“Ciertamente los justos alabarán tu nombre; Los rectos morarán en tu presencia”. Salmos 140:13 (Reina-Valera 1960)
Cansado física y espiritualmente, preocupado y a la vez cargado por diferentes situaciones que te está tocando enfrentar provoca que te sientas sin fuerzas y sin ánimos.
A veces podemos estar haciendo muchas cosas para Dios, pero no implica que el cansancio no llegue, en otras ocasiones dejamos que el estrés o el afán del día a día nos conviertan en personas con carácter fuerte e impulsivo.
Y es que a veces pareciera que perdemos el enfoque, que nos olvidamos de lo primordial en nuestra vida, de pasar esos momentos íntimos con Dios donde realmente somos nosotros, donde no podemos ocultar nada de lo que somos y en donde nos entregamos por completo a Dios.
A veces lo único que necesitamos es SU PRESENCIA, ¿Cuándo fue la última vez que apartaste un tiempo para hablar con Dios?, ¿Cuánto fue la última vez que te fuiste a un lugar a solas y disfrutaste de SU PRESENCIA?
Y es que aunque no lo hayas pensado lo que realmente necesitas es SU PRESENCIA, es decir ir y disfrutar de unos minutos a solas con Dios, en donde dispongas completamente tu vida, tu corazón, tu mente y todo tu ser para permitir que Dios pueda abrazarte y susurrarte al oído.
Tú sabes que necesitas de Él, muy bien sabes que muchas de las cosas que hoy estas sintiendo es porque has descuidado esa intimidad con Dios, y lo sabes porque antes eras más fuerte frente a circunstancias similares y todo era porque estabas muy cerca de Él, pero ahora que poco a poco fuiste descuidado esa relación de intimidad con Dios te has hecho más vulnerable a situaciones que antes fácilmente hubieras podido superar.
¿No te das cuenta que lo que necesitas es SU PRESENCIA?, y no hablo de que Dios este contigo, porque eso es obvio, ¡Él está junto a ti!, sino que hablo de disfrutar de su presencia.
Por ejemplo: Yo puedo estar en la sala de mi casa, sentado en uno de los sofá, mientras mi esposa Yamita está también está sentada en otro, mi hijo Uziel está sentado a mi derecha y mi pequeña Valentina sentada a mi izquierda. Es obvio que todos estamos allí, y mi esposa y mis hijos también, y podemos pasar horas de esa forma sentados a lo mejor viendo una película o un programa de televisión, pero eso no significa que este disfrutando de su presencia, simplemente estoy allí y ellos conmigo. Pero cuando dejo de ver la televisión, la apago y me enfoco en mi familia que ha estado allí durante horas, y comienzo a disfrutarlos no a uno, miro a mi esposa, le digo lo mucho que la amo y lo importante que es para mí, miro a mis hijos, juego con ellos, disfruto de esa hermosa etapa que están viviendo en donde descubren cada cosa, y en donde me hacen sonreír por todo, entonces es allí en donde finalmente estoy disfrutando de su presencia, solamente cuando me desconecto de todo y les presto atención solo para ellos.
A veces es necesario desconectarnos de todo y volver nuestra vista hacia el que siempre ha estado a nuestro lado, porque si de algo debes estar muy seguro es que Dios siempre ha estado allí, y para comenzar a disfrutar de SU PRESENCIA lo único que tienes que hacer es prestarle atención, volver tu mirada hacia Él y darte cuenta lo mucho que lo necesitas y lo importante que es para ti, solo allí y solamente allí, comenzaras a disfrutar realmente de SU PRESENCIA y el panorama de tu vida cambia por completo.
Y es que cuando nos enfocamos en Dios más allá de las circunstancias que nos rodean algo cambia, todo el panorama se vuelve más claro y es que SU PRESENCIA nos hace abrir los ojos, no hace ver que en sus manos estamos seguros, que lo único que necesitamos es rendirnos ante Él, que lo único que necesitamos en prestarle la atención debida y entonces, SU PRESENCIA hace todo lo demás.
No sé qué momento puedas estar atravesando, no tengo idea sobre qué es lo que está cargando en sobremanera tu vida, pero sí puedo decirte que SU PRESENCIA puede cambiar todo tú panorama, puede cambiar tú visión de las cosas y puede darte la tranquilidad que tanto necesitas.
Hoy quiero invitarte a que le prestes atención a Dios, a que dediques unos minutos de tu día para ir y encontrarte con Él, ve a ese cuarto o habitación, cierra la puerta de tu oficina o en lugar que puedas y estés a solas y DISFRUTA DE SU PRESENCIA.
Allí en SU PRESENCIA es donde puedes ser tú mismo, es en donde no tienes por qué tratar de impresionar a Dios, en donde con las palabras más sencillas puedes expresarle lo que en ese momento sientes y lo mucho que crees y confías en Él. Es allí en su presencia en donde algo maravilloso sucede, en donde nuestras fuerzas son renovadas, en donde nuestros sueños afirmados y en donde nuestra fe aumenta, y es que SU PRESENCIA es lo que TODOS necesitamos.