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Pat Robertson, presentador de televisión de larga trayectoria, comunicador evangélico, educador, y candidato presidencial en una ocasión, falleció en su casa de Virginia Beach en la madrugada del jueves. Tenía 93 años.
Quizá más conocido por sus oraciones y comentarios políticos al frente de El Club 700, el programa insignia de su ministerio mediático, el ascenso de Robertson a la fama tiene sus raíces en lo que él llamó una visión de Dios para crear la Christian Broadcasting Network (CBN), que fundó en 1960. Prolífico innovador, también fundó una universidad cristiana (Regent University), un grupo de defensa legal y una ONG internacional especializada en ayuda en catástrofes (Operación Bendición)
Aunque promovía una visión del mundo que creía en la inerrancia de la Biblia, tanto su enfoque de los negocios como su personalidad en antena fueron considerados poco ortodoxos por algunos, si no adelantados a su tiempo. Hoy, su influencia y su legado abarcan intereses e industrias que han roto barreras para innumerables líderes cristianos y laicos.
Nacido como Marion Gordon Robertson en Lexington, Virginia, el 22 de marzo de 1930, su hermano mayor le puso el apodo de “Pat”. Mantener ese apodo en lugar de su nombre de nacimiento fue sólo la primera de las muchas convenciones que desafiaría a lo largo de su vida.
Robertson, abogado educado en Yale e hijo de un senador estadounidense, esperaba convertirse en un hombre de negocios de éxito. En su autobiografía de 1972, Shout It From the Housetops, escribió sobre su sueño de vivir la vida de la alta sociedad neoyorquina. Pero su camino tomó un rumbo muy distinto en los años 50, cuando se convirtió en un cristiano nacido de nuevo.
“En el fondo de mi corazón, oí que Dios me hablaba del ministerio de la televisión: ‘Ve y toma posesión de la emisora. Es tuya’”. – un extracto de la autobiografía de Robertson, Shout It From the Housetops
Su incursión en la TV y el origen de El Club 700
Robertson abandonó su propio sueño y aceptó lo que consideraba el plan de Dios: iniciar un ministerio en la radiodifusión cristiana. Pero su lanzamiento como comunicador religioso vino con desafíos, comenzando con poco capital y una estación de TV en ruinas en venta en Portsmouth, Virginia.
“No tenía dinero y decidió que el Señor quería que tuviera esa emisora”, recuerda Greg Laurie, pastor de Harvest Christian Fellowship en Riverside, California. “Al fin y al cabo, Pat la consiguió gratis. Eso significa que no sólo tenía fe, sino que también era un buen negociador”.
En 1960, tras trasladar a su esposa e hijos a Virginia, creó lo que se convertiría en The Christian Broadcasting Network (CBN) con no más de 70 dólares a su nombre y una cuenta bancaria de la empresa con un mísero depósito inicial de 3 dólares.
Aquellos humildes comienzos, basados en una visión y semillas de fe, acabaron convirtiéndose en un ministerio global de medios de comunicación que llegaría a cientos de millones de personas en seis de los siete continentes.
En 1966, Robertson empezó a presentar un programa de entrevistas diario, El Club 700. Todavía en antena, es uno de los programas más longevos de la historia de la televisión.
Desde el set del Club 700, transformó la televisión cristiana. Pero su alcance iba mucho más allá de la espiritualidad.
En la década de 1970, Robertson -que en una ocasión se describió a sí mismo como un “periodista” de corazón- había conseguido entrevistas con líderes militares y políticos como el difunto Isaac Rabin, primer ministro de Israel, y Jimmy Carter, que entonces era gobernador de Georgia y ganaría la Casa Blanca con el apoyo de los cristianos evangélicos.
Robertson y la política
Cuatro años más tarde, Robertson formó parte del liderazgo conservador que ayudó a impulsar a Ronald Reagan a la Casa Blanca en 1980.
En 1988, Robertson se presentó él mismo a las elecciones presidenciales, sorprendiendo al mundo político con su segundo puesto en las primarias de Iowa.
“Rompió la vidriera”, reflexionó el obispo T.D. Jakes, pastor de la Casa del Alfarero de Dallas. “La gente de fe fue tomada en serio más allá de la iglesia y llegó a la Casa Blanca”.
Aunque perdió la nominación republicana en 1988 frente a George H. W. Bush, la candidatura de Robertson cambió la faz de la política estadounidense.
“Cuando piensas en Pat Robertson, creo que una de las principales lecciones que aprendes es que, si tienes un sueño, ve tras él. Aunque te quedes corto”, continuó el obispo Jakes.
Amplió su influencia política incorporando a miles de evangélicos al proceso electoral mediante la fundación de la Coalición Cristiana. También creó el American Center for Law and Justice (Centro Americano para la Ley y la Justicia) con el mandato de proteger las libertades religiosas.
Con su regreso a CBN tras el fracaso de la campaña, Robertson llevó la empresa a nivel mundial, ampliando espectacularmente el alcance de la programación cristiana del ministerio a más de 150 países en más de 100 idiomas a través de la tecnología por satélite.