
TEXTO: 1 CORINTIOS 14:1-5 Seguid el amor; y procurad los dones espirituales, pero sobre todo que profetices. 2 Porque el que habla en lenguas no habla a los hombres, sino a Dios; pues nadie le entiende, aunque el Espíritu habla misterios. 3 Pero el que profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y consolación. 4 El que habla en lengua extraña, a sí mismo se edifica; pero el que profetiza, edifica a la iglesia. 5 Así que, quisiera que todos vosotros hablasteis en lenguas, pero más que profetiza seis; porque mayor es el que profetiza que el que habla en lenguas, a no ser que las interprete para que la iglesia reciba edificación
Este día continuamos con el estudio de la primera carta a los Corintios, y hoy nos corresponde estudiar las principales enseñanzas que encontramos en el capítulo catorce.
En este capítulo podemos darnos cuenta que la iglesia de Corinto estaba experimentando una manifestación abundante de los dones espirituales, pero también un gran desorden en su uso. Es por eso que Pablo escribe para corregir los abusos, especialmente en cuanto al don de lenguas, que era usado sin interpretación y con el objetivo de impresionar, no edificar.
En los versículos que hemos leído nos permite comprender que en la actualidad donde muchas iglesias buscan experiencias emocionales, el llamado de Pablo sigue vigente: el culto cristiano debe ser basado EN PREDICACIÓN DE LA PALABRA DE DIOS, pues el que habla en lenguas no le habla a los hombres sino a Dios pero el que profetiza, es decir, el que predica, habla a los hombres CON TRES OBJETIVOS PRINCIPALES (1 Corintios 14:3) Pero el que profetiza habla a los hombres para EDIFICACIÓN, EXHORTACIÓN Y CONSOLACIÓN.
I) EL MENSAJE TIENE QUE EDIFICAR NUESTRA VIDA
(1 PEDRO 2:5) vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo.
La palabra edificación o edificar en el griego es la palabra “OIKODOME” y esa palabra se usaba para la acción de construir un edificio, nosotros como cristianos debemos ser edificados como lo que somos: Una casa espiritual y morada de su Santo Espíritu (1 Corintios 3:16) ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?
El mensaje de Dios nos edifica porque nos provee el conocimiento necesario para apartarme de aquello que destruye nuestra vida (Oseas 4:6) Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos.
El mensaje de la palabra de Dios nos edifica pues nos hace reaccionar para cambiar el camino equivocado que llevamos y para afirmarnos en el camino de Dios. (Eclesiastés 12:11) Las palabras de los sabios son como aguijones; y como clavos hincados son las de los maestros de las congregaciones, dadas por un Pastor.
¿QUÉ ES UN AGUIJÓN? Un aguijón en el contexto agrícola era un palo puntiagudo con el que el agricultor guiaba o picaba a los bueyes para que siguieran el camino correcto o reaccionaran cuando se detenían.
De la misma manera la Palabra de Dios nos incomoda. nos confronta, nos mueve la conciencia, NOS PINCHA EL ALMA, PARA QUE REACCIONEMOS, para que reflexionemos, y cambie,ps de dirección.
¿QUÉ ES UN CLAVO HINCADO? Es un clavo firmemente clavado, que asegura algo, le da estabilidad y permanencia.
El mensaje de la palabra de Dios nos edifica pues nos ayuda a estar bien establecidos en la verdad, es decir, nos ayuda para estar firmes sin movernos con cada viento de doctrina (Efesios 4:14) para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error.
II) EL MENSAJE TIENE QUE EXHORTAR NUESTRA VIDA
(2 PEDRO 3:1) Amados, esta es la segunda carta que os escribo, y en ambas despierto con exhortación vuestro limpio entendimiento,
La palabra exhortación en el original es la palabra griega “PARAKLESIS” que significa UN LLAMADO A LA ACCIÓN, una motivación, una inspiración para llevar a cabo los propósitos de Dios con nuestra vida.
Según nuestro diccionario de la lengua española exhortar significa: inducir a uno con palabras, razones y ruegos a que haga o deje de hacer alguna cosa. El mensaje de la palabra de Dios nos debe motivar o exhortar a la obediencia, a la gratitud, a la adoración, al servicio a Dios (Romanos 12:1) Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional
El mensaje de la palabra de Dios nos debe exhortar a ya no vivir a nuestra manera sino a la manera de Dios (Lucas 9:23) Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame.
El mensaje de la palabra de Dios nos debe exhortar como cristianos a no renunciar al llamado que Cristo nos ha hecho a cada uno de nosotros (Lucas 9:62) Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios.
III) EL MENSAJE TIENE QUE CONSOLAR NUESTRA VIDA
(ISAIAS 40:1-2) Consolaos, consolaos, pueblo mío, dice vuestro Dios. 2 Hablad al corazón de Jerusalén; decidle a voces que su tiempo es ya cumplido, que su pecado es perdonado; que doble ha recibido de la mano de Jehová por todos sus pecados.
Muchas veces en las predicaciones nos enfocamos en el consuelo material, es decir, decirle a las personas que van a salir de sus deudas, que van a sanar su enfermedad, que sus matrimonios se van a restaurar, que su negocio no va a quebrar, etc.
Pero la palabra de Dios nos enseña que no hay mayor consolación para el pecador que saber que su pecado es perdonado por medio de Cristo Jesús.
No hay consuelo más grande para nosotros los pecadores que reconocer que todos nuestros pecados pueden ser perdonados por medio de la sangre de Cristo Jesús (1 Juan 1:9) Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.
Somos consolados cuando reconocemos que en Cristo, a pesar de nuestros errores, hay una nueva oportunidad para nuestra vida (2 Corintios 5:17) De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
En resumen, el apóstol Pablo nos recuerda que la manifestación del Espíritu debe tener un propósito claro: edificar, exhortar y consolar. Hoy más que nunca, la iglesia necesita predicadores que hablan bajo inspiración divina, pero con claridad y propósito. Como iglesia, no podemos conformarnos con momentos de emoción o experiencias pasajeras, sino que debemos buscar un mensaje que transforme, despierte y fortalezca la fe del pueblo de Dios. ¡Volvamos al poder de la predicación bíblica!