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¿Qué es el éxito para mí?

Pensar en el éxito por años traía una imagen a mi cabeza con respecto a un estado en el cual una persona se encontraba y donde experimentaba la felicidad de haber alcanzado una meta, esta felicidad incluía cosas y circunstancias tales como: nunca haber fracasado, haber tenido siempre todos los recursos a la mano, que todas las cosas marchen a la perfección, que no haya vergüenza por algún error del pasado, tener posición ante la gente que le rodea, ser un referente para la sociedad, entre otros. Mantener esa imagen en mi mente por años me hizo creer que hasta no tenerlo todo para empezar y triunfar en una meta, no debía iniciar, frustrando de esta manera muchos sueños y anhelos de mi corazón. Llegué al punto de creer que yo no era lo suficiente para emprender algo grande y que debía esperar a un gran hombre para hacerlo en conjunto. Luego de haber derribado cada uno de esos falsos argumentos de mi cabeza, a través de la lectura y la sabiduría de algunas personas, pude adaptar un nuevo concepto de éxito para mi vida.

Personalmente creo que el éxito está directamente relacionado con nuestro propósito en la tierra, todos tenemos un propósito general que lo encontramos en Génesis 1:28 “Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra”. Este propósito para el hombre se basa en fructificar, multiplicar, llenar la tierra, sojuzgarla y señoread. Pero Dios en su infinita creatividad diseñó un propósito único y exclusivo para cada ser humano, algunos lo descubren más rápido, a otros nos cuesta más.

Creo que conocer nuestro propósito en la tierra es fundamental para nuestro desarrollo personal y para ser exitoso. Lo que puedo definir como éxito para mí, representa en cumplir en mi vida la perfecta voluntad de Dios, esto requiere de un proceso que dura toda una vida, pues no creo que el éxito sea tan solo un lugar donde llegar, sino que a medida que crecemos en cada una de las áreas de nuestra vida empezamos a experimentar el éxito. Todo lo que forma parte de nuestro crecimiento, sean fracasos, desaciertos, problemas, cuando los aprovechamos, aprendemos de ellos, los re direccionamos y los superamos, experimentamos el éxito, pues no nos quedamos siendo repetitivos, ni tampoco seres que hacen mucho pero producen nada.

Y de eso nos habla exactamente Pablo cuando escribe en Romanos 12:2 “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”. No conformarse es el primer paso para ser exitoso, Dios nos dio inmensas capacidades para desarrollar, un cerebro que según el psicólogo William James en el libro “las energías de los hombres” expone que “hacemos uso solamente de una pequeña parte de nuestros posibles recursos mentales y físicos”, es decir, que podemos vivir toda una vida aprendiendo, pero la diferencia entre la gente que vive aprendiendo y los que viven teniendo éxito es que los primeros aprenden cualquier cosa, y los segundos deciden aprender todo lo necesario para mejorar y caminar conforme a su propósito. Pablo habla acerca de una transformación a través de una constante renovación de lo que entendemos ya que mucha gente conoce lo que es bueno para su vida, pero cuando lo entienden lo ejecutan.

Finalmente me encanta saber que la voluntad de Dios se comprueba y cada vez que compruebo su agradable y perfecta voluntad estoy teniendo éxito. Y eso aclara que el éxito no siempre es sencillo, no siempre es fácil, pues muchas veces he tenido que tomar decisiones que no he querido, que me duelen, que tienen que desarmarme por cumplir la voluntad de Dios, pero a pesar del dolor o de lo que produzca una decisión, si hago lo correcto concluirá por traerme satisfacción y paz.

Creo que Dios nos creó para que experimentemos el éxito constantemente pues éste trae consigo paz, felicidad y un sentido de plenitud, es por ello que no podemos estacionarnos en la idea de alcanzar el éxito en una determinada cosa, sino en vivir una vida correcta, fiel a su propósito y de esta manera gozar de las consecuencias del llamado “éxito”.

Fuente:
Roxy Vásquez

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