El resurgir del compromiso con la predicación expositiva en muchos círculos evangélicos es una señal muy alentadora, ya que la iglesia contemporánea navega por muchas tendencias culturales y estilísticas cambiantes. A medida que muchos miembros jóvenes de la iglesia han empezado a fijarse no en los últimos estilos de predicación, sino en lo que los más veteranos del evangelicalismo han estado haciendo durante años —por no mencionar que han empezado a estudiar las prácticas homiléticas de los movimientos de renovación evangélica a lo largo de la historia de la iglesia—, afortunadamente hemos visto un aumento de la predicación expositiva. Muchos de nosotros hemos mantenido nuestro compromiso con este tipo de explicación, ¡incluso cuando nuestros sermones son temáticos!
No es necesario ser dogmático sobre este tipo de predicación y, aunque creo que dedicar tiempo a series cortas de sermones temáticos o mensajes estratégicos «independientes» puede ser bueno y útil, considero que, en general, es sabio que un pastor no solo predique expositivamente, sino que lo haga a través de libros completos de la Biblia. Creo que todo predicador debería esforzarse por alimentar a su rebaño de esta manera. Estas son ocho razones:
1. Es bíblico.
Contrario a lo que algunos han dicho, la predicación expositiva a través de los libros de la Biblia tiene precedentes bíblicos. Los dos ejemplos más notables se encuentran en Nehemías 8, donde Esdras predica a través del libro de la Ley, «dándole el sentido» (v. 8) a medida que avanza, y, por supuesto, en Lucas 24, donde Jesús «comenzando por Moisés y continuando con todos los profetas, les explicó lo referente a Él en todas las Escrituras» (v. 27).
2. Ayuda a las personas a aprender la Biblia.
Es una triste realidad que la mayoría de los cristianos leen la mayor parte de su Biblia en la iglesia. Queremos que pasen tiempo diario en la Palabra, por supuesto, pero demasiados no lo hacen y no lo harán. Predicar a través de los libros de la Biblia expone con el tiempo a los asistentes a la plenitud del consejo de Dios. Esto es cierto incluso para los cristianos que estudian su Biblia, pero que tienden a hacerlo como lo hacen sus predicadores, favoreciendo ciertos libros o historias o énfasis devocionales. Si un predicador predica a través de libros completos, eventualmente llegará a libros menos conocidos a los que incluso algunos cristianos estudiosos no han dedicado mucho tiempo.
3. Estira espiritualmente al predicador y profundiza su comprensión de Dios.
Si un predicador se compromete a predicar a través de libros completos de la Biblia, se encontrará con pasajes difíciles y complejos que, de otro modo, podría haber evitado. Trabajar de forma sistemática en un libro significa que no se pueden saltar las partes confusas, las partes escandalosas o las partes «aburridas», cuyo estudio es útil para la vida devocional del predicador, ya que toda la Escritura es inspirada por Dios y útil (2 Ti 3:16), y, en consecuencia, también para la congregación.
4. Sitúa los temas polémicos o “candentes” en el lugar que les corresponde.
Un predicador comprometido con la predicación a través de los libros de la Biblia no puede dedicarse a un tema político, social o cultural que considere más importante. Su predicación no se rige por los titulares. Así, llega a los «temas sociales» cuando la Biblia lo hace y termina correlacionando su preocupación y energía con la preocupación y energía de la Biblia sobre esos temas.
5. Ayuda a los cristianos a comprender el plan completo de redención.
El anuncio del evangelio de la vida sin pecado de Cristo, Su muerte sacrificial y Su gloriosa resurrección para la salvación de los pecadores es un gran plan prefigurado que resuena a lo largo de toda la Escritura. Predicar a lo largo de libros completos de la Biblia ayuda a las iglesias a ver la historia épica que Dios está contando sobre Su Hijo desde la fundación del mundo. Del mismo modo:
6. Magnifica aún más la gloria de Jesucristo.
Como dice mi libro favorito de historias bíblicas para niños: «Cada página susurra Su nombre». Como Jesús mismo dijo a aquellos discípulos en el camino de Emaús, incluso las Escrituras del Antiguo Testamento hablan de Él. Como dice Pablo, todas las promesas de Dios encuentran su «sí y amén» en Jesús (2 Co 1:20). No predicar a través de tantos pasajes bíblicos como sea posible es ocultar ciertos aspectos de la gloria de Cristo a Su iglesia. Predicar sistemáticamente a través de los libros de la Biblia, trabajando fielmente en la exposición centrada en Cristo, es mostrar la gloria de Cristo en formas sorprendentes, frescas y diseñadas por Dios.
7. Promueve la paciencia, la resistencia y el compromiso de la congregación con la Palabra.
Ir saltando de un tema a otro según el interés pastoral o el estado de ánimo devocional del momento sin duda tiene algunas ventajas, pero comprometerse con un libro se ajusta más a la laboriosidad necesaria para un ministerio fiel y a largo plazo. Los predicadores que predican a través de los libros de la Biblia piensan lógicamente a más largo plazo, lo que es beneficioso para la eficacia pastoral. La manera en que los predicadores predican da forma a la iglesia.
Un pastor que se compromete a mostrar a Cristo semana tras semana a través de libro tras libro ayuda a reconectar los cortos lapsos de atención de los congregantes modernos con el fruto espiritual de la paciencia, la virtud cristiana de la resistencia y el mandato de la iglesia de ser el «pueblo del libro». Nada demuestra la fidelidad de un pastor y de una congregación a la Palabra de Dios y su confianza en ella como predicar todo el consejo de la Palabra de Dios.
8. Crea un legado pastoral y congregacional más duradero.
Como dijo una vez C. S. Lewis: «Ir con los tiempos es, por supuesto, ir adonde van todos los tiempos». O, alternativamente, también de Lewis: «Cuanto más actual es un libro, más pronto se vuelve anticuado». Sustituye «sermón» por «libro» en esta cita y creo que estaremos entendiendo algo. Predicar con los tiempos es ir adonde van todos los tiempos. Ahora bien, los sermones deben ser aplicables y pertinentes a la vida cotidiana del cristiano y al mundo en que vivimos. Pero lo bueno de las Escrituras es que son extraordinariamente aplicables y relevantes para el mundo en que vivimos sin nuestra ayuda.
Mientras que los sermones orientados hacia la tiranía del presente pueden ser de ayuda durante algún tiempo, los sermones predicados desde la Palabra eterna pueden ser de ayuda para siempre. A largo plazo, en el ministerio pastoral y en la vida de la iglesia, un pastor que proporciona a su congregación una exposición bíblica fiel y constante está dejando un cuerpo de trabajo que perdurará mucho más tiempo después de su partida. ¡Sería un hito llegar al final de la predicación de todo el Nuevo Testamento en la iglesia o, con la gracia de Dios, incluso de toda la Biblia! ¿No sería una meta a la que valdría la pena aspirar?