He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono. Apocalipsis 3:20-21
“Cierren las puertas y vengan a Mi Santuario, dice el Señor. Yo estoy en la puerta de su corazón. Yo estoy tocando allí. ¿Me dejarán entrar? Porque Yo anhelo pasar tiempo con ustedes. Muchos de ustedes han abandonado su tiempo Conmigo. Muchos han estado demasiado ocupados con los asuntos de este mundo. Muchos me han abandonado, dice el Señor. Pero Yo no los he abandonado. Yo estoy buscando a las ovejas perdidas de Mi redil, porque muchos han encontrado otras cosas para comer en esta hora. Ellos han comido cosas que son insalubres a sus espíritus. Ellos solían estar satisfechos con la comida que Yo les daba, pero ahora, han llegado a las mesas de los hombres. Sin embargo, aunque Yo he puesto delante de ellos un banquete, han decidido no participar de el, porque no están preparados, porque no han tenido el sustento para sus huesos. Cuando los días de vacas flacas vengan, ustedes no tendrán suficiente carne en sus huesos para sobrevivir. Pero Mi cuerpo fue quebrantado por ustedes, Yo di Mi sangre en rescate por muchos. YO SOY el pan de vida. Todo el que venga a Mi se mantendrá firme en los días por venir”.
Juan 6:32-35 Y Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: No os dio Moisés el pan del cielo, mas mi Padre os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es aquel que descendió del cielo y da vida al mundo. Le dijeron: Señor, danos siempre este pan. Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.
“Vuélvanse a Mi con todo su corazón, su alma y su mente, busquen Mi rostro y arrepiéntanse de su vana manera de vivir. Los programas políticos no los salvarán de las cosas que están por venir. Asistir a la Iglesia los domingos no los salvarán de las cosas que están por venir. Pagar sus diezmos y ofrendas no los salvarán de las cosas que están por venir. Tener dinero guardado en un banco no los salvará de las cosas que están por venir. Porque muchos por la dureza de su corazón y por no arrepentirse, atesoran para sí mismos ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios, el cual pagará a cada uno conforme a sus obras”.
Romanos 2:5-8 Pero por la obstinación y dureza de tu corazón, vas acumulando ira contra ti mismo para el día de la ira, cuando Dios revelará su justo juicio, en el cual pagará a cada uno conforme a sus obras. Dios dará vida eterna a los que, perseverando en hacer el bien, buscan gloria, honra e inmortalidad; pero castigará con ira a los que por egoísmo se rebelan y no obedecen a la verdad, sino a la injusticia.
“Yo regresaré pronto por un Pueblo dispuesto a renunciar a todo por Mi. Yo regresaré pronto por un Pueblo que ha sido crucificado juntamente Conmigo. Yo no te preguntaré en aquel día cuantos dones espirituales tenías, o cuanto repartiste a los pobres. Yo regresaré por un Pueblo Santo. Yo vendré a buscar un Pueblo lavado y redimido con Mi Sangre. Se levantará un sacerdocio real donde el hombre Me servirá como David, con pasión, reverencia y alabanza. Yo pondré en el hombre el corazón de santidad y pureza que cambiarán a muchos en su entorno. Porque clamaron a Mí, y Yo escuché el clamor de Mi pueblo”.
Apocalipsis 22: 10-15 También me dijo: No selles las palabras de la profecía de este libro, porque el tiempo está cerca. Que el injusto siga haciendo injusticias, que el impuro siga siendo impuro, que el justo siga practicando la justicia, y que el que es santo siga guardándose santo. He aquí, yo vengo pronto, y mi recompensa está conmigo para recompensar a cada uno según sea su obra. Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último, el principio y el fin. Bienaventurados los que lavan sus vestiduras para tener derecho al árbol de la vida y para entrar por las puertas a la ciudad. Afuera están los perros, los hechiceros, los inmorales, los asesinos, los idólatras y todo el que ama y practica la mentira.
OREMOS:
Señor Jesús yo creo firmemente que tu eres el Hijo de Dios. Tu eres el Cristo, el que vino a morir por mi y a deshacer toda obra del diablo, toda obra de maldad. Diste tu vida en la cruz por mis pecados y resucitaste de entre los muertos. Padre hoy confieso que he pecado, confieso que me alejé de Ti, confieso haber andado por malos caminos, haciendo lo que me gusta, sin pensar en que alejado de ti no puedo hacer nada. Hoy confieso no haberte obedecido y te pido perdón; me vuelvo a ti en arrepentimiento. Lávame, y límpiame con tu sangre. Te pido que te quedes conmigo, en mi corazón y seas dueño y Señor de mi vida. Te confieso como mi único y verdadero Señor y Dios. Apártame para servirte, amarte, obedecerte. Dedico y consagro a Ti mi vida. Gracias por redimirme, por limpiarme, por justificarme y santificarme. En el nombre de Jesús. Amen.
Con amor y oraciones,