TEXTO: 2 CRÓNICAS 34:9-10 Vinieron estos al sumo sacerdote Hilcías, y dieron el dinero que había sido traído a la casa de Jehová, que los levitas que guardaban la puerta habían recogido de mano de Manasés y de Efraín y de todo el remanente de Israel, de todo Judá y Benjamín, y de los habitantes de Jerusalén. 10 Y lo entregaron en mano de los que hacían la obra, que eran mayordomos en la casa de Jehová, los cuales lo daban a los que hacían la obra y trabajaban en la casa de Jehová, para reparar y restaurar el templo.
Desde inicio de este año 2022 en nuestra congregación hemos estado trabajando fuertemente en la reparación de nuestro templo, hemos invertido nuestras oraciones, nuestro tiempo, nuestras finanzas, en algo que verdaderamente vale la pena, reconstruir la casa de Dios.
Pero tenemos muy claro que el objetivo principal de toda congregación no es solamente tener un templo bonito, reparando lo que se va dañando en las paredes, en el piso o en el techo, ni tampoco hacer remodelaciones enfocadas solamente en que el templo se vea mejor, mas moderno o más lujoso, sino que lo principal es REPARAR NUESTRA VIDA COMO HIJOS DE DIOS, RESTAURAR LOS MATRIMONIOS, RESTAURAR LAS FAMILIAS, REPARAR LAS VIDAS DAÑADAS POR EL PECADO, ese es el principal objetivo que cada uno de nosotros debemos tener.
Entonces, ¿Cuál es el templo que tenemos que reparar? NUESTRA VIDA, NOSOTROS MISMOS que hemos sido comprados por la sangre de Cristo para ser morada del Espíritu Santo. (1 Corintios 3:16-17) ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? 17 Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es.
Pero. ¿Qué es lo que necesitamos reparar de nuestro templo? Tenemos que comprender que para poder reparar algo lo primero que necesitamos es reconocer lo que está deteriorado o descuidado, cuando hablamos de reparar nuestro templo estamos hablando de aquellas áreas de nuestra vida cristiana que posiblemente hemos descuidado y por eso poco a poco se han ido deteriorando, y eso se ha visto reflejado en nuestra vida.
¿QUÉ NECESITAMOS REPARAR HOY EN NUESTRO TEMPLO?
I) NECESITAMOS REPARAR LAS GRIETAS QUE PERMITEN QUE SE FILTRE LA MUNDANALIDAD A NUESTRA VIDA (2 REYES 22:4-6) Ve al sumo sacerdote Hilcías, y dile que recoja el dinero que han traído a la casa de Jehová, que han recogido del pueblo los guardianes de la puerta, 5 y que lo pongan en manos de los que hacen la obra, que tienen a su cargo el arreglo de la casa de Jehová, y que lo entreguen a los que hacen la obra de la casa de Jehová, para reparar las grietas de la casa; 6 a los carpinteros, maestros y albañiles, para comprar madera y piedra de cantería para reparar la casa;
En el templo de nuestra iglesia teníamos muchos problemas de filtración de agua durante las tormentas, habían grietas en el techo que hacían que el agua cayera dentro del templo, mojando todo lo que había adentro.
Como no podemos hacer que deje de llover, pues vivimos en un país tropical donde en invierno llueve casi todos los días, lo que hicimos fue encargarnos de las grietas, no permitir las filtraciones, para que aunque afuera esté lloviendo fuertemente el agua no pueda filtrarse y causar daños.
En nuestra vida pasa lo mismo, no podemos dejar de vivir en este mundo, así como no podemos hacer que deje de llover, la clave es cuidarnos de las grietas por donde la mundanalidad, es decir, las influencias del enemigo puedan entrar a dañar nuestra vida, y la clave es apartarnos del mal (Juan 17:15) No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal.
En las construcciones para evitar las filtraciones en los techos y en las paredes hay muchas formas de repararlas, pero en nuestra vida espiritual la mejor manera de reparar las grietas es por medio del TEMOR DE DIOS (Proverbios 8:13) El temor de Jehová es aborrecer el mal; La soberbia y la arrogancia, el mal camino, Y la boca perversa, aborrezco.
Aborrecer no significa que nos de asco, sino que dejemos de amar o de poner nuestro corazón en aquellas cosas que nos destruyen, en aquellas cosas que no agradan a Dios, en dejar ya de enredarnos en amistades que solamente nos incitan al pecado, en mantenernos firmes en no hacer lo que todos hacen, sino atrevernos a ser diferentes al mundo, atrevernos a decir NO.
Recordemos que el enemigo no necesita toda una puerta abierta para destruirnos, lo que necesita es una pequeña grieta, que le demos una oportunidad.
II) TENEMOS QUE REPARAR NUESTRO ALTAR, ES DECIR NUESTRA RELACIÓN PERSONAL CON DIOS (2 CRÓNICAS 33:15-16) Asimismo quitó los dioses ajenos, y el ídolo de la casa de Jehová, y todos los altares que había edificado en el monte de la casa de Jehová y en Jerusalén, y los echó fuera de la ciudad. 16 Reparó luego el altar de Jehová, y sacrificó sobre él sacrificios de ofrendas de paz y de alabanza; y mandó a Judá que sirviesen a Jehová Dios de Israel.
En nuestro templo parte de nuestro proyecto de reconstrucción es restaurar el altar, es decir, el lugar donde se predica la palabra, donde la presencia de Dios fluye para bendición de los oyentes.
En nuestra vida cristiana tenemos que reedificar el altar que posiblemente hoy esté descuidado o destruido en nuestra vida, es decir que estamos viviendo una vida cristiana sin poder, sin oración, sin comunión con Dios por medio de su palabra.
Hoy el Señor nos llama a reedificar nuestro altar, a volver a nuestro primer amor, a reconstruir nuestra vida espiritual que hoy está abandonada, descuidada, (1 Reyes 18:30) Entonces dijo Elías a todo el pueblo: Acercaos a mí. Y todo el pueblo se le acercó; y él arregló el altar de Jehová que estaba arruinado.