
TEXTO: 1 CORINTIOS 7:26-28 Tengo, pues, esto por bueno a causa de la necesidad que apremia; que hará bien el hombre en quedarse como está. 27 ¿Estás ligado a una mujer? No procures soltarte. ¿Estás libre de mujer? No procures casarte. 28 Mas también si te casas, no pecas; y si la doncella se casa, no peca; pero los tales tendrán aflicción de la carne, y yo os la quisiera evitar
La palabra de Dios nos declara un verdad que todos debemos comprender, NO ES UN ERROR CASARSE de hecho la palabra de Dios nos declara que “Él que halla esposa halla el bien…”, pero tenemos que comprender que siempre dentro del matrimonio TENDREMOS CONFLICTOS los cuales tenemos que aprender a reconocer y resolver con la ayuda de nuestro Dios.
«El matrimonio no es la ausencia de conflictos, sino la disposición de resolverlos juntos con amor y paciencia.»
«Las crisis matrimoniales pueden ser el final o el comienzo de algo mejor. Todo depende de la actitud con la que se enfrenten.»
Por medio de la palabra de Dios podemos reconocer cuáles son algunos de los conflictos que afectan los matrimonios para poderlos resolver por medio del amor, la paciencia y la ayuda de nuestro Dios.
VEAMOS CUÁLES SON ALGUNOS DE ESOS CONFLICTOS QUE AFECTAN EL MATRIMONIO:
I) LOS CONFLICTOS QUE VIENEN POR NO QUERER ACEPTAR LOS CAMBIOS DE LA VIDA MATRIMONIAL
(1 CORINTIOS 7:32.34) Quisiera, pues, que estuvieseis sin congoja. El soltero tiene cuidado de las cosas del Señor, de cómo agradar al Señor; 33 pero el casado tiene cuidado de las cosas del mundo, de cómo agradar a su mujer. 34 Hay asimismo diferencia entre la casada y la doncella. La doncella tiene cuidado de las cosas del Señor, para ser santa así en cuerpo como en espíritu; pero la casada tiene cuidado de las cosas del mundo, de cómo agradar a su marido.
La vida de una persona cambia completamente cuando decide unir su vida a otra persona en matrimonio, y si de algo podemos estar seguros es que NO SE PUEDE VIVIR COMO SOLTEROS ESTANDO CASADOS.
Muchas veces los problemas en el matrimonio vienen porque siempre queremos agradar a otros, es decir, a nuestros amigos, amigas, compañeros de trabajo, nuestros padres, etc y descuidamos a nuestro cónyuge y la palabra de Dios es clara
(Vs 33) Pero el casado tiene cuidado de las cosas del mundo, de cómo agradar a su mujer.
(Vs 34B) “…..pero la casada tiene cuidado de las cosas del mundo, de cómo agradar a su marido.”
Los cónyuges tienen que dedicarse tiempo mutuamente y aprender a GOZAR DE LA VIDA JUNTOS (Eclesiastés 9:9) Goza de la vida con la mujer que amas, todos los días de la vida de tu vanidad que te son dados debajo del sol, todos los días de tu vanidad; porque esta es tu parte en la vida, y en tu trabajo con que te afanas debajo del sol.
II) LOS CONFLICTOS PRODUCIDOS POR NO ASUMIR LAS RESPONSABILIDADES DEL HOGAR
(1 Timoteo 5:8) porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo.
Muchos de los conflictos en los matrimonios vienen por no comprender que las cargas del matrimonio y de la familia se llevan juntos, es decir que las responsabilidades del hogar tanto financieras como de los quehaceres del hogar tienen que ser asumidas por ambos cónyuges.
Esto significa que tanto el esposo como la esposa tienen la responsabilidad de contribuir al bienestar del hogar en diversas áreas, ya sea en las tareas domésticas, la crianza de los hijos y las finanzas.
El matrimonio es un equipo, ninguno de los dos debe llevar toda la carga solo. Ambos son responsables de que el hogar funcione correctamente.
Todo esposo debe comprender que nos se es menos hombres si colabora en las tareas del hogar apoyando a su esposa, sino que al contrario, esto es parte del modelo de Dios para el matrimonio (1 Pedro 3:7) Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo.
Tanto el esposo como la esposa deben comprender que la responsabilidad del hogar no solamente es aportar financieramente sino también ADMINISTRAR CON SABIDURÍA las finanzas del hogar (Isaías 55:2) ¿Por qué gastáis el dinero en lo que no es pan, y vuestro trabajo en lo que no sacia? Oídme atentamente, y comed del bien, y deleitará vuestra alma con grosura.
