“Así como un venado sediento desea el agua de un arroyo, así también yo, Dios mío, busco estar cerca de ti.”
Salmos 42:1 Traducción en lenguaje actual (TLA)
Cuando sin darte cuenta vas dejando la comunión que en algún momento de tu vida tuviste con Dios, comienza a haber en ti una sed espiritual tremenda que no es detectada a simple vista, sino que es reflejada a través de tu comportamiento distinto al que un día tuviste.
Y es que cuando dejamos la comunión con Dios todo cambia, nuestro comportamiento, nuestra manera de pensar y de ver las cosas, nuestra manera de hablar, entre muchas otras cosas. Y es que cuando Dios deja de ser lo primordial en nuestra vida caemos en un hoyo que de no salir nos puede causar muchos problemas espirituales.
Personalmente he pasado por esos momentos en donde he descuidado mi relación personal con Dios, esos periodos en donde sin darme cuenta voy remplazando mi tiempo con Dios por otras cosas, esos momentos en donde mi percepción de las cosas va cambiando y sin pensarlo estoy más lejos de Dios que cerca.
Sin embargo he notado también que a pesar que muchas veces inconscientemente voy alejándome de Dios, también existe dentro de mí una sed espiritual muy grande. Y es que por más que intente alejarme de Dios el Espíritu Santo no me permite ir muy lejos, siempre ha estado allí para traerme a memoria todo lo que Dios ha hecho en mi vida y lo muy necesitado que estoy de Él.
Y es que no dejo de estar sediento de Dios, su presencia es mi deleite, sus palabras refrescan mi vida, su voz refresca mi oído, su panorama refresca mi vista. Y es que cuando siento que estoy lejos viene con lazos de amor y me atrae hacia él.
Quizá los últimos tiempos sin darte cuenta has remplazado el tiempo de comunión con Dios por otras cosas, has notado cómo tu carácter ha cambiado o como las cosas no están saliendo cómo quisieras, notas que te enojas más rápido y que reacciones de formas que no reaccionabas desde hace mucho tiempo, todo eso es señal que necesitas sumergirte en la presencia de Dios, todo eso es señal que estás sediento de Dios.
Hoy te invito a que puedas comenzar a dedicar tiempo especial para Dios, lo necesitas y tú lo sabes. Tu vida necesita ser saciada por la presencia de Dios, solo a través de la comunión con Dios puedes fortalecerte y ser la persona que Dios quiere que seas.
No dejes que pase un solo día sin que hayas dedicado un tiempo especial para hablar con Dios o simplemente para callar y disfrutar de su presencia, a veces Dios tiene tanto que hablarte que solo basta callar en su presencia para darte cuenta de muchas cosas. Una alabanza o una palabra sencilla pueden hacer cambiar tu perspectiva de la vida si tan solo te dedicas a disfrutar de su presencia.
Si estás sediento de Dios, no hay otra mejor forma de refrescarte que en su presencia, ¡Vé y búscalo!
“Refrescaré a los sedientos y fortaleceré a los que estén desfallecidos”
Jeremías 31:25Palabra de Dios para Todos (PDT)