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Si Cristo te dio vida…

Tu vida depende de tu relación con Dios. Separados de Él, nada puedes hacer. Cristo te brinda un nuevo pasado y un nuevo futuro. Tu pasado quedó en la cruz, tu futuro es la eternidad con Cristo. Antes de estar en Cristo, Pablo basaba su identidad en sus éxitos…todo aquello que para mí era ganancia, ahora la considero pérdida por causa de Cristo. (Flp 3.7). Vivir bajo este precepto, no sólo es sabio, sino fundamental.

Si estás ya en Cristo y sigues aferrado a tu pasado, tu vida será miserable. Todo es nuevo ahora, incluso tú. Ya no pienses en tus errores, Cristo los borró. Como Dios te ha hecho una nueva creación tomando del ADN de su hijo Cristo, vive la vida cristiana con gozo y gratitud al Señor. Estás completo. Tu vida espiritual es todo. Tu relación con Dios definirá la calidad de tu matrimonio, de tu paternidad y amor a los demás. Aunque el enemigo de Dios y del mundo insistirá en recordártelo una y otra vez, ya no eres ladrón, ni embustero; ni siquiera adúltero u homicida. El diablo se ocupa de ponerte etiquetas, Dios de quitártelas. El enemigo te recuerda tu humanidad, Dios tu espiritualidad. En tu espíritu está tu identidad: Hijo de Dios. Nadie te la puede arrebatar, ni borrar del Libro de la vida.

Si estás en Cristo, debes demostrar que verdaderamente, en todas las circunstancias, el pasado era una pérdida. Pérdida de vida, de tiempo, de bendición. Los cristianos que viven el presente desde su pasado, todavía no han experimentado el amor de Dios. Dios nos ha dado una nueva identidad en Cristo; por tanto ya no tengo que amoldarme al mundo para buscar el éxito. Mi éxito reside en mi nueva identidad que es el ser hijo de Dios por los méritos de Cristo en la cruz. “Y aún más, yo estimo como pérdida todas las cosas en vista del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor” (Flp 3.8).

Conocer a Cristo da vida. “Y ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado” (Juan 17.3).

Todavía retumban en mis oídos aquellas palabras: -¿Sientes que necesitas a Cristo en tu vida?- Mi corazón decía sí, mi mente decía no. El hombre es mentalista por naturaleza y esconde sus emociones. Mi -¡Sí!-, me salió del corazón. Y aunque el corazón es engañoso, esta vez no me engañaba. Dios dice: “La gente se fija en las apariencias, pero yo me fijo en el corazón” (1 Samuel 16.7). Tu espíritu cobró vida (estaba muerto), cuando Dios puso su Espíritu en ti. Por eso eres espiritual, vasija moldeada por las manos de Dios, aunque todavía no ha terminado su obrar en ti. Mientras estés de este lado de la eternidad, serás frágil e inconsistente, pero no olvides que Cristo venció al mundo y que la aflicción es otra prueba más de su incomparable amor.

Vive para Cristo permaneciendo en Él. El diablo intenta encasillarte por lo que haces, Dios te ama por lo que eres y nada ni nadie te separará de su amor (Romanos 8.38)

¡Dios te bendiga!

El SEÑOR dijo a Samuel: «No mires a su apariencia, ni a lo alto de su estatura, porque lo he desechado; porque Dios no ve como el hombre ve, pues el hombre mira la apariencia exterior, pero el SEÑOR mira el corazón.»
1 Samuel 16:7

Todo lo que para mí era ganancia, lo he estimado como pérdida por amor de Cristo.
Filipenses 3:7

Fuente:
Faustino de Jesús Zamora Vargas

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