III) LOS CONFLICTOS PRODUCIDOS POR INSATISFACCIÓN SEXUAL EN LA PAREJA
(1 CORINTIOS 7:3-5) El marido cumpla con la mujer el deber conyugal, y asimismo la mujer con el marido. 4 La mujer no tiene potestad sobre su propio cuerpo, sino el marido; ni tampoco tiene el marido potestad sobre su propio cuerpo, sino la mujer. 5 No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración; y volved a juntaros en uno, para que no os tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia.
Lastimosamente este es uno de los temas que menos se habla en la iglesia, pero en la vida matrimonial es una de los principales problemas que genera mayor conflicto y produce sentimientos de tristeza, dolor y menosprecio en los cónyuges.
Esto es causado por el EGOÍSMO, cuando solamente se busca la propia satisfacción SIN DARLE VALOR O IMPORTANCIA A LOS SENTIMIENTOS Y NECESIDADES DE NUESTRO CÓNYUGE.
Es por eso que la palabra de Dios nos dice que la satisfacción plena en la intimidad matrimonial es una responsabilidad de ambos cónyuges (Vs 3) El marido cumpla con la mujer el deber conyugal, y asimismo la mujer con el marido.
Igualmente se produce conflicto cuando hay un CONTINUO RECHAZO, MENOSPRECIO, INDIFERENCIA, O FRIALDAD hacia los deseos y necesidades de nuestro cónyuge.
Es por eso también que la palabra de Dios nos dice claramente: (Vs 5) No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración; y volved a juntaros en uno, para que no os tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia.
La palabra de Dios nos enseña que la edad avanzada no tiene que ser una excusa o una limitante para no disfrutar de la intimidad en el matrimonio (Proverbios 5:18-19) Sea bendito tu manantial, Y alégrate con la mujer de tu juventud, 19 Como cierva amada y graciosa gacela. Sus caricias te satisfagan en todo tiempo, Y en su amor recréate siempre.
IV) LOS CONFLICTOS POR NO QUERER VIVIR EN FIDELIDAD
(MALAQUÍAS 2:13-16) Y esta otra vez haréis cubrir el altar de Jehová de lágrimas, de llanto, y de clamor; así que no miraré más a la ofrenda, para aceptarla con gusto de vuestra mano. 14 Mas diréis: ¿Por qué? Porque Jehová ha atestiguado entre ti y la mujer de tu juventud, contra la cual has sido desleal, siendo ella tu compañera, y la mujer de tu pacto. 15 ¿No hizo él uno, habiendo en él abundancia de espíritu? ¿Y por qué uno? Porque buscaba una descendencia para Dios. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales con la mujer de vuestra juventud. 16 Porque Jehová Dios de Israel ha dicho que él aborrece el repudio, y al que cubre de iniquidad su vestido, dijo Jehová de los ejércitos. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales.
Verdaderamente que uno de los principales causantes de los conflictos, de las separaciones y de los divorcios es la INFIDELIDAD.
La infidelidad produce corazones quebrantados, daños profundos en la autoestima, dolor, amargura, pleitos, tristeza, crea desconfianza y produce celos desmedidos.
Por causa de todo el daño que produce la infidelidad matrimonial es que la palabra de Dios nos dice que EL QUE COMETE ADULTERIO ES FALTO DE ENTENDIMIENTO.
Lastimosamente el mundo virtual también ha sido usado por el enemigo para promover relaciones de fornicación y de adulterio, en el cual se mezclan sentimientos, malos pensamientos y deseos impuros, pues hay hombres y mujeres que nunca se han acostado con otra persona que no sea su cónyuge, pero mantienen pláticas sexuales con otras personas que aunque luego sean borradas, han afectado primeramente su relación con Dios y también su relación matrimonial, pues la palabra del Señor nos enseña que el adulterio también es lo que pensamos, lo que codiciamos, y lo que permitimos que llegue a nuestra mente y corazón (Mateo 5:28) Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.
CONCLUSIÓN: El matrimonio es un regalo de Dios, pero requiere esfuerzo, compromiso y amor para mantenerse firme. Los conflictos son inevitables, pero si los enfrentamos con sabiduría, paciencia y la guía de la Palabra de Dios, podemos superarlos y fortalecer nuestra relación. Aceptar los cambios, asumir nuestras responsabilidades, cultivar la intimidad con respeto y fidelidad, y vivir en obediencia a Dios son claves para construir un matrimonio sólido y duradero.