Las águilas, no tan solo tienen la constitución que ninguna otra ave tiene para subir a las alturas, sino que también lo pueden hacer cargando peso. Quizás un halcón puede alcanzar algo de altura, pero su constitución no está hecha para cargar las ramas pesadas a la altura que las carga un águila.
El águila no solamente tiene que ser fuerte para alcanzar las alturas, sino que tiene que ser fuerte para alcanzarlas también con peso.
Un águila no encuentra las ramas en las alturas, sino en lo bajo, porque es allí donde hay mayor vegetación. Así que, ellas tienen que bajar, buscar las ramas secas, ya sea que las encuentren en el piso o les toque tumbarlas de los árboles, para entonces agarrarlas y poder subir con ellas a las alturas.
La constitución de la que tú estás hecho no es solamente porque Dios quiere llevarte a nuevos lugares, sino que, a veces, hay cosas comunes y corrientes, cosas que quizás, en los niveles naturales y a los ojos de otros, podrían ser un desperdicio, pero nosotros que hemos sido llamados por Dios a las alturas podemos cargar con ellas y llevarlas a lugares altos.
Quizás has tenido experiencias ásperas en tu pasado que han sido difíciles, pero Dios no solamente te dio la fuerza para llegar alto, sino que te ha dado la fuerza para llegar alto, aun cargando esas experiencias que has recogido del suelo.
Aun cargando con esas experiencias ásperas de tu pasado, tú tienes la constitución para alcanzar las alturas. Aunque, quizás, en el suelo, tú hayas cargado con un problema de alcoholismo, aunque en el suelo hayas cargado con un problema de adicción, aunque en el suelo hayas cargado con un problema financiero o familiar; la constitución que tiene el águila no es solamente para subir, sino para subir cargando el peso que haya que cargar.
El Dios al que le servimos, que nos ha llamado a ir a las alturas como las águilas, nos da también la fuerza, no solamente para alcanzar las alturas, sino para alcanzar las alturas con peso, si es necesario también que llevemos peso.
Tienes que entender que, con o sin peso, tú vas a poder alcanzarlo. Tu familia va a estar en las alturas, independientemente del peso. Una cosa es prosperar una familia; otra, hacerlo con alguno de sus miembros enfermos, o con un problema financiero o con una guerra interna; pero el Dios al que le servimos, a pesar de la aspereza, a pesar del peso, a pesar de la dureza, Él nos ha dado la constitución para alcanzar eso y mucho más.
Una cosa es prosperar un negocio; otra, prosperar un negocio, en medio de una crisis económica; pero la constitución que Dios te ha dado va a permitir que prosperes ese negocio, aun con los problemas que tengas en tu contra, aun con la familia y los empleados en contra, aun con la economía en contra del negocio; porque la constitución que tienes no es solo para alcanzar las alturas, sino que, si hay que alcanzar las alturas con peso, también lo vas a hacer.
Y es por esto que tienes que ubicarte y permanecer cerca de la palabra; porque el águila tiene fuerza, pero no puede deshidratarse; tiene que estar hidratada, cerca de aquella agua, para poder subir a las alturas a pesar de las cargas.