“Si hubiera muerto al nacer, ahora descansaría en paz; estaría dormido y en reposo.”
Job 3:13 (NTV)
Las Escrituras nos muestran un panorama bastante oscuro para Job, al punto de sentirse abandonado aún por Dios y ver en la muerte una solución. Aclaremos algo, Job no pensaba en suicidarse, sino en el hecho de haber muerto cuando naciera o antes, pues esto le hubiera evitado ese dolor que estaba experimentando. Job entendía que con la muerte había descanso y eso era lo que necesitaba después de experimentar prueba tras prueba y sentir que su resistencia se acababa. Es tremendo ver cómo las pruebas, el dolor, la pérdida, etc., pueden llevarnos a no desear estar vivos, a desear escapar, a través de la muerte a la situación y maldecir el día en que nacimos. ¿Nos hemos sentido así? Hay buenas noticias, aunque no sintamos a Dios, Él no nos ha abandonado y permanece a nuestro lado, como lo hicieron los amigos de Job (v.13), muchas veces callado… ¡Pero está ahí! Recordemos que aunque sintamos que vamos a sucumbir en medio de esa situación, Su Palabra nos anima al afirmar que Él no nos dará una prueba mayor de la que podamos resistir, así que no dejemos de buscar Su rostro…. Confiemos en que veremos Su victoria en nosotros.
Oración
Señor, Te pido perdón por las veces que he deseado escapar de las fuertes pruebas, olvidando que Tú no me abandonas, que me formaste en el vientre de mi madre y conoces perfectamente lo que puedo resistir, olvidando que no buscas destruirme sino fortalecerme espiritualmente. Te pido perdón por cada vez que he deseado morir, como una forma de escapar al sufrimiento. Te pido perdón en el Nombre de Jesús. ¡Amén!