Educación

Postmoderno y realidad de la Iglesia Evangélica

Quiero iniciar esta ponencia con este fragmento del poema de Pedro Mir. “Hay un país en el mundo colocado en el mismo trayecto de sol”. Con bellas playas, mares, montañas, con hombres y mujeres que sueñan, preñados de esperanza, que no se casan de luchar. Un país con una bandera tricolor, con una cruz en su centro y con un escudo que enarbola con orgullo: Dios patria y libertad. Un país fundado en la fe: En nombre de la Santísima, Agustisima e indivisible Trinidad. Hay un país en mundo con la primera presencia protestante de AL y Caribe, un país marcado por el amor, la libertad y salobridad: República Dominicana.

No podemos hablar de la iglesia y su realidad sin ver el contexto donde esta está ubicada, sin este conocimiento no se puede desarrollar la misión evangelizadora de manera efectiva.

Estamos en el marco de la celebración de los 501 años de la Reforma Protestante y con una presencia protestante de casi 200 años en la región Norte del país.

Hablar de la iglesia en Latinoamérica y el Caribe se hace imposible sin tocar el tema de la desigualdad social, inequidad y corrupción a todos los niveles, esto no escapa a la realidad dominicana.

La pobreza es multifactorial de manera que para estos fines solo voy abordar algunos tópicos referentes a situaciones de carencia y de precariedad, las cuales se definen a partir de la existencia de relaciones sociales marcadas por estas condiciones.

Analizar la situación de pobreza de la población dominicana nos lleva a cuestionar el modelo de desarrollo que históricamente ha caracterizado a nuestra sociedad. El desarrollo social dominicano se enmarca en un capitalismo de la periferia, desde el cual se dispone la existencia de grupos socio-económicos dominantes de alrededor de un 30%, quienes son poseedores de la mayoría de los recursos económicos.

Existen un conjunto de problemas sociales, en la sociedad dominicana: la violencia social y la violencia intrafamiliar, los procesos de desintegración familiar, las condiciones de exclusión y dominación hacia la mujer, que aún persisten y lo vemos cada día en los feminicidios; problemas de abuso infantil a todos los niveles, la integración laborar de los menores de edad, niños en situación de calle; así coma el comercio y la explotación sexual de niños, niñas y adolescentes, drogas, lavados son unos pocos de nuestros problemas.

La sobrevivencia es parte de este contexto de violencia, en la cultura popular dominicana se escuchan expresiones como: “buscarse la vida”, “partir brazo”, estar “con el cuchillo en 1a boca”, son parte de las expresiones de impotencia. En este sentido señala Jorge Cela, revolucionario jesuita, que la persona que vive en la pobreza “concentra toda la intensidad en el momento presente. La cultura de la pobreza se realiza en la inmediatez. De ahí que sean elementos típicos de su accionar el espontaneísmo y la intensidad”.

La República Dominicana es el quinto país de Latinoamérica y el Caribe que cuenta con una de la más alta tasa de embarazos en adolescentes. La incidencia es de un 98 por ciento, superado por Nicaragua 109%, Honduras con 108%, Venezuela con 101% y el Ecuador con 100 por ciento. (Listín diario 11 de octubre 2018). Llama la a la atención, el clamor persistente a erradicar el aborto de parte de los líderes eclesiásticos a la cual me uno en un grito por la vida.

Sin embargo, la pregunta es ¿Cuántos programas de acompañamiento para embarazos en adolescentes tienen las iglesias? Creo que muy poco. El programa de educación sexual integral debe ser parte de la agenda de las iglesias, empezando por los colegios evangélicos. Considero importante las acciones preventivas, lo cual debe ir acompañada de propuesta de abstinencia sexual y preservarse en pureza para el matrimonio, como parte de la agenda de trabajo eclesial.

Las iglesias evangélicas y pentecostales deben hacer incidencia a través de una visión integral de las políticas públicas, las cuales pueden ser impulsadas, uniéndose en propuestas comunitarias como parte de la agenda pastoral y presionar al gobierno para su cumplimiento. De esa manera podremos combatir el aborto, la violencia intrafamiliar, los feminicidios, la idolología de género (Sexo X). Unidos en esfuerzos comunes, tanto las iglesias, la comunidades y el gobierno.

