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Ser fieles a Dios y ver que Él responde a nuestras necesidades

Siempre he pensado que es importante, cuando nos acercamos al Señor, que sintamos esa confianza y esa autoridad que viene de saber que hemos estado en la Voluntad del Señor, que hemos hecho lo que está de nuestra parte para agradar a Dios. Nuestras buenas obras no garantizan nada delante del Señor, nuestra propia justicia no es suficiente para justificarnos delante de Dios pero ayudan cuando uno está claro con respecto a su relación con Dios; cuando uno sabe que está sirviendo al Señor, que uno está tratando de hacer la Voluntad de Dios, que uno está santificándose en todo lo posible con la ayuda del Espíritu Santo, que uno está tratando de vivir la mejor vida que uno puede vivir ante la Presencia de Dios, entonces uno se puede acercar con más confianza.

Este es nuestro tercer segmento sobre la viuda que se acercó a Eliseo con una petición urgente debido a la muerte de su esposo y la deuda que ella tenía con estos acreedores que querían llevarse a sus hijos en pago de la deuda. Vemos que este primer versículo está preñado de excelentes enseñanzas. Dice que esta mujer se acerca a Eliseo, clama a él y le dice: «Tu siervo, mi marido ha muerto, y tú sabes que tu siervo era temeroso de Jehová.»

Cuando uno está siendo indeciso y tibio en las cosas del Señor, cuando uno no está sirviendo al Señor, cuando uno no le está dando al Reino de Dios es mucho más difícil uno venir ante el Señor con esa confianza, esa seguridad que uno tiene.

La autoridad en el Reino de Dios viene de saber que tenemos el respaldo del Señor porque estamos dentro de Su Voluntad y estamos haciendo nuestra parte. Cuando sentimos que hay pecado en nuestra vida no resuelto, no tratado, esto nos resta confianza y autoridad delante del Señor.

Yo pienso en la actitud de Adán y Eva que dice la Biblia que cuando Dios se acercó al Jardín para tener conversación con ellos, ellos se escondieron ¿por qué? Porque sabían que habían pecado, porque sabían que ya en su mente se había introducido un elemento que no estaba antes porque habían desobedecido el mandamiento del Señor de no comer del árbol de la ciencia, del bien y del mal. Ya su corazón los acusaba, su consciencia estaba contaminada, se sentían sucios, se sentían desnudos y por eso trataron psicológicamente de cubrirse con hojas tratando de cubrir su mala consciencia, y por eso rehuyen esa Presencia de Dios que antes ellos me imagino que buscaban y se sentían contentos de participar en ella.

El favor del rey es para el siervo que obra sabiamente, Pero su enojo es contra el que obra vergonzosamente.
Proverbios 14:35

Pero cuando uno no ha servido al Señor entonces uno no se atreve a venir con esa seguridad, esa claridad. Y por eso esta mujer se acerca a Eliseo y le dice: «Tu siervo, mi marido, ha muerto, y tú sabes que tu siervo era temeroso de Jehová.» Ella tiene elementos para acercarse al profeta y le recuerda que este hombre es un siervo suyo y que él había servido al Señor, y por lo tanto ella sentía que podía acercarse a Eliseo para recibir misericordia de parte de él.

Es importante hermanos que en nuestra vida normal nosotros acumulemos obras no para justificarnos, sino para nuestro propio beneficio de sentir ese respaldo de la Presencia de Dios. La Biblia dice que acumulemos obras para el Reino de Dios, riquezas para el Reino de Dios, dice que no nos preocupemos tanto por acumular dinero en este mundo donde las cosas se corrompen y se pierden, y son frágiles sino que sembremos para la eternidad y para el Reino de Dios porque allí no hay pérdida ninguna.

Nosotros tenemos que acumular buenas obras, tenemos que hacer cosas que redunden en beneficio para el Reino de Dios, tenemos que vivir vidas diligentes, tenemos que servir al Señor porque cuando venga el tiempo de la prueba y de la necesidad entonces nosotros vamos a descubrir que podemos acercarnos con esa confianza, con esa seguridad ante el Trono de Dios, no porque creamos que somos más justos que nadie o porque Dios tiene que escuchar nuestra petición sino porque nos sentimos que tenemos la aprobación de nuestro Padre Celestial.

La Biblia está llena de esos casos donde gente que se había esforzado a favor del Reino de Dios cuando se sienten en necesidad entonces pueden apelar al Señor. Tenemos ahí por ejemplo la historia del centurión que su siervo se estaba muriendo y él entonces envía unos judíos que son amigos de Jesús para que intercedan por él, y estos judíos se acercan al Señor y le dicen: Señor, este hombre, este centurión nos construyó una sinagoga, es un hombre temeroso de Dios y ahora su siervo está enfermo, y pide ayuda de tu parte.

Su señor le dijo: ‘Bien, siervo bueno y fiel; en lo poco fuiste fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.’
Mateo 25:21

Y el Señor accedió a su petición porque evidentemente este era un gentil justo, era un hombre temeroso de Dios, y hay casos así tantos. No recuerdo el nombre de esta mujer que muere en el Libro de los Hechos y cuando ella muere, los hermanos se acercan a Pablo para que ore por ella, yo sé que ustedes recuerdan la historia, ahora su nombre se me escapa, y habla de las buenas obras que ella hacía cuando estaba viva y de los tejidos que hacía para los pobres, etc. Pablo conmovido va a donde está el cuerpo de esta mujer, ora por ella y ella es resucitada y regresa a la vida.

Es que hay algo en esa idea de servir al Señor, ser fieles a Él y ver que Él responde a nuestras necesidades. Las buenas obras no nos justifican para salvación pero sí preparan el camino para muchas bendiciones que podemos recibir de la Mano de Dios. Vivamos vidas productivas y sembremos porque en un tiempo de necesidad podremos cosechar y venir ante el Trono de Dios con toda autoridad y confianza. Dios te bendiga y hasta nuestro próximo mensaje.

 

Fuente:
Apóstol Roberto Miranda

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