El ser un testigo para Jesucristo es una forma de pensar. Si aún no lo has hecho, ve a Getsemaní, ponte de rodillas, y luego di, “Que no sea mi voluntad sino la tuya”. Eso te llevara a pensar en que debes negarte a ti mismo y tomar tu cruz cada día y seguirlo.
Solo tendrás que soportar el reproche de la cruz por un corto tiempo. Un día cambiaras la cruz por una corona, y ese día no está muy lejano. Así que, si has vencido tu temor, cada vez que el temor te quiera vencer puedes vencerlo con fe.
Cuando tu corazón temeroso te diga “No lo puedes hacer”, simplemente ignóralo y dile “Yo trate contigo y te vencí en el jardín de Getsemaní. Ahora todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.