En el contexto dominicano el problema de la niñez es alarmante, encesto, violación, abandono, madres solteras con múltiples trabajos entre otros. En este sentido propongo una pastoral integral de la niñez, de paz y ternura para cambiar el rostro de dolor de nuestra niñez y adolescencia. Fortalecer las escuelas bíblicas en las iglesias y en las comunidades como espacio para trabajar los volares cristianos, así como la inclusión de los adolescentes y jóvenes en los programas de las iglesias, de las cuales hay muchas que se están volviendo cada día más adulto céntrico. Pues los niños en muchos ministerios se ven como un gasto y no como una inversión de amor a largo plazo.

Por, otro lado, es evidente el crecimiento de la iglesia evangélicas y pentecostales es una realidad, así, como el grado de credibilidad que aun tenemos en relación con la iglesia católica Romana, eso es muy alentador, no obstante debemos nosotros verificar si este crecimiento de la iglesia responde a los principios del evangelio y a los valores del reino de Dios.

En el texto Bíblico hay un modelo teocrático en el AT donde Dios era el centro del pueblo, se vivía políticamente en una monarquía, así que no había izquierda, ni derecha. En NT no se vislumbra de manera clara un modelo político como tal. Más que el sistema esclavista romano.

Ahora, bien, en el NT se ve de claro como se debe vivir en el Reino de Dios, cuyos valores son distintos al sistema de poder temporal imperante, las tentaciones de Jesús, en Mateo y Lucas son un buen ejemplo. Jesús no hace alianza con el poder del mundo representado por: fariseos, zelotes, saduceos y herodianos. Jesús plantea una agenda de incidencia política clara, es una ética cristiana que se expresa en el servicio y ayuda al prójimo, que son aquellos que están en desventaja y sometidos a opresión y explotación (mujeres, esclavos, niños, enfermos, excluidos), mostrando el amor como el camino a la transformación social.

Realidad posmoderna y la Iglesia Evangélica
A propósito de celebrarse los 501 años de la Reforma Protestante y mirar el rostro de la iglesia evangélica y pentecostal en República Dominicana, debemos encontrar nuevas respuestas para la misión, en medio de un mundo global, desigual y posmoderno, siempre ha de oírse el llamado Bíblico a la iglesia es renovar el pensamiento y la cosmovisión cristiana a la luz de los tiempos y del contexto que le tocado vivir.

La manera de ver el mundo y ver la realidad es lo que se llama cosmovisión. Para muchos filósofos, sicólogos, teólogos, sociólogos. Lo que hoy se llama posmodernidad no es más que una respuesta de frustración a lo que fue la modernidad. La cual fundamentó sus grandes discursos de fe en la razón y en lo demostrable. Hoy todo ha cambiado.

La pregunta pertinente es, qué es ser cristiano y ser iglesia en el contexto posmoderno del siglo XX1. El Posmodernismo sacrifica los valores morales y cívicos del mundo occidental. Humildad, dignidad, fidelidad, prudencia, moderación, honestidad, responsabilidad, justicia y solidaridad han perdido su prestigio.

Entonces como vivir la fe en medio de este pluralismo y relativismo religioso, marcado por el hedonismo, el individualismo, la vida privada y la rendición de culto al cuerpo. Donde la identidad y valorización de la persona se vive a partir de tener y no de ser. Complejidad que se evidencia en los egos inflados y desfigurados de muchos líderes pastorales.

Al situar este enfoque desde la iglesia surge la pregunta cómo entender lo absoluto en mundo plural en relación al señorío de Jesucristo. Ahora cada persona y cada contexto tienen su verdad. Ni la ciencia, ni la razón tienen la verdad. Lo que es correcto o incorrecto lo determina la conciencia pasando a una fe privada e intima. Así, la Biblia y los valores éticos cristianos quedaron separados a expensa de la interpretación particular.

De esa manera se va desarrollando un contexto plural, donde cada quien impone su verdad, forma de pensar, actuar. Tanto la modernidad como la posmodernidad ponen en el centro al ser humano, desde una perspectiva humanista filosófica y antropológica. Cada iglesia que surge tiene su propia verdad a partir de la interpretación de su líder. La Biblia se vuelve un referente teológico y no es el centro de la interpretación para la práctica eclesial. Cada quien enseña su membrecía o la domestica de acuerdo a su verdad. Esto no escapa al contexto dominicano.

