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Tu caminar con Dios

Una cosa es vivir en el Espíritu; otra, caminar en el Espíritu. En el Antiguo Testamento, en varias ocasiones, vemos esa expresión de caminar con Dios; no se usaba el término Espíritu Santo, sino Jehová. Se nos dice que Enoc caminó con Dios, fue perfecto, y fue liberado de la muerte. Se nos habla de que Noé caminó con Dios. Dios le dice a Abraham: Camina delante de mí, y sé perfecto. Le pide a Salomón que camine como su padre, David, delante de Él. De estos, destaca Enoc, de quien no conocemos parte pecaminosa, sino que fue perfecto; de Noé, conocemos sus historias, también de Abraham y de David. Conociendo las debilidades de estos, la Biblia los utiliza como ejemplos de gente que logró caminar con Dios. Así que, caminar con Dios no depende de tu perfección natural, de que vivas bajo el estándar que el mundo pretende, sino que Dios mira tu caminar con Él de otra manera.

Esta gente no vivió bajo la ley; no vivieron bajo periodos de la ley de Moisés. Aun en tiempos de David, lo que predominaba era la conexión con el sacerdote, con el ministerio profético. El caminar con Dios no puede depender de la ley, sino que es una relación con el Espíritu. Es imposible para nosotros cumplir naturalmente con todas las reglas; si fuera por eso que se determinara tu caminar con Dios, todos fracasaríamos. Así que, el caminar con Dios no depende de reglas, de regulaciones, sino definitivamente de una relación con Dios.

“ ¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?” Amós 3:3

¿Puedes tú caminar con Dios, si no te pones de acuerdo con Él? No; la única manera de tú caminar con Dios, es si estás de acuerdo con Él; y no se trata de que Dios camine a tu manera; tú tienes que ajustarte a la manera de Dios. No es lo mismo que tú tengas el negocio que Dios te dio, a que tú te inventes un negocio que tú quieres que Dios bendiga. Hay gente que quiere ajustar a Dios a su forma, a su manera, y decir que Dios camina con ellos; pero no. Tú no puedes caminar con Dios si no estás de acuerdo con Él, pero estar de acuerdo con Dios no es que Él se pone de acuerdo contigo, sino que tú te alineas a Él, y no Él a ti. Dios no cambia; Él es el mismo ayer, hoy y siempre; lo que Él esperaba ayer, es lo que espera hoy. Así que, si tú quieres caminar con Dios, eres tú quien tiene que alinearse a Él, para poder caminar juntos.

“Era Abram de edad de noventa y nueve años, cuando le apareció Jehová y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí y sé perfecto.” Génesis 17:1

Abraham era ya de 99 años en este momento, así que este no era el comienzo de su relación con Dios; llevaba ya más de 25 años de haber tomado el paso de fe de salir de casa de su padre y de su parentela; llevaba 25 años caminando, según él, por fe; pero ahora Dios le dice: Camina delante de mí y sé perfecto. Así que, tú puedes estar en la iglesia, tener una relación con Dios, y no estar caminando necesariamente como Dios quiere que tú camines. Abraham llevaba 13 años pensando que el hijo que tiene se lo dio Dios, cuando no se lo dio Dios. El silencio de Dios no quiere decir que Dios aprueba algo. Dios no le dijo nada a Abraham por 13 años, porque no hay peor sordo que el que no quiere oír. Así andan muchos, con Ismael, creyendo que Dios se los dio; y, por más que se les diga lo contrario, en su mente, fue Dios. Cuando físicamente Abraham ya no podía engendrar, tiene un encuentro con el Shaddai, el Todopoderoso, quien le dijo: Anda delante de mí y sé perfecto.

Qué poderoso que tu relación con Dios, sin importar cuántos años lleves con Él, siempre se puede mejorar; Él te va a exigir que tú mejores tu forma de caminar. Esa palabra perfecto no se refiere a perfecto de acciones, sino lo que inglés sería wholehearted o de todo corazón. Camina delante de mí, de todo corazón. Por eso es que Dios admiraba tanto a David. A pesar de los pecados de David, si algo sabía Dios es que todo el corazón de David era de Dios. Todo lo que hacía David era por agradar a Dios; no pudo construir el templo, pero guardó todo el dinero para que otro lo hiciera; y Dios decía: Este hombre es conforme a mi corazón. Perfección, no es no cometer errores; Dios no le pidió a Abraham que no cometiera más errores, sino que, en adelante, todo su corazón lo dirigiera hacia Dios. Podríamos pensar que ya Abraham tenía su corazón hacia Dios, pero se acostó con la sirvienta, le gustó más la manifestación de la promesa, que servir a Dios. Cuando ya no podía hacer más nada, entonces Dios le pide que camine delante de Él y fuera perfecto; pero, la única manera de poder hacer esto, es conociendo el Shaddai, el Todopoderoso.

El Shaddai es el Más que Suficiente. Solo quien ha hecho de Dios toda su vida, puede caminar delante de Él; solo aquel para quien Dios es más que suficiente. Abraham tenía que conocer al Dios Todopoderoso porque él no tenía fuerzas para embarazar a ninguna; tenía que depender totalmente de Dios, y caminar en perfección de corazón.

Para caminar con Dios, tú tienes que conocer que Él es más que suficiente para tu vida, que Él es Todopoderoso. En Dios y de Dios es que tú te recuestas, que tú dependes. Tú no necesitas nada más para traer satisfacción a tu vida. Quizás te sientes solo, has estado dependiendo de tus fuerzas, encerrado en tus circunstancias; tú necesitas caminar delante de Dios, y dirigir todo tu corazón a Él; y para esto, tú tienes que entender que Él es más que suficiente para tu vida. Si no conoces que Dios es Todopoderoso, tu corazón será fácilmente atraído a las cosas erróneas.

Sansón se acostó con montón de prostitutas, y Dios todavía seguía usándolo. El problema fue Dalilah, no por acostarse también con ella, sino por haberle entregado el corazón a la mujer incorrecta. El corazón de Sansón siempre debió haber sido para Dios porque, a pesar de tus errores, si el corazón es para Dios, Él puede perdonar todas las cosas, Él limpia tu vida y continúa usándote; el problema es entregarle el corazón a la persona incorrecta. Cuando tú entregas el corazón a la casa, a una persona, a las cosas, al negocio; el día que todo eso se vaya, también tu corazón se va. Por eso, tu corazón completo lo tiene que tener Dios, y todo lo demás es añadidura. Y, cuando te falta algo o alguien, Dios sigue siendo más que suficiente. Camina con Él.

Fuente:
Pastor Otoniel Font

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