No dejemos jamás de testificar de Dios donde quiera que nos encontremos, cualquiera que sea nuestra situación porque ese testificar de Dios militantemente puede ser la clave que Dios use para cambiar totalmente nuestra situación.
La segunda parte de este pasaje nos dice que cuando esta joven testifica a su señora de que el Dios de Israel puede sanar la lepra de Naamán, Naamán ni lento ni perezoso dice que: «Entrando Naamán a su señor le relató diciendo: así y así ha dicho una muchacha que es de la tierra de Israel. Y le dijo el rey de Siria: anda y ve, y yo enviaré cartas al rey de Israel.»
Vemos algo interesante y es que Naamán no pierde tiempo cuando escucha que esta joven le relata que hay una posible solución a su necesidad, él inmediatamente sale y va a donde el rey de Israel, y pone en movimiento las piezas necesarias para ir a un encuentro con el profeta.
Lo que vino a mi mente cuando leí ese versículo es el hecho de que Dios quiere que seamos diligentes y que hagamos nuestra parte en salir de las situaciones en que a veces nos encontramos. Dios tiene propósitos para nuestra vida y quiere hacer milagros en nuestra vida pero Él quiere hacerlo en sociedad con nosotros, y no podemos simplemente orar, orar y orar y pensar como que Dios mágicamente va a hacer todas las cosas; a veces Dios quiere trabajar en sociedad con nosotros y se glorifica en que nosotros tomemos iniciativas también para establecer los canales de comunicación a través de los cuales corra la gracia y la bendición que Dios tiene reservada para nosotros.
Naamán no perdió tiempo y fue rápidamente. Primero tenemos que alabar la fe de este hombre que aunque la respuesta viene de esta jovencita, dice: bueno, yo necesito un milagro, necesito una solución y quizás esta es una cuestión que está para mí.
Uno de los temas que corre a través de este texto y que vamos a ver más adelante es que Dios a veces usa gente humilde, pequeña y sencilla para traer la solución a nuestros problemas y que no podemos descuidar ninguna fuente, por más humilde que sea para recibir algo de Dios y vamos a ver eso más adelante. Pero tenemos que alabar a Naamán que no pierde tiempo y a pesar de que esta sugerencia viene de una esclava, joven, Naamán toma parte en el asunto y hace lo que tiene que hacer.
Qué importante es que seamos diligentes en nuestra vida. Mientras digo esto he estado pensando en las palabras del Señor a Josué cuando dice: «Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente, no temas ni desmayes porque Yo estaré contigo donde quiera que tú vayas.» Solamente te mando que te esfuerces y seas valiente.
Es interesante que Dios le dice eso a Josué en el momento en que Josué está a punto de tomar las riendas de la nación de Israel que ha estado cuarenta años en el desierto, sustituir al gran líder Moisés y entrar al pueblo de Dios en la tierra de Canaán que Dios ha tenido reservada para Su pueblo, y que van a tener que pelear con muchas naciones enemigas que van a resistir la entrada del pueblo de Dios a Canaán.
Y Dios le dice a Josué: «Yo te he entregado toda la tierra que pise la planta de tus pies pero mira que te mando que te esfuerces y seas valiente.» En otras palabras ya muchas veces Dios ha dado la Palabra de liberación como ya en este caso Dios quería sanar a Naamán y Dios había determinado que así había de ser, pero Naamán tenía que esforzarse en un sentido y ser valiente, y creer aunque esta sugerencia venía de una persona casi insignificante, que esta podía ser la solución a su problema. Naamán ejerció fe y nosotros tenemos que ejercer fe.
Tenemos que buscar la posible salida en las situaciones de nuestra vida. A veces Dios quiere sanarnos pero y hemos orado y orado, y quizás Dios quiere usar a un médico, y quizás Dios quiere usar un tratamiento nuevo y diferente, y nosotros tenemos que poner nuestra fe en eso y creerle al Señor, y decir: Padre si Tú quieres usar este medio pues amén, yo lo bendigo y desato Tu bendición y Tu Poder. Si Tú quieres usar este trabajo nuevo y diferente o esta iniciativa nueva de negocio para sacarme de mi escasez financiera yo bendigo este negocio, y voy a llamar a gente, y voy a inquirir acerca de lo que Tú quieras hacer en mi vida.
Muchas veces Dios quiere usarnos naturalmente para hacer una obra sobrenatural. Había una parte que tenía que hacer Naamán, él tenía que ir a donde su rey y obtener cartas de autoridad, y él tenía que prepararse y hacerse otras diligencias porque Dios quería llevarlo allá. Imagínese si Naamán simplemente se pone a orar: oh Dios de Israel que no te conozco, trae a Tu profeta desde Israel hasta donde mí ¿no? él tenia que ir a donde el profeta, tenía que ir a donde el rey.
Como hizo Nehemías también con su propio rey cuando él quería restaurar los muros de Jerusalén, oró al Señor pero también aprovechó la oportunidad que le abrió el rey para presentar su causa ante el rey y pedirle causas de autoridad y materiales, y una serie de cosas que necesitaba para ir a Israel, permiso para ir y entonces restaurar los muros, presentar su visión al pueblo y reclutar gente para que lo ayudara y todas estas cosas ¿no?
Dios siempre usa nuestro dinamismo, nuestras iniciativas y nosotros tenemos que creer que en nuestro mover y en nuestras iniciativas, y en las cosas que estamos haciendo naturalmente Dios está incubando sobre ellas sobrenaturalmente para producir un resultado sobrenatural.
Tenemos que entender que Dios es un Dios muy complejo. A veces queremos como un movimiento soberano absolutamente, unilateral de parte de Dios. Dios quiere también usarnos a nosotros para glorificarse y para hacer un milagro compartido por así decirlo. En este caso nos invita a pensar que Naamán al escuchar la sugerencia de la esclava, moverse en dirección al milagro de Dios, Dios entonces iba a encontrarlo a la mitad del camino que iba a ser un camino muy complejo también; pero es importante que entendamos que, yo creo que a través de ese texto Dios nos está diciendo: mira que te mando que te esfuerces y seas valiente.