Cuando el Espíritu Santo cae sobre nuestra vida los dones espirituales son activados, en este caso el don profético que le permitía a Saúl hablar en una forma poderosa, inspirada por el Espíritu Santo se activó en él. Y así en nuestras vidas, si queremos que los dones sobrenaturales del Espíritu Santo se activen en nosotros tiene que darse esa invasión del Espíritu de Dios y ese activamiento del poder de Dios dinámico en nuestras vidas.
Y eso es lo que permite entonces que nosotros pasemos de ser meros observadores de la gente que está ungida a participar con ellos también, porque Saúl ahora ya no es simplemente un laico mirando estos hombres que viven una vida sobrenatural sino que él también comienza a profetizar con ellos y se convierte también en un hombre lleno del Espíritu Santo, y de la unción de Dios.
Es interesante porque este pasaje es como una trayectoria que indica lo que pasa en la vida de el hombre o la mujer que recibe el bautismo del Espíritu Santo. Dice que: «Y serás mudado en otro hombre» Primero de Samuel capítulo 10 versículo 6, serás cambiado en otro hombre.
¿Qué es lo que pasa cuando una persona recibe la llenura del Espíritu Santo? Precisamente es como que hay un cambio, hay una transformación. Cuando el Espíritu del Señor está dentro de nosotros la fuerza divina ahora comienza a manifestarse en nuestra vida. Nuestros defectos de carácter, las debilidades que hay en nosotros, los vacíos, las ausencias, las fallas estructurales que hay en nuestra personalidad comienzan a ser cambiadas.
Muchas personas que han recibido el bautismo del Espíritu Santo testifican que fue algo que les cambió su manera de ser y su manera de ver la Palabra, de ver la vida cristiana, como que algo nuevo se inició dentro de ellos. Ese cambio, ese ser mudado en otro hombre, en otra mujer lo experimentaron también los primeros discípulos.
Dice la Biblia que cuando en el día de Pentecostés, el Espíritu Santo cayó sobre Pedro y sobre los demás apóstoles, y sobre todas esas personas que estaban en el aposento alto, esta gente fue cambiada sobrenaturalmente. Vemos que esos discípulos tímidos, desmoralizados, cobardes que abandonaron a Jesús cuando Él fue arrestado y llevado a ser juzgado y crucificado, y que huyeron, y se escondieron como Pedro que negó al Señor tres veces, esos mismos discípulos luego llenos del Espíritu Santo, bautizados con el Espíritu Santo fueron cambiados, transformados completamente y se convirtieron en gente llena de poder.
Pedro por ejemplo y Juan, en uno de sus primeros encuentros públicos, se encuentran al paralítico en la puerta de La Hermosa y vemos la autoridad con que Pedro le ministra a este paralítico, y las famosas palabras de él: «No tengo oro ni plata, pero de lo que tengo te doy en el Nombre de Jesús. Levántate y anda» y este hombre recibió esa descarga de poder que venía de Pedro y saltó, y caminó, y fue de gran testimonio a toda la ciudad de Jerusalén.
Qué interesante que este hombre, Pedro, fue cambiado en un discípulo, un siervo efectivo en ese momento. Vemos también su primer sermón después del bautismo del Espíritu Santo cuando toda la gente se reúne alrededor del aposento alto y escucha estos discípulos que están testificando con poder, y manifestando la Palabra profética de Dios, y Pedro da ese gran sermón donde señala que lo que está pasando aquí es lo que ha profetizado el profeta Joel ya anteriormente acerca del descenso del Espíritu Santo. Y luego tendremos ocasión de hecho de estudiar este pasaje.
Y Pedro con tanta efectividad, con tanta elocuencia y tanta unción de Dios da esa Palabra de predicación, esa Palabra profética, porque lo que estaba haciendo era profetizando en realidad bajo la unción del Espíritu Santo. Qué diferencia, qué diferencia entre esos discípulos que ahora están llenos de gozo, que ahora están consagrados al Señor, orando en las casas y viendo el Poder de Dios manifestarse en maneras poderosas, y dando testimonio en tantas maneras, y entregando sus pertenencias y propiedades al Señor; una comunidad mudada en otro hombre, cambiada por la Presencia y el bautismo, y el mover de Dios en sus vidas.
La única manera en que nosotros podemos experimentar ese cambio en nuestras vidas, si queremos romper las ataduras que nos están atormentando, si queremos vivir una vida poderosa y salir del atolladero en que muchas veces nos encontramos. Si queremos salir del fracaso material, si queremos entrar en la plena manifestación de los dones que sabemos que tenemos dentro de nosotros, necesitamos esa venida con poder, del Espíritu Santo a nuestra vida como la necesitó Saúl en ese momento.
Todo bautismo del Espíritu Santo viene como producto de un encuentro con gente que ya tiene el bautismo del Espíritu Santo que nos imparte su unción y su contagia, viene en medio de un ambiente que reconoce el poder de la adoración y la alabanza, viene por medio de una caída sobrenatural y una activación desde adentro también del Poder de Dios que ya está en medio de nosotros por medio de haber aceptado a Cristo como Señor y Salvador, y entonces se da esa transformación dramática que permite que hagamos grandes cosas, grandes proezas, y que en realidad será como que hemos sido cambiados y constituidos en otras personas por medio de ese Poder de Dios que se estará moviendo dentro de nosotros.