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Que hemos aprendido en el 2020

Hemos llegado al noveno mes del año, para algunos países del mundo significa nueve meses de enfrentar una pandemia que nos ha afectado a lo largo de este año 2020.SALMO 119-73

Hace algunos meses atrás nos preguntamos ¿Qué quieres enseñarnos Señor? Pero ahora después de varios meses en los cuales hemos enfrentado cuarentenas, enfermedades, problemas sociales, y una nueva normalidad, la pregunta es diferente, ahora tenemos que preguntarnos, en estos meses del 2020 ¿Que hemos aprendido? ¿habremos comprendido lo que el Señor quería decirnos?

Pero con toda seguridad cada uno de nosotros hemos aprendido mucho en este año, verdaderamente ha sido para nosotros y para nuestra familia un año de aprendizaje.

Reflexionemos entonces por medio de la palabra de Dios y respondamos ¿Que hemos aprendido en él 2020?

HEMOS APRENDIDO QUE LA SALUD ES UNA BENDICIÒN QUE MUCHOS NO VALORAMOS (3 JUAN 1:2)

Durante 8 meses del año la mayor parte de personas en el mundo ¿que hemos estado haciendo? Cuidando nuestra salud, protegiéndonos de un virus que puede enfermarnos gravemente o hasta morir.

Durante 8 meses hemos usado mascarillas, hemos guardado el distanciamiento social, hemos estado meses enteros en cuarentena sin salir de casa, todo para proteger nuestra salud y la de nuestra familia.

Quizás el Señor nos diría a muchos de nosotros ¿Verdad que es importante la salud? Pero lastimosamente es una bendición que muchos antes no valorabamos, que no agradecemos, y lastimosamente hay muchos cristianos que cuidan su salud con todas las medidas preventivas para no contagiarse de coronavirus pero se matan trabajando, viven su vida llena de angustia y de estrés, no quieren dejar los vicios, no comemos saludablemente, y eso también es una actitud de NO VALORAR la bendición que significa tener buena salud.

El Señor quiere que tengamos prosperidad y bendición, pero también que tengamos buena salud.

HEMOS APRENDIDO QUE LA PRESENCIA DE DIOS NO ESTÁ EN UN LUGAR SINO EN NOSOTROS (MATEO 18:20)

Una de las alegrías de este mes de septiembre es que muchas iglesias volverán a abrir sus puertas para recibir a las congregaciones, y nos sentimos gozosos porque vamos a volver a estar reunidos con nuestros hermanos y hermanas para adorar y clamar juntos al Señor, para ser instruidos por su palabra y para servirle en nuestros ministerios y porque su palabra nos manda a no dejar de congregarnos.

Pero no porque la presencia de Dios esté solamente en un templo, este año nos ha enseñado que la presencia de Dios está en nosotros, y que cuando como familia nos reunimos para orar y adorar su presencia se manifiesta con poder en nosotros.

Eso nos lleva a comprender dos verdades espirituales muy importantes:

Cuando clamamos en casa con nuestra familia hay poder, porque su presencia está ahí, este año nos ha enseñado que la presencia de Dios está en nosotros, y que cuando como familia nos reunimos para orar y adorar su presencia se manifiesta con poder en nuestra vida, y hay sanidad, hay restauración, hay paz, y gozo (Jeremías 29:13)

Ya no podemos seguir viviendo un cristianismo religioso porque la presencia de Dios no solamente está en la iglesia, ni solamente se manifiesta los domingos, la presencia de Dios está todos los días y en todo lugar con aquellos que somos sus hijos. (Exodo 33:14)

HEMOS APRENDIDO LA IMPORTANCIA DE LA ORACIÓN (LUCAS 18:1)

Seguramente muchas veces habíamos leído este versículo que nos enseña que la oraciòn es una NECESIDAD, pero en este año no solamente lo hemos leído, sino que lo hemos VIVIDO, y gloria a Dios por ello.

Verdaderamente en todo este tiempo de pandemia, de peligros de contagios, de sentir que la muerte puede estar muy cerca de nosotros, si algo nos ha sostenido es la oraciòn.

Hemos aprendido a comenzar los días orando y terminarlos orando, algo que ya sabíamos que teníamos que hacerlo, PERO NO LO HACÍAMOS.

Hemos experimentado la fortaleza de orar en familia, y la fortaleza de saber que hay otras personas orando por nosotros, clamando por nuestra vida, intercediendo por nuestras necesidades, hoy el Señor ha encontrado lo que antes no había hallado (Ezequiel 22:30) en este tiempo de pandemia muchos hombres y mujeres se han levantado en fe y en oraciòn y se han parado en la brecha a favor de sus prójimos y de su paìs.

HEMOS APRENDIDO QUE VERDADERAMENTE TODO LO PODEMOS EN CRISTO (FILIPENSES 4:13)

Verdaderamente este año 2020 ha sido un año difícil, y lo más difícil de enfrentar, aparte de la parte de salud, ha sido la INCERTIDUMBRE.

La incertidumbre por todos los cambios que tendríamos que enfrentar en nuestra vida, porque muchas cosas han cambiado, pero el Señor nos demostró que podemos enfrentar los cambios, podemos comenzar de nuevo, que sí podemos aprender cosas nuevas, que si podemos desarrollar nuevas habilidades.

Muchos critianos en esta época de cuarentena, perdieron sus negocios, perdieron sus trabajos, les ha tocado comenzar desde cero, pero en realidad han comenzado EN CRISTO, porque todo lo han podido lograr con Cristo que nos fortalece.

HEMOS APRENDIDO QUE LO MEJOR ANTE CUALQUIER SITUACIÓN QUE PODAMOS ENFRENTAR NO ES QUEJARSE SINO ADAPTARSE, Como nos lo enseña la palabra de Dios por medio del apóstol Pablo (Filipenses 4:11-13)

Hoy después de nueve meses de pandemia, a pesar de todo, podemos decir con gozo en nuestro corazòn: Gracias Señor por todo lo que nos has enseñado y por todo lo que hemos aprendido, aún en medio de las crisis los hijos de Dios podemos decir: EN DIOS HAREMOS PROEZAS (Salmo 60:12)

Fuente:
Pastor Oscar FLores | El Salvador

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