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Salvación para tus generaciones

Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvase; y por esa fe condenó al mundo, y fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe.”  Hebreos 11:7

La vida del creyente parece algo tonto para el mundo, pero lo que ellos llaman diversión, es en realidad una ruleta rusa.  Y al fin y al cabo, lo que construimos termina salvándoles a ellos, porque ¿a dónde vienen a buscar?

Nuestro trabajo como creyentes no es condenar a la gente con palabras.  La religión quisiera que condenáramos al mundo con nuestras palabras, pero eso no es lo que nos corresponde hacer.  Cuando la Biblia habla de que Noé condenó al mundo, hay una versión que dice que lo que Noé hizo fue hacer una raya de separación.  Noé tiró una línea, y decidió vivir de un lado de ella, mientras del otro lado estaba la gente del mundo, la corrupción.  Entonces, nuestro trabajo es, desde nuestro lado de la línea, pregonar justicia.  Noé, con sus palabras, pregonaba justicia; Decía: Tú puedes estar bien con Dios, Él te ama.  Instaba a los del otro lado de la línea a cruzarla y unirse a él; Les advirtió que vendrían problemas, dificultades, pero no tenían que terminar de la misma forma, podían terminar bien; Era pregonero de justicia.

Noé era, además, constructor.  Pregonaba justicia, pero construía.  Noé construía con los mejores materiales, construía para el futuro, para el mañana, porque cuando viniera el diluvio, el problema, su familia se tenía que salvar.  Noé se aseguró que sus hijos le vieran construyendo algo para el futuro, para un mañana en el que ellos quisieran vivir.  Tu cónyuge te tiene que ver construyendo algo para el mañana porque lo que saca al mundo de la corrupción es entender que tú pregonas justicia de Dios pero que también construyes algo para cuando llegue el problema poder salvarte.  Cuando llegue el agua, si te metes en el arca, te vas a salvar.

Con tu fe, tú tienes que construir algo.  Tú tienes que construir un matrimonio que, cuando tus hijos tomen una mala decisión, diez años después, puedan ir a tu casa –porque tu matrimonio está sólido – y tú salvarlos del problema que ellos tienen.  Tú tienes que construir y dejar herencia.  Tú no te puedes morir sin dejar dinero en una cuenta de ahorros, porque quizás tú nunca fuiste millonario, pero quizás tu hijo pone un negocio con ese dinero, y salvas toda una generación porque no te comiste toda tu vida en esta tierra.  Por eso tú tienes que construir, que prosperar.  Tienes que construir porque es para salvación de tus hijos y tus generaciones.  Tienes que construir un matrimonio, tienes que construir tus hijos.

El problema es que la gente no quiere construir, porque construir cuesta.  Puede que tú no quieras construir porque es muy complicado, porque son muchos los inconvenientes, hay que pedir permisos, pagar para que se lleven los escombros, hay que sacar cálculos, es un tiempo de polvorín, sudor, buscar fondos, hacer planos, escoger las puertas, pasar inspecciones.  Construir cuesta.  Cuesta dinero, esfuerzo, trabajo.  Pero, si no construyes, no te salvas.  Tú tienes que construir, cueste lo que cueste.  En tu casa, te va a tomar esfuerzo, amor, escuchar, irte de vacaciones con tu cónyuge.

Mira el tiempo que dedicas a tu familia como una inversión; Lo mismo el ir a la iglesia con tu familia.  Algún día, cuando tú no estés, ellos van a necesitar saber a dónde ir para salvación de sus vidas.  Por fe, tú tienes que construir para el futuro.

Construye porque –como a Noé – se te ha advertido.  Te va a tomar tiempo, esfuerzo; Pero construye por fe.  Tu vida y tu familia no se van a destruir ni por tu pasado ni por tu presente; Se van a salvar por el arca que tú construyas.  Por eso es que tú no puedes depender del pasado ni de tu presente, sino de lo que tú construyas hacia el futuro.

En vez de condenar a tus hijos, a tu cónyuge, adviérteles.  Pregona la justicia de Dios, el perdón de Dios, el amor de Dios.  Pero, mientras tanto, construye.  Por un lado, háblales a tus hijos de que tienen que casarse bien, pero por el otro lado trata bien a tu cónyuge, construye.

Tú escoges si les adviertes y construyes algo, o te dejas llevar por el mundo.  Escoge hoy estar del lado de la raya que estaba Noé.  Pregona la justicia de Dios, y construye.  Te cueste lo que te cueste, decide que tú vas a tener un buen matrimonio, vas a tener una buena empresa, vas a ser un buen empleado.  Que tu vida les ponga presión a los demás.  Llega temprano, siembra tiempo.  Algún día te van a necesitar.  Ten esa fe que construye.

Fuente:
Pastor Otoniel Font

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