Muchos vivimos por fe, pero no vivimos por fe intencionalmente. Si tú no tienes fe, te vuelves loco. El problema no es que no vivas por fe, es no vivir intencionalmente por fe. La fe es un factor vital para tu vida, pero hasta que no la apliques intencionalmente, hasta que no digas voy hacer esto, voy a alcanzar aquello, no se manifiesta de forma poderosa como se debe manifestar.
En Hebreos 11, vemos lo que hemos llamado los héroes de la fe; si estas personas son capaces de estar en el listado de la fe, tú también puedes. Sansón se acostaba con prostitutas, pero Dios dice que hay que imitar la fe que este hombre tenía. Se nos habla de Rahab, la ramera; De Abraham, un hombre que entregó a su esposa por miedo, para librarse de ciertos problemas. El hecho de que veamos la vida de problemas, inmoralidad, de toda esta gente, no es permiso para tú hacer las cosas mal; Los cristianos no buscamos una licencia para pecar, sino una salida del pecado. Si haces las cosas mal, hay consecuencias; Pero, a pesar que no cumplas con el estándar del mundo, delante de Dios, lo único que Él mira es tu fe. Quizás otro no cree que tengas la moral ni los pensamientos correctos; Pero, si te atreves a creer, le agradas más a Dios que la religiosidad del otro, que su forma de vestir, de hablar y las expectativas que tenga el otro de ti; Es tu fe la que mueve a Dios. Así que no hay excusa para hacer las cosas mal; A Abraham le costó veinticinco años; Pero, a pesar de eso, Dios no lo sacó de la lista; Dios le contó lo que hizo bien, cuando creyó.
La única moneda de intercambio en el reino de Dios es la fe. Igual que en cualquier país, si no tienes la moneda que acepten, puedes tener todo el dinero del mundo, pero no hay intercambio. La única opción es que tengas una tarjeta de crédito, a través de la cual se hace automáticamente una transacción en la que tú pagas con la moneda que traigas, y se cambia a la moneda que ellos acepten; Entonces sí tienes poder adquisitivo. Y eso mismo es lo que hace la fe. Con tu fe, intercambias tu enfermedad, por sanidad. Tu fe te lleva a intercambiar tu necesidad, por la provisión de Dios. El único intercambio que hay en el reino de Dios es por la fe; No es por tu moral ni tu religiosidad. A los religiosos, les molesta que, a veces, no cumplas con los estándares que el mundo quiere, pero si tienes fe, puedas alcanzar más que lo que el mundo alcanza. La gente se pregunta cómo has alcanzado tanto; Bien sencillo: Te has atrevido a creer lo que ellos no creen. Se preguntan con qué dinero lo haces. Piensan que eres rico; Lo que tienes es una tarjeta, que te da todo lo que necesitas. ¿Cuál es esa tarjeta? La Fe. Lo único que tú necesitas es fe. Esa es la única moneda de intercambio en el reino de Dios.
La fe sin obras, es muerta. Por tanto, no puedes decir que tienes fe, si tus acciones no lo demuestran, si no van a la par de lo que estás creyendo. Si dices que tu país va a prosperar, no compres casa fuera de tu país; Invierte en tu país. Tu fe y tus obras dicen lo que tú estás creyendo. Si estás creyendo algo, tus acciones tienen que respaldarlo.
“Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve… 3 Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.” Hebreos 11:1 y 3
Esa palabra certeza se traduce mejor como sustancia, y una mejor palabra para convicciónes evidencia; La fe es sustancia, es evidencia. Y, si miramos el verso 3, nos dice que por la fe entendemos. Así que, cuando tienes conocimiento por la fe, tus acciones tienen que ser correspondientes al conocimiento que tienes.
Muchos dicen querer conocer la verdad, pero la verdad es que hay quienes nunca quieren conocer la verdad, porque el día que la conocen, se ven obligado a cambiar por la verdad que conocieron. Hay reportajes, por ejemplo, en los que no necesariamente se busca la verdad, porque no se vive de la verdad en esos círculos, sino de la controversia. Y el día que vieran la verdad, tendrían que decir: Yo estaba mal. Gente que habla mal de ti, no está dispuesta a conocerte, porque cuando te conozcan y se den cuenta que lo que dicen de ti no es verdad, ellos tienen que darle para atrás a lo que han dicho de ti; Tienen que tratarte bien, con respeto, pedirte perdón; Y no todo el mundo quiere pedir perdón, así que prefieren no conocer la verdad; Porque la verdad los obliga a cambiar. Y es que, una de las cosas que hace la fe, es hacerte entender cosas que antes tú no entendías. La fe te da sustancia, convicción o evidencia, y cuando tú tienes evidencia de algo, no te puedes ir al lado contrario; Actúas basado a la evidencia que tienes. La fe te hace entender, y cuando tú entiendes, ahora tus reacciones son basadas en tu fe. No puedes vivir en esta vida de forma emocional, tienes que aprender a actuar y reaccionar por la fe y por lo que tú entiendes por la fe, por la sustancia que la fe te da.
Muchos no lo ven así, pero una de las cosas que hace la fe, es que te da la fortaleza para vencer las tentaciones, el pecado. Cuando tú tienes fe, no cedes a las tentaciones fácilmente, sabes que tu futuro es más grande que lo que estás viviendo, así que no te entregas a las pasiones momentáneas para experimentar algo; Porque tu fe te dice: Lo que estoy viviendo no es mi final. La fe te hace sobrevivir las tentaciones. ¿Por qué eres débil en la carne? Bien sencillo: Porque todavía no has visto el futuro que Dios tiene para ti; Porque, si te dieras cuenta y creyeras en el futuro que Dios tiene para ti y lo entendieras, no actuarías como hoy, tomando decisiones que te alejan cada vez más del futuro que quieres.