MATEO 13:1-9 Aquel día salió Jesús de la casa y se sentó junto al mar. 2 Y se le juntó mucha gente; y entrando él en la barca, se sentó, y toda la gente estaba en la playa. 3 Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar. 4 Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron. 5 Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra; 6 pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. 7 Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron. 8 Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno. 9 El que tiene oídos para oír, oiga.
Al hablar de tipos de familia podemos referirnos a la clasificación que hacen los diferentes estudios sobre la familia, la cual se basa en diferentes contextos tales como el económico, demográfico, el comportamiento de las familias, el número de personas que la componen y las interacciones que se dan entre ellos.
Y basado en esos estudios las familias se clasifican en diferentes tipos:
- Familia nuclear: Formada por un hombre y una mujer, con o sin hijos
- Familia extensa: Formada también por otros parientes como abuelos, tíos, etc
- Familia Monoparental: Formada por un solo progenitor y sus hijos, puede ser formada por una madre o un padre.
- Familia Reconstituida: Formada por parejas divorciadas o viudos cada uno con sus hijos.
Y hay también otros tipos de familias más. Pero este día vamos a reflexionar sobre algunos tipos de familias cristianas basadas en la parábola del sembrador, ya que tenemos que saber que nuestro Dios siempre está dispuesto a invertir en nuestra vida y en nuestra familia, a sembrar en nosotros su palabra para edificarnos, para bendecirnos, para transformarnos, pero lastimosamente por nuestras decisiones y por nuestras actitudes no permitimos que la semilla de su palabra de buenos frutos en nosotros y en nuestra familia.
Reflexionemos en el texto que hemos leído y reconozcamos que tipo de familia somos:
I) FAMILIAS FÁCILMENTE INFLUENCIABLES (MATEO 13:3) Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar. 4 Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron.(MATEO 13:19) Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino.
Lastimosamente muchos matrimonios se están destruyendo, muchos hijos e hijas se están perdiendo en la mundanalidad, porque se están dejando influenciar por alguien que es usado por el enemigo para robar la palabra que Dios había puesto en sus corazones.
Muchas veces no entendemos la palabra de Dios, no comprendemos su voluntad, no comprendemos su manera de obrar, y pedimos consejos o hacemos comentarios con personas equivocadas, con personas que tergiversan o tuercen la palabra de Dios a su conveniencia y no conforme a la voluntad del Señor.
Muchos veces ya hemos tomado una decisión para agradar a Dios en familia, y aparecen personas que nos hacen dudar de la decisión que habíamos tomado, vienen personas a nuestra vida usadas por el enemigo para robar de nuestro corazón la palabra de Dios y llenar nuestra mente de engaños, de consejos que no son conforme al Espíritu sino conforme a la carne. (Hechos 26:24-28) Diciendo él estas cosas en su defensa, Festo a gran voz dijo: Estás loco, Pablo; las muchas letras te vuelven loco.25 Mas él dijo: No estoy loco, excelentísimo Festo, sino que hablo palabras de verdad y de cordura. 26 Pues el rey sabe estas cosas, delante de quien también hablo con toda confianza. Porque no pienso que ignora nada de esto; pues no se ha hecho esto en algún rincón.27 ¿Crees, oh rey Agripa, a los profetas? Yo sé que crees. 28 Entonces Agripa dijo a Pablo: Por poco me persuades a ser cristiano.
II) FAMILIAS INCONSTANTES (MATEO 13:5) Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra; 6 pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. (MATEO 13:20-21) Y el que fue sembrado en pedregales, éste es el que oye la palabra, y al momento la recibe con gozo; 21 pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza.
Es una realidad que muchas veces vemos en las iglesias a familias que llegan, se congregan, se involucran en ministerios, pero lastimosamente a las pocas semanas o meses ya no se les vuelve a ver, ya no llegan, dejan sus ministerios abandonados.
Generalmente ese tipo de familias ya vienen de recorrer un gran número de congregaciones, y en ninguna de ellas permanecen, son familias que lastimosamente tienen padres inconstantes, que son como lo dice su palabra: De doble ánimo (Santiago 1:8) El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos.
- Son familias que quieren una iglesia con personas perfectas, pero que no reconocen sus propias debilidades.
- Son familias que no soportan las críticas, pero critican TODO lo que se hace en la iglesia.
- Son familias que han recorrido muchas congregaciones y en todas han tenido conflictos, pero nunca han reconocido si ellos mismos tendrán algo que que mejorar, o alguna actitud que cambiar.
Lastimosamente los hijos e hijas que forman parte de familias así, que no echan raíces, que no perseveran, que no son constantes, viven después una vida cristiana igual llena de inconstancia, o peor aún, se apartan de los caminos de Dios y no quieren saber nada de iglesias ni del camino de Dios ya que su corazón está dañado.
III) FAMILIAS AHOGADAS POR LOS AFANES (MATEO 13:7) Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron. (MATEO 13:22) El que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa.
Hay muchas familias que tienen toda buena intención de congregarse, tienen la intención de servir en su iglesia, pero lastimosamente esa intención no la pueden hacer realidad pues están enredados en los afanes de este mundo, toda la familia se ha dejado enredar de alguna manera en los afanes, en los compromisos, y no ponen al Señor como la primera prioridad de sus vidas.
Son familias cristianas pero que en realidad no han puesto su confianza verdaderamente en el Señor, pues una vida llena de afanes refleja que no estamos creyendo en las promesas del Señor, en su cuidado para con nosotros (Mateo 6:31-33) No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? 32 Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. 33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
Lastimosamente cuando en una familia hay padres que viven ahogados por los afanes, también los hijos aprenden a vivir de la misma manera, poniendo en primer lugar en sus vidas cualquier otra cosa que no sea el Señor, ven el ejemplo de una vida cristiana en la cual a las cosas de Dios no se les da importancia, y ellos viven igual, dando siempre el primer lugar de sus vidas al estudio, al trabajo, a las relaciones sentimentales, etc.
Se nos ha olvidado que el estilo de vida cristiana que nuestros hijos aprenden en casa es el que van a vivir siempre (Proverbios 22:6) Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.
IV) FAMILIAS FRUCTÍFERAS Y BENDECIDAS (MATEO 13:8) Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno. (LUCAS 8:15) Mas la que cayó en buena tierra, éstos son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y dan fruto con perseverancia.
Estas familias son las que tienen en su corazón agradar a Dios, seguirle y servirle, que quieren disfrutar las bendiciones de Dios sobre su familia, sobre su matrimonio y sobre sus hijos, pero también comprenden que la clave del éxito en la vida cristiana es la CONSTANCIA, es decir perseverar en los caminos del Señor (Juan 15:7) Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.
CONCLUSIÓN: Independientemente con cual de los tipos de familia pudimos habernos identificado, tenemos que saber que si ponemos a nuestro Dios primero en nuestro corazón, si decidimos verdaderamente mantenernos en sus caminos y hacer su voluntad, también podemos ser familias fructíferas y bendecidas para que demos frutos al ciento por uno para la gloria de nuestro Dios.