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Tengan valor, cobren ánimo

Cobren ánimo y ármense de valor, todos los que en el Señor esperan. Salmos 31:24

En los últimos días, mientras oraba sobre qué compartir en la Visión Profética de esta semana, el Señor comenzó a hablarme sobre aquellos que han sentido que lo han dado todo por el llamado en la temporada que pasó, pero que aún se encuentran en enero, luchando por romper los patrones de decepción y esperanza diferida. Muchos sienten que lo han dado todo, pero parece que nada ha fructificado o se ha cumplido. Me atrevería a decir que muchos incluso se sienten decepcionados con el Señor. Muchos de ustedes han dicho: «Señor, ¿estás aquí? No entiendo cómo he terminado en este lugar sintiendo que he sacrificado a mi Isaac por ti». Literalmente, esa fue la frase que escuché: «He sacrificado a mi Isaac por ti».

Creo que esto es aún más específico para las familias pioneras y aquellos que han estado abriendo camino en terrenos difíciles y lugares complicados. Los últimos cuatro años han tenido un costo muy alto y ha habido un gran sacrificio en este llamado, y muchos sienten que han llegado al punto en el que han sacrificado a Isaac. Pero entonces sentí que el Señor me estaba recordando, y quiero decir esto, que en la historia de Abraham e Isaac, Dios proveyó. Dios proveyó un carnero que estaba atrapado en la maleza en el último momento.

Siento que el Señor les va a mostrar en los días venideros que lo que pensamos que sacrificamos no fue realmente un sacrificio. A lo que creímos que habíamos renunciado para seguir el llamado y el alto costo ni siquiera es el verdadero costo. Vamos a ver que al final fue el Señor quien proveyó el carnero en la maleza como sacrificio. Es decir, al final de la historia, Él se revelará poderosamente como Proveedor y Protector a través de tu historia.

Ahora mismo, solo estamos viendo una parte de la historia. Solo estamos viendo la parte donde es difícil. Así como Abraham debe haber sentido, fue un desafío entrar en una temporada o un momento completamente preparado para renunciar a todo, creyendo plenamente que eso era lo que tenía que hacer. Pero quiero decir esto y profetizar esto: creo que, especialmente en los próximos años, vamos a ver al Señor proveer el carnero en la maleza. El Señor traerá redención, recompensa y provisión a ti y a mí dónde ha parecido que el costo ha sido demasiado alto, agotándose y llevándonos al límite.

VEN AL ALTAR
Al entrar en esta semana, creo que el Señor quiere que vayamos al altar y le entreguemos esos «costos» que hemos estado cargando. Incluso ahora mismo, imagínate poniendo todas esas decepciones, heridas y frustraciones en ese fuego. Dile: «Señor, reconozco que hay situaciones que no entiendo. Reconozco que no sé cómo se entrelazan los capítulos de mi vida, ni por qué pasé por lo que pasé, pero confío en ti.» Es tiempo de entregárselo.

¿Puedes hacerlo mientras comenzamos esta semana? Entrega esas cargas a Él. Tal vez necesites simplemente recostarte en el suelo de tu sala, poner una canción de adoración y decir: «Señor, aquí estoy. Estoy en el altar nuevamente. Te entrego todas mis preguntas. Te entrego todas mis frustraciones.» Deja que Él te libere. Deja que Él te sane. Entonces comenzarás a ver al Señor proveer. Y también quiero decir esto: no hay sacrificio que no produzca aceite. Hay aceite brotando de tu vida. Creo que esta semana el Señor quiere mostrarte el aceite que ha estado produciendo consistentemente en esta temporada de presión, trituración y alto costo. Este es el aceite costoso, como el aceite derramado sobre Jesús por la mujer antes de Su crucifixión y entierro. Hemos estado en una temporada donde ha parecido que ha habido mucha muerte, pero ahora verás cómo produce vida para ti y para los que te rodean. (Una palabra de Nate Johnston)

DIA 17 EN SU PRESENCIA

LECTURAS BÍBLICAS: Isaías 49, Génesis 22:1-18 – Si comenzaste el año 2025 bajo una carga de desánimo, recibe nuevas fuerzas hoy con esta palabra. Sientes que no has logrado mucho en tu vida, y a la vez que el tiempo se escurre ves que muchas promesas no han sido cumplidas. Por años has orado y orado, pero las cosas que creíste que Dios te habló no se han cumplido. Otros a tu alrededor parecen tenerlo todo bajo control, disfrutando el cumplimiento de muchas promesas, pero tu llevas un sentido de fracaso. Aun el Apóstol Pablo tembló de miedo al pensar que había gastado su vida como un obrero inútil. Le escribió a los Gálatas, “Temo que mi trabajo en vuestro medio haya sido en vano.” (Gálatas 4:11). Jesús nos enseñó el camino a seguir para salir del desaliento con esta aseveración: “En vano he trabajado… Pero mi justicia está en manos del Señor; mi recompensa está con mi Dios.” (Isaías 49:4). Mientras el enemigo nos miente, diciendo que todo lo que hemos hecho ha sido en vano, que nunca veremos nuestras expectativas cumplidas, Dios en su gloria está preparando una bendición mayor. Él tiene cosas mucho más grandes guardadas, más allá de lo que podamos imaginar.

Con amor y oraciones,

Fuente:
Magie de Cano

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