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Tres elementos indispensables para ver las maravillas de Dios

2 REYES 4:1-7 Una mujer, de las mujeres de los hijos de los profetas, clamó a Eliseo, diciendo: Tu siervo mi marido ha muerto; y tú sabes que tu siervo era temeroso de Jehová; y ha venido el acreedor para tomarse dos hijos míos por siervos. 2 y Eliseo le dijo: ¿Qué te haré yo? Declárame qué tienes en casa. Y ella dijo: Tu sierva ninguna cosa tiene en casa, sino una vasija de aceite. 3 él le dijo: Ve y pide para ti vasijas prestadas de todos tus vecinos, vasijas vacías, no pocas.4 Entra luego, y enciérrate tú y tus hijos; y echa en todas las vasijas, y cuando una esté llena, ponla aparte. 5 y se fue la mujer, y cerró la puerta encerrándose ella y sus hijos; y ellos le traían las vasijas, y ella echaba del aceite.6 Cuando las vasijas estuvieron llenas, dijo a un hijo suyo: Tráeme aún otras vasijas. Y él dijo: No hay más vasijas. Entonces cesó el aceite.7 Vino ella luego, y lo contó al varón de Dios, el cual dijo: Ve y vende el aceite, y paga a tus acreedores; y tú y tus hijos vivid de lo que quede.

En esta preciosa historia encontramos a una mujer que estaba pasando por tiempos muy difíciles en su vida: Su esposo había muerto, es decir que era una mujer viuda y desamparada, tenía deudas que no podía pagar, y el acreedor, la persona que le había prestado el dinero, había llegado a su casa para llevarse a dos de sus hijos en pago por la deuda, lo cual significaba perder su esperanza, pues seguramente sus hijos eran su ayuda y proveían el sustento para su casa.

Pero esta mujer aun en ese momento de aflicción y de angustia, tomó una decisión muy acertada: FUE A BUSCAR A ELISEO, ÉL PROFETA DE DIOS para recibir una respuesta de parte del Señor.

Eliseo al escuchar la historia de lo que esta mujer estaba enfrentando le hizo una pregunta ¿Que tienes en casa? esa mujer lo único que tenía era una vasija de aceite.

Posiblemente podamos pensar que eso no era nada, que una vasija de aceite es demasiado poco para poder solucionar un problema, pero la palabra de Dios nos muestra que para nuestro Dios las cantidades no son importantes, él puede hacer maravillas independientemente si lo que tenemos puede ser muy poco o mucho, (1 Samuel 14:6) Dijo, pues, Jonatán a su paje de armas: Ven, pasemos a la guarnición de estos incircuncisos; quizá haga algo Jehová por nosotros, pues no es difícil para Jehová salvar con muchos o con pocos.

Pero también en esta historia podemos comprender que para el Señor lo verdaderamente importante son TRES ELEMENTOS que son indispensables para que él haga maravillas en nuestra vida, veamos en el texto cuáles son estos elementos:

  • HUMILDAD: (Vs 2-3) Eliseo le dijo: ¿Qué te haré yo? Declárame qué tienes en casa. Y ella dijo: Tu sierva ninguna cosa tiene en casa, sino una vasija de aceite. 3 él le dijo: Ve y pide para ti vasijas prestadas de todos tus vecinos, vasijas vacías, no pocas. Esa mujer tuvo que ser humilde para salir y prestar las vasijas a sus vecinas, sin importar lo que pudieran decir, sin importar lo que pudieran pensar, tuvo que salir a pedir prestadas las vasijas a pesar que todos sabían que por no pagar le estaban quitando dos hijos suyos.
  • FE: (Vs 4) Entra luego, y enciérrate tú y tus hijos; y echa en todas las vasijas, y cuando una esté llena, ponla aparte. Esta mujer tuvo que creer y confiar en las palabras de Eliseo, tenía que tener FE de que esa única vasija de aceite iba a ser suficiente para llenar todas las vasijas prestadas, aunque pareciera imposible, aunque pareciera una locura, ella tenía que creer.
  • OBEDIENCIA: (Vs 5) Y se fue la mujer, y cerró la puerta encerrándose ella y sus hijos; y ellos le traían las vasijas, y ella echaba del aceite. La fe de esa mujer no hubiera producido nada si no iba acompañada de obediencia, ella tenía que confiar y obedecer las palabras que Dios le había dado por medio de Eliseo, ella tenía que tomar la vasija de aceite, y comenzar a llenar una por una las vasijas que sus vecinos les habían prestado. Esta no solamente era una familia de fe, sino también de acción, ellos creyeron y obedecieron.

PODEMOS VER QUE ESOS TRES ELEMENTOS HICIERON QUE LAS MARAVILLAS DEL SEÑOR TRANSFORMARAN SU VIDA Y LA DE SU FAMILIA (VS 6-7) Cuando las vasijas estuvieron llenas, dijo a un hijo suyo: Tráeme aún otras vasijas. Y él dijo: No hay más vasijas. Entonces cesó el aceite.7 Vino ella luego, y lo contó al varón de Dios, el cual dijo: Ve y vende el aceite, y paga a tus acreedores; y tú y tus hijos vivid de lo que quede. Esa mujer necesitaba ayuda para pagar una deuda, pero su humildad, su fe y su obediencia le transformaron su vida para bien desde ese momento en adelante, pues podemos ver al final de la historia que del aceite que sobró iban a poder vivir ella y sus hijos. Pues como dice la palabra del Señor, él nos da más abundantemente de los que nosotros le pedimos (Efesios 3:20) Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros,

APLIQUEMOS ESTOS TRES ELEMENTOS A NUESTRA VIDA: Posiblemente hoy al igual que esa viuda estamos pasando por momentos de angustia y de mucha aflicción, y si queremos ver las maravillas del Señor también necesitamos poner en práctica esos tres elementos:

HUMILDAD: (SOFONÍAS 2:3) Buscad a Jehová todos los humildes de la tierra, los que pusisteis por obra su juicio; buscad justicia, buscad mansedumbre; quizá seréis guardados en el día del enojo de Jehová. Tenemos que ser humildes para reconocer que necesitamos de la ayuda de Dios, y ser humildes para buscarlo, para clamar, para reconocer que no podemos nosotros solos y por eso buscamos su rostro para recibir de él sus maravillas.

FE: (SALMOS 27:13) Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Jehová En la tierra de los vivientes. Así como aquella mujer creyó y confió en las palabras de Eliseo, aunque lo que le decía parecía una locura, así nosotros debemos creer y confiar de todo corazón en las palabras y las promesas de nuestro Dios, a pesar de la realidad que nuestros ojos ven, tenemos que atrevernos a confiar y ver por medio de los ojos de la fe.

OBEDIENCIA (Santiago 1:22) Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. Así como aquella viuda no solamente creyó en la palabra del Señor, sino que obedeció, hizo todo lo que Eliseo le dijo, así nosotros tenemos que confiar en su palabra y obedecer la voluntad de Dios para nuestra vida.

Fuente:
Pastor Oscar Flores | El Salvador

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