
Actualmente se estila el mal uso del Marketing dentro de las iglesias, se está viendo a Cristo como un producto para ofertar y se necesita tener una visión y una declaración de misión para que todo tome un matiz de seriedad y entonces hacer la planificación para los próximos 5 años y planificar y planificar…
Yo nunca he logrado entender mucho de esas cosas, para mí son muy abstractas al igual que los ministerios. Actualmente en las iglesias existen un sinnúmero de ministerios que en ocasiones se confunden unos con otros y que pocos llevan a alguna parte. Una vez escuché decir: “Si quieres hacer reír a Dios, cuéntale tus planes” y eso es una verdad absoluta, ¿Quién nos dijo que podríamos hacer planes a nuestra voluntad? Él es quien hace todos los planes.
Pruébalo y atrévete nada más a hacerte planes sin contar con Él y verás en lo que se convierte tu día, te colmarás de ansiedad por cumplir con lo que te has trazado y nunca llegarás a ejecutarlo, ¿por qué?, porque sencillamente eres un siervo y tu Señor es quien da las órdenes. El día que logres concientizar esto, te vas a desgastar menos, simplemente te vas a poner en sus manos y te dejarás guiar por Él.
Esto también abarca los dones que Dios te ha dado. Si alguien te dijo que vas a escoger los dones a ejecutar, te engañaron, Él es quien te dota y quien decide cuales y en qué los vas a usar. No descubrimos los dones que tenemos y que Dios quiere que usemos para su gloria, porque no los ponemos al servicio de su pueblo. Enterramos nuestros talentos y después nos preguntamos por qué no se multiplicaron. Buscamos ejercer los dones que nos autogratifican y nos regalan un reconocimiento que eleva nuestra autoestima sin percatarnos de que estamos tan afanados en esto que no reconocemos los dones que Dios quiere que pongamos en acción.
Envidiamos los dones que tienen otros hermanos y en ese sentimiento malsano obviamos la riqueza que llevamos en el interior para que Dios obre a través nuestro.
No tenemos que tener todos los dones al mismo tiempo, pues dicho está en 1 Corintios 12.11 “Pero todas estas cosas las hacen uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere”
Hermanos, tengan bien claro esto: Los dones son para edificación de los hermanos, no para autogratificación. No para gloriarnos en ellos, porque nada tenemos que no nos haya sido dado “Porque ¿quién te distingue? ¿o qué tienes que no hayas recibido? Y si lo recibiste, ¿por qué te glorías como si no lo hubieras recibido?” 1 Corintios 4.7
Entonces, no se trata de ti, se trata del cuerpo de Cristo. No es pensar en ti, es pensar en servir a los demás. La obra de Dios no se proyecta en una oficina, se proyecta de rodillas y su ejecutor es el Espíritu Santo que vive en ti. Déjalo fluir con libertad.