David estaba siendo perseguido por el rey Saúl, pues por celos quería matarlo, y huyendo llegó a una cueva llamada ADULAM. 1 SAMUEL 22-1-2-
Adulam tiene varios significados en hebreo: Lugar de refugio, lugar de aflicciones, lugar apartado, etc.
En la cueva de Adulam David se refugió junto con su familia y con todos aquellos que estaban pasando por tiempos de aflicción, ahí él se sintió seguro y pudo tener un tiempo aparte para estar en comunión con Dios, para ser fortalecido por él, en ese lugar David escribió dos salmos preciosos (Salmo 57 y Salmo 142)
Pero Adulam no era un lugar para vivir permanentemente, no era un lugar para permanecer escondido, Adulam era un lugar para fortalecerse, continuar el camino y seguir adelante (1 Samuel 22:3-5)
En la vida de nosotros los cristianos nuestro ADULAM puede ser un lugar en el cual nos apartamos para buscar de Dios, para fortalecernos espiritualmente, así como un campamento, un retiro, etc, pero también Adulam puede ser un tiempo en nuestra vida en el cual lo único que podemos hacer es refugiarnos en Dios, pues la batalla está muy fuerte, porque los ataques del enemigo son difíciles de soportar y lo único que podemos hacer es apartarnos y fortalecernos en Dios,
Pero al igual que David tenemos que comprender que no podemos quedarnos en Adulam, tenemos que seguir, tenemos que avanzar de la mano de Dios, y es por eso que es muy importante la pregunta ¿Qué haremos después de Adulam? ¿Como sera nuestra vida después del campamento? ¿Como sera nuestra vida después de ese retiro tan especial?
¿Como sera nuestra vida después de la prueba que estábamos pasando que nos hizo refugiarnos únicamente en Dios? Pues tenemos que saber que esa prueba, esa dificultad, esa aflicción no será para siempre (Salmo 30:5)
¿Que tenemos que hacer después de Adulam? ¡TENEMOS QUE TOMAR DECISIONES!
I) TENEMOS QUE DECIDIR NO VOLVER ATRÁS A NUESTRO ANTERIOR ESTILO DE VIDA EQUIVOCADO (HEBREOS 10:38-39)
Es triste ver la vida de muchas personas alcohólicas que se mantienen en sobriedad mientras están en el centro de rehabilitación, pero cuando salen lo primero que hacen es volver a la cantina para volverse a emborrachar.
Así de triste es ver la vida de muchos cristianos que después de un tiempo de retiro o de campamento pronto vuelven a lo mismo, a sus mismos errores, a sus mismos pecados, al mismo estilo de vida lejos de Dios, y es por eso que hay una frase muy dura que muchas veces escuchamos: “Que poco le duró él efecto…”
Pero nosotros tenemos que recordar que tenemos la fuerza del Señor, nosotros no somos de los que retroceden, nosotros tenemos que decidir no volver a lo mismo, no volver atrás, sino que tenemos que tener el verdadero deseo de mantener siempre nuestra comunión con Dios.
Igualmente es muy triste ver cristianos que después de la prueba, cuando ya la enfermedad ha pasado, cuando ya el problema está resuelto, vuelven a su misma vida que los llevó lejos de Dios, vuelven a su vida de mundanalidad y con una actitud de indiferencia con el Señor, lastimosamente se olvidan de quien los ayudo en la dificultad (Salmo 106:13)
Pero hoy después de Adulam nosotros tenemos que decidir en nuestro corazón no volver atrás, no regresar a lo mismo, sino que tenemos que continuar nuestra vida de la mano de nuestro Dios.
II) TENEMOS QUE DECIDIR MANTENERNOS FIELES AL SEÑOR (APOCALIPSIS 2:10)
Cuando los cristianos vamos a un lugar de retiro o un campamento generalmente al final hay una consagración, consagrar significa rendir nuestra vida al Señor, no se trata de tener una noche de consagración sino de vivir una vida consagrada a Dios, para hacer su voluntad, para cumplir sus propósitos.
Es por eso que tenemos que decidir en nuestros corazón mantenernos fieles al Señor, no apartarnos, no alejarnos, sino recordar siempre que no le hemos entregado a Dios una parte de nuestra vida, o una parte de nuestra voluntad, sino toda nuestra vida y toda nuestra voluntad (Romanos 12:1) todas las promesas que le hicimos en tiempos de angustia, tenemos que cumplirlas, y así como fuimos fieles en tiempo de prueba, tenemos que ser fieles en tiempos de bendición y de paz.