan descansar. Así que, en el 6to año, Dios tenía que traer suficiente abundancia para que la gente comiera el 7mo y el 8vo. Tenían que confiar que, al permitir ese descanso, la cosecha sería mayor. Y, si algo va a cambiar tu sistema financiero en tu vida, es aprender a descansar apropiadamente.
Tu tiempo de reposo es tu tiempo de relación con Dios; este tiempo de devocional diario es parte de tu tiempo de reposo. ¿Para qué Dios usó el día de reposo? Para mirar lo que había hecho; y fue ahí que descubrió que le faltaba algo, y lo hizo en el día 8. Vio que todo era bueno, salvo que el hombre estuviera solo; y creó a la mujer. Tu día de reposo es para reflexionar en lo bueno que ha sido Dios, y para que identifiques lo que falta para encargarte de eso la semana siguiente. Si tú quieres libertad económica, aprende a dormir tranquilo, a descansar, a coger las cosas con calma.
El diezmo. En Génesis 14, vemos el momento en que Abraham viene de pelear contra Sodoma, viene de una grande victoria, en prosperidad, con el ego arriba, y sale Melquisedec, le da pan y vino, y lo bendice.
“19 y le bendijo, diciendo: Bendito sea Abram del Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra; 20 y bendito sea el Dios Altísimo, que entregó tus enemigos en tu mano. Y le dio Abram los diezmos de todo.” Génesis 14:19-20
La bendición que declaró Melquisedec sobre Abraham fue recordarle que lo que tiene no fue por su fuerza. Tú quieres bendición, pero hay otra bendición que no sea: Bendito Dios, que todo lo que tú tienes le pertenece a Él. Melquisedec lo que hizo fue decirle a Abraham que no se le suba a la cabeza, que aquello que tenía vino de Dios; y Abraham dio los diezmos de todo. Abraham dio los diezmos porque recordó que no había manera que, con aquel pequeño grupo de sirvientes, él tuviera la victoria que tuvo ante aquellos reyes; aquello tenía que haber sido Dios. Luego de dar los diezmos, Abraham recibe una oferta del rey de Salem, la cual rechaza, queriendo decir que él no confiaba en el sistema del mundo, sino en el sistema de Dios.
“Después de estas cosas vino la palabra de Jehová a Abram en visión, diciendo: No temas, Abram; yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande.” Génesis 15:1
Cuando tú diezmas, lo próximo que viene es la palabra de Dios, diciéndote: No temas. Dios es tu protección y tu provisión, tu escudo y tu galardón.