Sé que hay momentos en los que es difícil hablar de «renovación espiritual» o de «sanidad del corazón» cuando hay facturas sobre la mesa que no sabes cómo pagar.
La angustia financiera es real. Nos roba el sueño, nos llena de ansiedad y, a veces, nos hace sentir que Dios se ha olvidado de nuestra dirección.
Vivimos pensando: «Si tan solo tuviera más dinero, tendría paz».
Pero quiero compartirte una verdad espiritual que cambió mi vida y que es un pilar en mi caminar: El dinero no cura la pobreza; la identidad sí.
La Biblia nos da una clave poderosa en 3 Juan 1:2: «Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma».
Fíjate en el orden. La prosperidad externa está ligada a la prosperidad de tu alma.
En Mujer Totalmente Nueva, habló mucho sobre romper ciclos y renovar nuestra mente . Esto aplica también a nuestras finanzas.
A veces, nuestras manos están vacías porque nuestro corazón está lleno de miedo. A veces, no podemos administrar la bendición de Dios porque seguimos operando con una «mentalidad de escasez», creyendo que nunca somos suficientes o que no merecemos lo bueno. A veces, repetimos los errores financieros de nuestros padres porque no hemos roto las maldiciones generacionales ni sanado nuestra historia.
Dios quiere proveerte, sí. Él es Jehová Jireh. Pero Él no deposita tesoros nuevos en bolsillos rotos.
Si tu alma está herida, si vives desde la identidad de «víctima» o de «huérfana», te costará mucho retener y multiplicar lo que Dios te da.
Para que tus finanzas cambien, primero debes cambiar tu mentalidad. Necesitas ser transformada de adentro hacia afuera. Necesitas dejar de verte como la mujer que «siempre lucha para llegar a fin de mes» y empezar a verte como la hija del Rey, administradora de sus recursos.
La verdadera abundancia comienza cuando sacamos la basura emocional del temor, la envidia, la sensación de indignidad y permitimos que Dios ocupe ese espacio. Cuando tu alma prospera, cuando eres libre y nueva por dentro, tus decisiones cambian, tu visión se aclara y las puertas se abren.
No busques solo el recurso; busca la renovación.
Oremos juntas
Padre Celestial, hoy traigo ante ti mi situación económica. Conoces mis necesidades y mis preocupaciones. Pero también reconozco, Señor, que a veces mi propia mentalidad de escasez y mis heridas pasadas han bloqueado tu fluir. Hoy te pido que prosperes mi alma. Siéntate del miedo a la falta. Rompe en mí toda mentalidad de pobreza y renuévame. Enséñame a verme no como una víctima de la economía, sino como una hija amada y provista. Que mi vida externa refleja la sanidad que estás haciendo en mi interior. En el nombre de Jesús, Amén.
Amada, si sientes que tus finanzas están estancadas, tal vez es hora de mirar qué está pasando en tu mundo interior. Dios quiere hacerte una mujer nueva, capaz de manejar bendiciones nuevas.
En Mujer Totalmente Nueva, te guío por el proceso de limpiar tu corazón y renovar tu mente, para que puedas recibir todo lo que Dios tiene preparado para ti, en todas las áreas de tu vida.
con amor y oraciones,
