Miqueas 6:6–8
Ejemplos de la Palabra de Dios…
Un escriba (Mr. 12:28–34):
Un escriba que se suponía que se sentaba en la cátedra de Moisés, para interpretar la ley.
Era una persona discreta; tenía su teoría. Aunque estaba perdido, el Señor Jesús le dijo que no estaba lejos del Reino de Dios.
Un gobernador:
Félix (Hch. 24:25–27):
Pablo razonaba con él, y le señalaba el terrible efecto de sus pecados.
Félix temía, pero estaba perdido.
Pilato (Jn. 18:37–19:22):
Escuchó todas las evidencias en el juicio de Cristo, y dijo, «Yo no hallo en él ningún delito». (Jn. 18:38).
No tenía valor para mantener sus sinceras convicciones.
Un rey (Agripa II) (Hch. 26:28):
Le dio a Pablo una oportunidad para defender sus acciones en respuesta a los cargos que le hacían los judíos.
El argumento de Pablo era tan convincente que Agripa dijo: «Por poco me persuades a hacerme cristiano».
Un joven rico (Mt. 19:16–22):
Había guardado todos los mandamientos.
Vino a Cristo para recibir más instrucciones de Él mismo.
Le faltaba sólo una cosa: y aun así, estaba perdido.
Un ministro (Judas) (Lc. 6:1–16):
Estaba con el Maestro.
Fue vencido por Satanás y se perdió para siempre.
Un marido y una esposa (Ananías y Safira) (Hch. 5:1–13):
Decidieron engañar a la Iglesia.
Fueron sorprendidos y ambos murieron, perdiéndose.
Si usted ha sentido o cree que este sermón le ha tocado su corazón y quiere recibir a Jesucristo como su Salvador personal, solo tiene que hacer la siguiente oración:
Señor Jesús yo te recibo hoy como mi único y suficiente Salvador personal, creo que eres Dios que moriste en la cruz por mis pecados y que resucitaste al tercer día Me arrepiento, soy pecador. Perdóname Señor. Gracias doy al Padre por enviar al Hijo a morir en mi lugar. Gracias Jesús por salvar mi alma hoy. En Cristo Jesús mi Salvador, Amen.