
Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor. Recuerda, por tanto, de dónde ha caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras. Apocalipsis 2:4-5ª.
Este es el tiempo de volver a las primeras obras, dice el Señor. Te estoy llamando a regresar al primer amor, al lugar donde Mi presencia era tu mayor deseo. Vuelve a mi corazón, a la devoción genuina, al hambre de aquellos días en que me buscabas con simplicidad, con ternura, con gozo y reverencia. Estoy despertando en ti la sensibilidad que perdiste entre responsabilidades, luchas y rutinas vacías.
Vuelve a las sendas antiguas, donde cada palabra Mía te estremecía, donde esperaban con expectativa estar en Mi presencia. Te llamo a una dependencia total, como la de un niño que confía sin reservas. Quiero que regreses con un corazón rendido, dispuesto a recibirme, a oírme, a abrazarme, como en los primeros encuentros que marcaron tu vida.
«Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor. Recuerda, por tanto, de dónde ha caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras». Apocalipsis 2:4-5ª.
Sacúdete el polvo del camino. Suelta las cargas que te han endurecido. Quita el calzado de tus pies, porque te haré entrar de nuevo en tierra santa. Te espero en el lugar donde comenzamos. Este es el tiempo de volver a las primeras obras, dice el Señor. (Una palabra de Luis y Mercedes Aquino – Ministerios Elías)
Nunca debemos olvidar que amar a Dios es el llamado más alto y nuestro propósito principal en esta tierra. Solo podemos entrar en esto de rodillas, humillándose ante el Señor. Se necesita gran humildad y morir a uno mismo para amar a Dios más que a todas las cosas, y dejar de lado todo lo que nos roba el tiempo para estar con Él.
Aquellos que liderarán en esta temporada son aquellos cuyo fuego arde intensamente en el umbral de su propia chimenea. Son los que han aprendido a cuidar las brasas de Su fuego en las tormentas, en las pruebas, en el desierto de temporadas secas, en las alegrías de las bendiciones, en la ocupación de la familia y la rutina de cada día. ¡Que todos tengamos el corazón para decir sí!
Con amor y oraciones,