“¡Gracias a Dios por lo que nos ha dado! ¡Es tan valioso que no hay palabras para describirlo!”
2 Corintios 9:15 (Traducción en lenguaje actual)
Levantarse por la mañana, respirar el aire que nos rodea, levantar nuestra cabeza y ver el cielo azul, contemplar el sonido de los pajarillos que cantan es una bendición enorme.
Reconocer que todo es gracias a Dios es una delicia. Levantar una oración de agradecimiento por un nuevo día, es lo mínimo que podemos hacer.
A veces pareciera que estamos tan acostumbrados a las bendiciones de Dios, tan acostumbrados al cuido y protección de Dios que ya no valoramos diariamente esa hermosa bendición.
Esta mañana mientras escuchaba una de mis alabanzas favoritas: “Puedo imaginarme”, mi corazón, mi mente pero sobre todo mi boca no encontraba las palabras exactas como agradecer a Dios por todo lo que nos permite experimentar.
Esta mañana le dije a Dios: “Dios mío, gracias, mil gracias por todo, quisiera tener las palabras indicadas para expresarte mi agradecimiento y saber que son las que tú querías escuchar, pero no sé cómo expresarlas, por lo que solo te pido que examines mi corazón y veas el profundo agradecimiento que hay en mi vida hacia ti”.
Esas palabras fueron las que propiciaron este devocional, ese: PROFUNDO AGRADECIMIENTO.
No sé si a ustedes les ha pasado alguna vez, sentir que no son merecedores de sus bondades, pero sin embargo Dios se luce en sus vidas. Sentir que no merecen tanto amor, pero sin embargo Dios nos ama con amor eterno, sentir que no son merecedores de vivir, pero sin embargo Dios nos ha dado vida eterna.
Pensar en lo que Dios ha hecho en nuestra vida, desde el día en que rendimos nuestro corazón a Él es darnos cuenta lo mucho que ha hecho sin que nosotros mismos creyéramos tan siquiera que podría pasar.
Cuando recuerdo de cómo era mi vida sin Él y como es mi vida ahora, no puedo dejar de sentir un PROFUNDO AGRADECIMIENTO, mis ojos se llenan de lágrimas porque nunca creí experimentar su amor, su misericordia, su gracia, pero aun cuando nunca lo pensé, Él si pensó en ti y en mí.
“«Yo te elegí antes de que nacieras; te aparté para que hablaras en mi nombre a todas las naciones del mundo»” Jeremías 1:5 (Traducción en lenguaje actual)
Recordar el día en que Él me encontró, porque yo no lo buscaba, pero Él si me busco, me perdono y me dio una nueva vida, esta vida que no siento merecer, pero que sin embargo Dios en su infinita misericordia quiere darme.
“Ustedes no fueron los que me eligieron a mí, sino que fui yo quien los eligió a ustedes…”
Juan 15:16a (Traducción en lenguaje actual)
Quizá no sea el hombre más perfecto y no lo pretendo ser, quizá tenga cientos de errores que necesito enmendar, pero hay algo de lo que Dios no puede dudar nunca y es que en mi corazón hay un PROFUNDO AGRADECIMIENTO que me impulsa a que cada día intente agradarlo y jamás cansarme de intentarlo.
“Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí”
Salmos 51:10 (Reina-Valera 1960)
Estoy seguro que cada uno de nosotros tenemos algo de que agradecer a Dios, estoy seguro que tu vida sin Él no tenía sentido, pero desde el día en que te encontraste con Él tu vida jamás volvió a ser la misma, estoy seguro que dentro de ti hay un: PROFUNDO AGRADECIMIENTO.
Dejando a un lado todo problema que puedas estar enfrentando, toda tribulación que este viviendo o toda dificultad que se ve venir, hoy quiero hacerte y a la vez invitarte a que respondas la siguiente pregunta:
Si hoy tuvieras frente a frente al Señor,
¿Qué le dirías?