El contexto posmoderno representa una gran oportunidad para la iglesia ya que hay un retorno a lo sagrado y a lo sobrenatural. El problema es que cada quien tiene su verdad, se hace necesario poner la Biblia en la centralidad de la adoración y vivir la fe en Cristo. La Biblia ha venido a ser sustituida por el canto congregacional, la labor profética y el Cristo de milagros. Ya la Biblia no tiene la relevancia de Palabra de Dios en muchas de las celebraciones culticas posmoderna, sino como un complemento, así, como la misma predicación del evangelio. Ahora incluso no hay que congregarse se puede adorar a Dios desde la casa y enviar tu ofrenda.

La tecnología invita a la iglesia electrónica desde el celular se puedo tener su propia adoración sin tener que rendir cuenta a nadie. Nos encontramos en medio de una realidad que aun el pecado y las faltas morales es un asunto de la conciencia, depende del cristal con que se mire. Si la Biblia no es el centro de enseñanza para vivir la vida cristiana. ¿Quién tiene la verdad absoluta?

La globalización ha hecho del mundo una pequeña comunidad, así que cada quien tiene su verdad, Mahoma, Buda, Cristo. Las paredes que ahora separan son invisibles, ya nadie tiene una privacidad de la información, ahora todos los miembros de las iglesias tienen acceso a todos los tipos de prácticas religiosas.

A pesar de todo lo anterior no se puede ver la posmodernidad como una enemiga, sino desde una cosmovisión cristiana crítica, situarnos en la perspectiva de los valores del reino de Dios y su justicia. Ahora lo sobrenatural es tan real como lo fue la razón, el gran desafío es hacer el balance de ambos. Se debe contar la historia del amor de Dios desde una fe práctica y coherente, es lo que dará permanencia a la iglesia Bíblica. Presentar el Dios de la historia presente desde la creación del mundo y que se ha hecho carne en Jesucristo y que se evidencia en la vida de fe de los creyentes que lo muestran amor y alteridad.

El posmoderno quiere ver un discurso impregnado del amor y la esperanza para seguir adelante, aunque esta signifique sacrificarlo todo. Por eso su desprendimiento al dar económicamente, pues necesitan creer que en medio de todas las precariedades hay un mundo posible y sostenible el cual se puede construir. Lo que se necesitan son líderes pastorales autodefinido en Cristo e identificado con el evangelio trascendente, capaz de renunciar a lo efímero, temporal y al Dios Mamon y tener su mirada puesta en Jesús el autor y consumador de la fe. Volver a vivir de acuerdo a las verdades Bíblicas.

Vivir como discípulos de Jesucristo nunca ha sido tarea fácil, menos en este tiempo posmoderno. Nuestra esperanza reside en dos factores: primero, en el poder de la fe cristiana porque, como dice Maurice Blondel, filosofo cristiano francés: “Siempre hay en el cristianismo virtualidades latentes, las cuales cada época descubre en proporción a sus necesidades.”

Esta relación dual de la iglesia, inserta en el mundo, es el resultado y la expresión de su doble naturaleza, la cual es humana-divina, lo que le produce algunos problemas para la misma. Porque a medida que la iglesia permite que su naturaleza divina se exprese como luz y sal, irá descubriendo que ella misma está en conflicto con el mundo.

Para la teología simplista, toda la realidad, incluyendo la económica y social, se reduce a cuestiones espirituales y de demonios. El desempleo es cuestión de “demonios”, el feminicidio, la violencia infantil, la corrupción de gobernantes ese flagelo que pareciera no tener fin ni conocer de límites y geografías no es culpa de los gobernantes, solo hay que orar por ella y liberar el territorio de esos demonios.

Los embarazos de adolescente es una actitud irresponsabidad de ellas, hay que someterla al Señorío de Jesucristo y echar fuera ese demonio. Pero luchamos en contra del aborto. Los jóvenes son violentos y están así por la droga vamos a orar por ellos. La iglesia tiene un papel social y comunitario que desarrollar bajo el poder del Espíritu Santo.

