Romanos 8:28 Este día vamos a reflexionar en tres palabras o tres conceptos de suma importancia en la vida de un cristiano, son palabras que tenemos que comprenderlas y tenemos que vivirlas para poder verdaderamente agradar a Dios con nuestra vida.
¿Cuáles son esas tres palabras de las que estamos hablando? Esas tres palabras son: PROPOSITO, VOLUNTAD Y OBEDIENCIA.
Veamos cada una de ellas a la luz de la palabra de nuestro Dios:
PRIMER PALABRA: PROPÓSITO (VS 28)
Desde el momento que recibimos a Cristo como Señor y salvador tenemos un propósito divino en nuestra vida es decir que el objetivo principal en la vida de un hijo de Dios es cumplir el propósito de nuestro Padre celestial.
¿Qué es un propósito? es avanzar hacia una meta o proyecto que se quiere alcanzar, es un objetivo que se desea lograr.
Dios tiene propósitos que quiere cumplir en este mundo, en nuestra sociedad, en nuestro país, en nuestra familia, en nuestro vecindario, en nuestro municipio, y para llevar a cabo esos propósitos nos ha dado el privilegio a cada uno de nosotros por medio de nuestra vida.
Muchas veces no podemos conocer o comprender cual es el propósito de Dios para nuestra vida, pero tenemos que confiar que Dios SI TIENE un propósito que cumplir por medio de nuestra vida, aunque no lo alcancemos a comprender (Salmo 138:8 / Isaías 55:8-9)
Nosotros como cristianos tenemos que tener bien claro que Dios puede cambiar de plan, pero no de propósito, el propósito no puede ser alterado, es incambiable, de manera que, si alguien no lo cumple el propósito, si alguien no quiere, si alguien es indiferente, Dios se busca otra persona (1 Samuel 13:14) pero su propósito permanece, las personas pueden cambiar en los planes de Dios, pero sus propósitos no.
Es por eso por lo que es muy importante comprender que el propósito es el objetivo, es el destino al cual Dios quiere llevarnos, es la meta suprema de nuestra vida.
SEGUNDA PALABRA: VOLUNTAD DE DIOS (ROMANOS 12:2)
La voluntad de Dios es el camino que debemos seguir, es la ruta por donde debe de ir el cristiano que anhela cumplir con el propósito de Dios en su vida.
Nosotros los cristianos tenemos que tener algo muy claro en nuestra vida: No se puede cumplir el propósito de Dios si no hacemos su voluntad.
Es decir que EL PROPOSITO ES LA META, y LA VOLUNTAD DE DIOS ES EL CAMINO.
La voluntad de Dios es lo que cada uno de nosotros buscamos para poder cumplir el propósito de Dios en nuestra vida.
Un cristiano que no busca la voluntad de Dios estará cumpliendo el propósito o el objetivo de el mismo, o de sus amigos, o de su pareja, o de sus padres, pero no el de Dios, y es por eso por lo que muchos cristianos viven vidas sin sentido, vidas vacías, vidas frustradas aun siendo hijos de Dios.
Pero ¿Cómo podemos conocer la voluntad de Dios para nuestra vida? La única forma es por medio de la comunión personal con él, (Salmo 25:4 / Salmo 143:10)
TERCER PALABRA: OBEDIENCIA (2 CORINTIOS 10:5)
Ya aprendimos que el propósito es la meta y la voluntad de Dios es el camino, pero la obediencia es el ingrediente indispensable para hacer la voluntad de Dios y cumplir su propósito.
Nuestra fe produce obediencia, pues no basta con solamente conocer la voluntad de Dios, sino que tenemos que obedecer y cumplir su voluntad.
La obediencia significa hacer realidad las palabras de nuestro Señor Jesús: Negarnos a nosotros mismos, tomar la cruz cada día y seguir el camino de su voluntad no la nuestra.
CONCLUSIÓN: Es tan importante cumplir el propósito de Dios en nuestra vida que nuestro Señor Jesucristo dijo claramente que cuando la sal pierde su sabor, es decir cuando la sal no cumple su propósito YA NO SIRVE MAS PARA NADA (Mateo 5:13) recordemos cada día de nuestra vida estas tres palabras: Propósito, Voluntad y Obediencia.