Ahora mismo estamos viendo un mundo que se debate ante serios problemas, materiales y espirituales. La gente no sabe qué hacer y su preocupación va en aumento día a día, cuando ve que la naturaleza está enfurecida por la gran contaminación que el hombre ha desatado y su consecuencia desastrosa. En esta última década se han registrado los más mortíferos terremotos, tsunamis, ciclones, tornados, inundaciones y deslaves.
Los problemas ambientales, económicos y sociales, se refieren a situaciones ocasionadas por actividades, procesos o comportamientos humanos, económicos, sociales, culturales y políticos, entre otros; que trastornan el entorno y ocasionan impactos negativos, y no se limitan a un país o región, si no que semanifiestan extensa e intensamente por todo el planeta caracterizado por la contaminación y obstrucción en todo el mundo.
Pero otros de los problemas que sufre la humanidad son las guerras, los rumores de guerras, las pestes, las enfermedades incurables como el cáncer y el SIDA, la hambruna, las crisis económica, la inversión de valores, el narcotráfico, lavado de activos, legalidad del aborto y de los matrimonios entre el mismo sexo; homicidios, terrorismo, femenicidios, alto costo de la vida, la impunidad y la corrupción en todas sus vertientes. Recordemos que el mundo está bajo el maligno.
¿Cómo podríamos cambiar esas aberrantes situaciones que actualmente sufre el mundo a causa del hombre que se ha corrompido a causa del pecado? Nosotros los cristianos somos los que tenemos la responsabilidad, con la ayuda del Señor Jesucristo y su palabra, de cambiar estas aberraciones, que nos afectan, como embajadores que somos de Dios aquí en la tierra, predicando el Evangelio de Salvación y Vida Eterna.
Querido hermano y hermana que lees este mensaje, el Señor ha dicho de ti y nosotros que somos luz del mundo. Mateo 5:13. Que si bien es cierto en otro tiempo vivimos alejados del Señor metidos en las cosas del mundo sirviéndole a la avaricia, haciendo cosas deshonestas, adorando ídolos mudos, sumidos en peleas y discusiones sin sentido, hoy por la gracia y la misericordia de Dios hemos sido rescatados para ser luz del Señor. Efesios 5:8.
Entonces tú y yo tenemos la responsabilidad de mantener viva esa llama de vida, esa luz que nos ha de convertir en solución frente a todos los problemas y sinsabores de este mundo. Y para ser verdaderos hijos de Dios, de la luz, tenemos que someternos al Señor, entiéndase bien solo en la sumisión al Señor , al Dios de la Vida, tendremos fuerzas y coraje para vencer el mal e iluminar con nuestro testimonio de amor cada sitio, lugar y momento en que nos encontremos. Santiago 4:7-8 y 10. Y para lograr ese propósito tenemos que permitir que sea Dios el que nos prepare.
Es necesario que entendamos también que solo en esa sumisión a Dios, en esa actitud de apertura a Dios, tendremos el terreno abonado para que el nos forme, nos eduque, nos moldee a través del conocimiento de su palabra, para que entendamos que nuestra capacidad viene de Dios. 2 Corintios 3:4-5; y que su poder se revele a través de nosotros los cristianos..
Porque El así lo ha dicho: pondré mi ley en cada uno de ustedes, ¿pero como la pondrá, si no estudiamos la palabra a profundidad, si nos quedamos en emocionalismo, si no hay cambios de actitud, si no se da una reestructuración de nuestros pensamientos? Hebreos 8: 10.
Tenemos que crecer en gracia y conocimiento de las cosas de Dios 2 Pedro 3:18 porque no podemos vivir lo que no sabemos, no podremos practicar y vivir si la palabra del Señor no está metida en nuestro ser.
Y crecemos en gracia cuando nos apartamos del mal, de lo sucio, de lo inmundo, de lo perverso, de ese culto fariseo a Dios donde creemos que moviéndonos al ritmo de la música mundana descenderá el Espíritu de Dios a nuestras vidas; falso, el espíritu de Dios se mueve cuando nos apartemos del mal y la mentira. 2 Timoteo 2:19.
Alejados del mal y llenos del Espíritu Santo tendremos el coraje para pelear la buena batalla de la fe, 1 Timoteo, 6:11. Y desde allí queridos hermanos y hermanas, sólo desde allí podremos ser hacedores de la palabra, Cristos vivos, templos que deambulan por el mundo atrayendo como un imán a todos los que han de ser salvos. Santiago 1:22.
Y cuando hagamos todo esto entonces se cumplirá el propósito de Dios en nuestras vidas, cual es, el ser santos, Tesalonicenses 4:6. Porque tú y yo sabemos que sin santidad nadie verá al Señor, Hebreos 12:14; si somos santos seremos instrumentos efectivos para Dios, para cumplir exitosamente su propósito de salvar a los perdidos que son como la arena del mar. Mis bendiciones para todos los lectores.