Dentro de muchas predicaciones posmoderna ya se encontró una solución para salir de la pobreza esta se ve como una maldición, un demonio. Así que solo tiene que decretar que se vaya de tu casa y esta se va en el nombre de Jesús.

Necesitamos regresar al evangelio del Reino de Dios, Lucas 4:18. El Espíritu del señor esta sobre mi…. La iglesia que ve a Jesús en cada necesitado Mt 25:46s porque tuve hambre…. Y me diste de comer.

Ejemplos encontramos a través de la historia y en la Biblia misma muy parecida a lo que pasa hoy en la iglesia posmoderna. Algo similar ocurrió con la iglesia de Laodicea (Ap. 3:14-22). Esta se había convertido como la ciudad misma: arrogante y opulenta. Confiando en sus riquezas materiales se había hecho pobre. Había abandonado al Cristo exaltado y creía no tener necesidad de nada porque entendía tenerlo todo. Y Cristo le dice: arrepiéntete de tu pecado y ven a mí que llamo a tu puerta (v.19-20). ¡Oh iglesia del espectáculo! Arrepiéntete del pecado de la banalidad y de querer darle al mundo lo que el quiere.

Espiritualidad emocional importada para domesticar a los creyentes
“Felicidad light”. El placer está masivamente valorado en todas las áreas de la vida. El deseo de la persona posmoderno es buscar más y mejores experiencias, pues no queda satisfecho con lo que tiene y experimenta. Así que cada espectáculo de adoración está diseñado para llenar espiritualmente a las personas hasta el siguiente encuentro.

Dios reclama por la unidad los líderes cristianos comprometidos con reino de Dios, para luchar por un mejor proyecto de nación, donde se destile el verdadero amor hacia el prójimo, donde la tolerancia, la equidad y la justicia, como la luz iluminen las tinieblas que cubren la pobreza ideológica, la corrupción y la avaricia principales piedras de tropiezo que oscurecen el camino del progreso de los dominicanos.

Es fundamental el esfuerzo por superar la ética individualista, que tanto ha corrompido nuestras sociedades. Nadie puede permanecer pasivo ante lo que sucede hoy en nuestra sociedad dominicana.

Esto llama a reflexión a todos los protestantes que estamos aquí pentecostales y evangélicos. Estamos desafiados a dar testimonio de nuestra fe en cada comunidad. Una fe que se encarna y llora con el que llora y se indigna frente a la injustica y desigualdad social. En estudio hecho por la encuesta Gallup en este mes, coloca a los evangélicos en el segundo lugar en credibilidad, siendo las universidades la que ocupan el primer lugar. Eso es un gran desafío. Eso es bastante alentador demos la gloria a Dios. Pero debemos seguir adelante parecernos más a Jesucristo y menos a los políticos que nos gobiernan.

Aspectos resumidos de nuestro contexto dominicano eclesial:

En el contexto sociocultural tenemos una iglesia evangélica en desigualdad frente a la iglesia católica Romana en término del presupuestario estatal, pero creciente en número y credibilidad.

Líderes pastorales en la dinámica de la política -partidista, sin la suficiente preparación para ello, eso puede ser peligroso.

Una iglesia falta de unidad de propósitos misional, cada quien en su pedazo de isla, muchas de las cuales cuentan con teologías y adoración importadas, descontextualizad, con una lectura bíblica fundamentalista, carente en su gran mayoría de contenido que reproduzca la vida abundante.

Un desplazamiento tanto de la figura de Cristo en la predicación, así como de la Biblia en la adoración y la enseñanza, ocupando la alabanza el lugar de estas.

En cuanto a la vida discipular, uno falta de compromiso misionero y comunitario, así como falta de amor por el que se pierde. Muchos discípulos con una vida cristiana para sí mismo.
Las persona posmoderna tienen un regreso a las regiones y una búsqueda de lo sobre natural. Eso es una buena señal.

Tenemos un liderazgo pastoral envejeciendo, dejando un vacio de relevo generacional. Con el cual no se está trabajando de manera intencional.

Fuente:
Rda. Dra. Susana Sánchez, PHD / Directora Escuela de Teología

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