(Señales en tiempos finales) Hay muchos conceptos acerca del tiempo… algunos quisieran que el día tuviera 30 horas… y es conocida la frase “el tiempo es oro”, pero generalmente usada en relación con la brevedad de las horas… y queremos más tiempo para hacer más, y generalmente conseguir más, por eso el tiempo se relaciona con la riqueza. Pero, sin duda, de que le sirve al hombre ganar el mundo, si pierde su alma…
SEÑALES PARA EL TIEMPO FINAL
EL CRISTIANO NO DEBE IGNORAR LAS SEÑALES, Lc. 21:25-26.
- La palabra señal aquí, significa: signo, indicación, milagro, marca.
Nota: Los signos tienen su propio significado, estas señales indican algo, son señales divinas (“milagro”), y detrás de una marca se esconde una historia, un producto, etc. Estas señales son entonces un mensaje de Dios para los hombres (Sobre acontecimientos finales puedes leer nuestro estudio: «Escatología Bíblica»).
- Habrá señales en el cielo, en la tierra y en el mar.
Nota: En el sol, la luna y las estrellas ocurrirán fenómenos y cambios significativos (señales). En la tierra habrá “angustia… confusión… desfallecimiento… temor y expectación, de las cosas que van a suceder”.
Las olas del mar crecerán y rugirán, y los “poderes” (o potencias) de los cielos serán conmovidos, Dios estableció el universo con bases y leyes, de acuerdo a su poder sobrenatural, por ej: Job 38:4-7, 32-33, en los tiempos finales este universo será conmovido (sacudido).
- Éstas señales finales anteceden la segunda venida de Cristo, vrs. 27-28.
Nota: La primera venida de Cristo, fue anunciada con señales: una estrella guió a los sabios de Oriente, miles de ángeles aparecieron a los pastores y fueron a ver el niño.
La segunda venida de Cristo tendrá señales mayores, pues vendrá como Señor de señores y Rey de reyes a establecer su Reino delante de los ojos de todas las naciones, porque está escrito: “He aquí que viene con la nubes, y todo ojo le verá” (Ap. 1:7), por eso, aquí dice: “vendrá con poder y gran gloria”.
EL HIJO DE DIOS DEBE TESTIFICAR
- Así como la naturaleza anuncia el cambio de estación, estas señales anuncian el cambio de gobierno, vrs. 29-31.
Nota: Los brotes de los árboles indican que ha pasado el invierno y ha llegado la primavera, que llegó el momento del cambio de estación. De la misma manera las señales que Jesús comparte nos indican que está a punto de ser establecido el reino de Dios, que viene un cambio de gobierno.
- Estas señales deben incrementar nuestro testimonio, vrs. 32.
Nota: El término generación aquí significa gente, raza, descendientes. Y esto nos hace pensar en nuestra gente, en nuestros amigos y familiares, es necesario con amor, oración y poder del Espíritu Santo hablar a otros de Cristo, y más cuando vemos las señales.
EL HIJO DE DIOS DEBE FORTALECERSE
Dios cumplirá su palabra, vrs. 33.
Nota: Este verso nos enseña que el cielo y la tierra pasarán, es decir dejarán de ser, desaparecerán, pues “nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia” (2ª Pe. 3:13).
Pero aunque el cielo y la tierra actuales dejen de ser, la Palabra de Dios permanece, por eso dice: “la hierba se seca, y la flor se cae; más la palabra del Señor permanece para siempre”, así que no importan las burlas, las bromas, el ateísmo, Cristo cumplirá su palabra y establecerá su reino y nosotros estaremos para siempre con él. Las señales para tiempos finales se cumplirán.
Debemos ser diligentes por nosotros mismos, vrs. 34.
Nota: Debemos cuidar nuestro corazón ante la realidad e inminencia de su venida, aquí el Señor nos habla de tres cosas:
- Glotonería: del griego “kraipále”, que significa libertinaje, desenfreno, vicio, disipación, conducta descontrolada cuando se está ebrio.
- Embriaguez: del griego “médse”, que significa borrachera, intoxicación.
- Los afanes de esta vida: del griego “merimna” que significa ansiedad, aflicción, preocupación. Son los afanes materiales de éste sistema y de éste mundo, afán por las riquezas.
Ante su venida debemos mantener nuestro corazón vigilante, evitar lo que nos pueda apartar del Señor, y más bien fortalecer y avivar nuestra comunión diaria con él, esa es nuestra fortaleza ante lo que el mundo nos ofrece.
Conclusión: No podemos negar que estamos tiempos finales, y que la voluntad de Dios es que los hombres sean salvos, que nuestra familia sea salva, y que conservemos nuestra comunión con él hasta el fin. Poderoso es Dios para guardarnos ante las señales de los tiempos del fin.