Sean fuertes y valientes. No teman ni se asusten ante esas naciones, pues el Señor su Dios siempre los acompañará; nunca los dejará ni los abandonará. Deuteronomio 31:6
Abrazando el poder de la voz y autoridad de Dios
Escucho al Espíritu decir: «Amado, no permitas que el sonido de los tambores de guerra ensordecen tus oídos al sonido de Mi voz suave y tranquila que habla más alto en esta hora. Inclina tus oídos a la frecuencia del cielo y deja que las vibraciones de Mi gloria y poder vuelvan a sincronizar y revitalizar tu ser más interno, llevándote desde un lugar de miedo y turbulencia a una posición de gran victoria y triunfo sobre tus enemigos…
¡Escucha!… Hijo mío, … Yo te llamo a subir más alto y a sentarte en los lugares celestiales, porque mi deseo es levantarte y sacarte del territorio enemigo. Yo te he hecho parte de un Reino de reyes y sacerdotes para que gobiernes y reinas con poder y autoridad sobre los reinos de las tinieblas. ¡Mira! ¡Abre tus ojos y mira! Porque esta es una hora estratégica y crítica para las naciones, las copas están llenas y la balanza de la justicia y rectitud están ahora en un punto divino de inflexión. Aunque tus enemigos se regocijan en gran anticipación de sus muchas victorias, quiero que sepas esto: Si te aferras a los cuernos del altar con oraciones inquebrantables y constantes de arrepentimiento y acción de gracias, los planes y propósito del enemigo serán frustrados y revertidos.
¿No te he dicho que las armas de tu milicia no son carnales sino poderosas en Dios para derribar fortalezas? Amado, Yo he puesto en ti todo el poder y la autoridad del cielo y de la tierra y todo lo que está bajo la tierra, por tanto, Yo te digo ¡LEVANTATE! Es tiempo de reclamarlo, no hay tiempo que perder. Así que, ¡SACUDETE DE LA PASIVIDAD, LA INTIMIDACIÓN Y EL TEMOR! Haz como lo han hecho tus enemigos, comienza audazmente a anticipar e incluso declarar en voz alta la GRAN VICTORIA que está por venir.
Yo te digo, ¡VISTETE CON VESTIDURAS DE ALABANZA Y CELEBRA! ¿No cayeron los muros de Jericó cuando marcharon como uno cuando el sonido de la trompeta se liberó en la atmósfera ¿No se volvieron unos a otros los moabitas y amonitas matándose entre sí mientras el ejército de Josafat salía al campo de batalla, danzando, cantando y alabando Mi nombre diciendo; «Den gracias al Señor, pues su gran amor perdura para siempre».? Josafat recogió los despojos de sus enemigos durante tres días después de ser aniquilados por Mi mano. ¿No confundí al ejército egipcio atascando las ruedas de sus carros para que no avanzan por las arenas del desierto? ¡Ja! ¿Y no los devoraron las aguas del mar y nunca más se les vio?
Oh amado mío. Ciertamente te digo de nuevo que los que clamen el Nombre que está sobre todo nombre recibirán respuestas de FUEGO… ¡Sí! El fuego de Mi gloria caerá y consumirá todo lo que está MANCHADO Y NO ES SANTO ANTE MIS OJOS. (Una palabra profética de Verónica West)
2 Crónicas 20: 6-9 «Señor, Dios de nuestros antepasados, ¿no eres tú el Dios del cielo y el que gobierna a todas las naciones? ¡Es tal tu fuerza y tu poder que no hay quien pueda resistirte! ¿No fuiste tú, Dios nuestro, quien a los ojos de tu pueblo Israel expulsó a los habitantes de esta tierra? ¿Y no fuiste tú quien les dio para siempre esta tierra a los descendientes de tu amigo Abraham? Ellos la habitaron y construyeron un santuario en honor de tu Nombre, diciendo: “Cuando nos sobrevenga una calamidad, o un castigo por medio de la espada, o la plaga o el hambre, si nos congregamos ante ti, en este templo que lleva tu Nombre, y clamamos a ti en medio de nuestra aflicción, tú nos escucharás y nos salvarás”.
Con amor y oraciones,