Tras la partida a la presencia del Señor del Obispo Daniel Louis Frías, las autoridades nacionales del Concilio Iglesia de Dios en República Dominicana posicionaron a su viuda Emelinda King de Louis como pastora oficial de la Iglesia Tabernáculo Camino al Cielo (TCC), el pasado 16 de diciembre, con la presencia del cuerpo ministerial nacional, distrital y local.
El Obispo Administrativo Nacional de la Iglesia de Dios Rev. Juan Tiburcio encabezó el acto de posicionamiento de la pastora Mela, como se le llama cariñosamente; así como a su hijo Natanael Louis King, como pastor adjunto.
La máxima autoridad del Concilio en el país entregó a la pastora Emelinda, de manera simbólica, la llave de la Iglesia y expresó: «Pastora Emelinda lo que usted haga en el nombre de Jesús queda hecho y ésta llave simboliza que usted tiene la autoridad de abrir y de cerrar; para que usted cancele la obra del maligno».
«Agradecida porque Dios nos da la victoria y no estamos solos; pues el Padre, El Hijo y el Espíritu Santo está con nosotros», fueron las únicas palabras de la pastora Mela.
«La Iglesia de Dios en República Dominicana avanza. Sólo puedo decir que se ha hecho, se hace y se siguirá haciendo la voluntad de Dios, que es buena, agradable y perfecta. Agradezcemos infinitamente al pastor Humberto de Deschamps que siempre ha sido un fiel amigo de nuestra famiiia y ha estado acompañándonos en cada momento», externó Natanael Louis King.
La salmista Raquel Amparo, fiel colaboradora de TCC deleitó, a los presentes y a quienes seguían la transmisión, con hermosas canciones de alabanzas y adoración al Todopoderoso.
Mildred Martínez (dioconisa) y Eunice Marte (directora del departamento de educación cristiana) como maestras de ceremonia, dirigieron el solemne acto que marca una nueva temporada en la iglesia TCC que es punta de lanza desde Santiago para el ensanchamiento de la Iglesia de Dios en la República Dominicana; puesto que el fenecido Obispo Louis Frías levantó más 120 iglesias en todo el territorio nacional, y pastoreó en Santiago por espacio de 46 años hasta el momento de su partida a la presencia del Señor.