“Porque a la verdad David, habiendo servido a su propia generación según la voluntad de Dios, durmió.” Hechos 13:36
Cuando estaba en la Universidad a menudo frecuentaba un Cementerio que se encontraba cerca. No, no estaba loco ni tampoco quiero que piense que era un tipo raro. Esto lo hacía para buscar la paz y distencionarme un poco en un lugar tranquilo, pues literalmente nadie te molesta allí. Una cosa que me llamaba la atención era leer los epitafios escritos en la lápida o la tumba de muchos muertos allí. Por ejemplo decían: Siempre serás recordado; Fuiste el mejor padre e hijo; Dejaste un enorme vacío, etc.
Tus acciones hablan más fuerte que tus palabras. Tú serás recordado más por lo que tú haces y menos por lo que tú dices.
El mundo comercial con su “Black Friday” nos rodea diariamente para que consumamos esto y aquello. Inclusive muchos Cristianos han adoptado esta mentalidad de “consumismo” en la Iglesia y dicen si no recibo lo que necesito en esta iglesia me voy a otra porque necesito que sirvan a mis necesidades.
El Epitafio de David en su tumba dice: “Aquí yace David quien sirvió a su propia generación según la voluntad de Dios! El servicio a Dios y los prójimos es el mayor Epitafio para la vida de uno. Dios nos ha creado para servir y no para ser servidos. Es más la Biblia nos dice que es mejor dar que recibir.
Solo tenemos una oportunidad de servir a nuestra generación, por ello has que esto cuente para la eternidad.
Tengo que conocer a mi generación y comenzar a servirle a ella según la voluntad de Dios. Para esto necesito estar conectado a Cristo, tener Su mente y obedecer Su voluntad.