En los momentos actuales existe un clamor mundial. Una sola voz que retumba en los oídos de la humanidad en sentido general, y por fin, la mayoría de las naciones del mundo se ponen de acuerdo todos sienten temor… temor a los vaticinios de expertos economistas y expertos de la saludal, que aseguran que la humanidad se dispone a atravesar uno de los peores tiempos de crisis de su historia.
El petróleo alcanza cifras records cada día, las temporadas ciclónicas son cada vez más fuerte, los temblores de tierra, los ríos desaparecen de sus cuencas, las potencias amenazan con más y mayores guerras y la violencia ni se diga, la desintegración familiar y la falta de oportunidad entre los factores que inciden en la alarmante feminicídios que conmueve a nuestra nación, la reforma fiscal, la demanda de recursos naturales, el cancer, EL COVID, el dengue, el cólera, la diarrea, es el denominador común en las grandes ciudades alarmante ¿verdad? al menos para aquellos que no conocento La Biblia, la situación resulta más que preocupante, aquellos que ignoran que en ese mangar en ese libro, la palabra de Dios, declara que en este tiempo y de los tiempos por venir podrían estar sorprendidos con todos estos acontecimientos, no sucede los mismo con el pueblo de Dios, los seguidores de las enseñanzas de Jesús, nosotros sabemos que ni una sola hebra del cabello de nuestras cabezas caerá al suelo sin que nuestro creador lo sepa, porque Dios todo lo sabe, tiene el control de nuestras vidas. Él es nuestro amparo y fortaleza y nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. SALMO:46
Existe un relato en los evangelios que ha inspirado más de una canción dedicada a la gloria y honra al señor, un relato que nos habla de cómo, mientras se transportaban en una barca Jesucristo y sus discípulos, el maestro dormía en la popa de la barca, cuando una fuerte tempestad se desató alborotando los vientos y haciendo que las olas abnegaran la barca, Los discípulos asustados despertaron a Jesucristo, quien ordenó a los vientos y a las aguas que se calmaran haciendo que el mal tiempo se transformara en gran bonanza,al ver lo que el maestro acababa de hacer, los discípulos estuvieron aún más asustados que antes y se preguntaban ¿quien es este que aún las aguas y los vientos le obedecen? MATEO: 8-23-27
23 Luego subió a la barca y sus discípulos lo siguieron. 24 De repente, se levantó en el lago una tormenta tan fuerte que las olas inundaban la barca. Pero Jesús estaba dormido. 25 Los discípulos fueron a despertarlo.
—¡Señor —gritaron—, sálvanos, que nos vamos a ahogar! MATEO: 8-23-25
Al leer este relato, no deja uno de sorprenderse ante la incredulidad de aquellos seguidores de un hombre cuyas señales y prodigios no dejaban lugar a dudas de que se trataba del mismo Mesías que habían estado esperando. La pregunta brotó de los labios del mismo Maestro ¿por qué tuvieron miedo? hombres de poca fe, aquel suceso no se trata de un hecho aislado, más bien se repite cada día en todos los países del mundo y los protagonistas somos nosotros mismos, cada vez que dudamos, cuando sentimos temor y cuando creemos más a los hombres que a la palabra de Dios, La Biblia. Nos transformamos de nuevo en aquellos hombres temerosos de zozobrar en la barca aún sabiendo que el Mesías les acompañaba, y una vez más se escucha la pregunta de Jesucristo en nuestros oídos por que tienen miedo y su inmediata repuesta ¿Hombres de poca fe? MATEO: 8-26
Sería todo tan fácil de comprender si escucháramos a Dios, si tan sólo escudriñáramos su palabra con hambre y sed de él, tendríamos todas repuestas a los acuciantes enigmas de este mundo. Este relato me lleva a pensar en el momento cuando los discípulos de Jesús tuvieron que enfrenar esta gran tempestad, esta vez no se escuchó el pronóstico del tiempo, ventaja que tenemos hoy en día cuando los medios de comunicación se ponen a una para alertar a la ciudadanía para que busquen lugares de refugio para salvaguardar sus vidas. Los discípulos de Jesús no tuvieron una voz que les avisara que la tempestad se levantaba y que no debían entrar ese día al mar como de costumbre, creo que ellos solo creyeron que era un buen día el sol estaba radiante, el viento era agradable y confiados se entraron a la barca junto a Jesús y comenzaron a navegar. Ya mar adentro de repente fueron sorprendidos por una tempestad y no cualquier tempestad. Esta tempestad era tan grande que las olas cubrían la barca.
El viento en ese momento era el encargado de entrar al agua en la barca de tal manera que ya se anegaba. Cuan terrible situación la que vivían los discípulos en ese momento, fueron momentos de angustias y desesperación, enfrentados a una tempestad tan grande en medio de un mar embravecido, un viento furioso que solo Dios podía saber a cuantas millas por horas este venia, estos expertos de la pesca esta vez creyeron que todo estaba perdido que no llegarían a su destino. La orden de Jesús había sido pasemos al otro lado, ¿hombres de poca fe?
26 —Hombres de poca fe —les contestó—, ¿por qué tienen tanto miedo? Entonces se levantó y reprendió a los vientos y a las olas, y todo quedó completamente tranquilo. MATEO: 8-26
A veces desmayamos, olvidando que el Señor está a nuestro lado, aunque creemos que no, aunque pareciera que vamos solos El Maestro está ahí cerca de nosotros. Cuando los vientos huracanados se levantan a nuestro alrededor y las tempestades de la vida parecen golpearnos es el momento de venir a él y mantener la fe firme en quien hemos creído, Jesús reprendió al viento y a las olas, y se hizo bonanza, cuando vienes a él y lo reconoce como tu Señor la tranquilidad viene a tu vida y entras a vivir en la paz con Dios y contigo mismo.1CORINTIO:15-58
Es necesario nacer de nuevo y rencontrarnos con Dios, humillarnos ante el poder de su presencia reconociendo nuestro universo como una de sus mas pequeñas obras ante el sacrificio de Cristo, dando su vida por ti y por mí,salvándonos de la muerte eterna, y venciendo en la cruz del calvario a los gobernadores de las tinieblas, a los principados, a los huestes y potestades de maldad, son a quienes no podemos vencer con nuestro intelecto, con nuestros recursos económico, con nuestro sistema político, democrático, solo podemos vencerlo creyendo en el poder de Cristo bajo el cual todo están postrado.
Cuando te sientas desmayar y sientas que los vientos arrecian solo tienes que clamar a Dios y el te responderá enseñándote las cosas secretas que tu no conoces. Ven a Jesús, y estará seguro, determina hablarle a esos vientos contrarios que se han levantado contra ti y tu ministerio, en el nombre de Jesús, y así veras gran bonanza en tu vida.
¿Porqué tenemos miedo?, es nuestra realidad y debemos enfrentarla con fe, sabiduría, valentía, esperanza, paz y por encima de todas las cosas, porque todo todo lo podemos en Cristo que nos fortalece. MATEO: 8-23-27
27 Los discípulos no salían de su asombro, y decían: «¿Qué clase de hombre es este, que hasta los vientos y las olas le obedecen?» MATEO: 8-27