Esta es una pregunta que muchos cristianos se hacen y que generalmente no encontramos una respuesta y por tal motivo muchos hermanos y hermanas abandonan las iglesias pues llegan a una conclusión: “Para estar con pleitos y conflictos mejor ya no me congrego”
Pero la palabra de Dios nos da respuestas a esta pregunta que muchos nos hacemos: ¿Porque hay conflictos en las iglesias?
En términos espirituales aunque nos parezca difícil de comprender hay conflictos en las iglesias: PORQUE DIOS ASÍ LO PERMITE (1 CORINTIOS 11:19)
Pero ¿porque o con qué objetivo él Señor permite las disensiones o conflictos en las iglesias? Para que esas disensiones o conflictos revelen quiénes son aquellos cristianos que necesitan aún más de la obra transformadora del Espíritu Santo en su vida, y entre ellos la palabra de Dios nos dice que están:
Los cristianos carnales (1 Corintios 3:3) Es decir aquellos que sus acciones y actitudes están llenos de celos, egoísmo, contienda y disensión.
Los cristianos que causan divisiones (Romanos 16:17) Estos son los que siembran discordia entre los hermanos, lo cual el Señor dice que aborrece (Proverbios 6:19)
Los cristianos contenciosos (1 Corintios 11:16) según el diccionario una personas contenciosa es aquella que siempre contradice lo expresado por las demás personas, es decir los cristianos que no hacen, pero que si critican.
Hablando en términos terrenales o humanos, hay conflictos en las iglesias:
POR NUESTRA HUMANA DEBILIDAD (ROMANOS 6:19 / ROMANOS 7:24)
Tenemos que comprender que todos los que nos congregamos en una iglesia desde él pastor, servidores, diáconos, y congregación, TODOS SOMOS DÉBILES E IMPERFECTOS.
NO somos un producto terminado, somos un producto en proceso de perfeccionamiento, todos los días luchamos con nuestro mal carácter, con nuestra soberbia, con nuestro resentimiento, y el Señor usa nuestra humana debilidad como una oportunidad para nuestro aprendizaje (Colosenses 3:13)
PORQUE LOS PASTORES SON CONTENCIOSOS (2 TIMOTEO 2:24-25)
Lastimosamente muchas veces en las iglesias los causantes de los conflictos y las disensiones somos los pastores, cuando usamos el púlpito en lugar de predicar la palabra de Dios para atacar a los hermanos, para humillar a los servidores de la iglesia, para criticar familias, etc.
Los versículos que hemos leido nos dicen que el pastor o el siervo de Dios no debe ser contencioso sino amable para con todos y apto para enseñar, pues el llamado de Dios para él pastorado no es para regañar, para pelear y tener conflictos sino para enseñar, para alimentar a las ovejas que Dios nos ha encomendado.
Igualmente los versículos nos dicen que los pastores deben tener mansedumbre para corregir, es decir que no se trata de expulsar o literalmente echar de la iglesia a los hermanos sino corregirlos con amor.
Lastimosamente muchas veces los pastores confundimos el “Carácter fuerte” con prepotencia, con altanería y con malcriadeces, pero no debe ser así, pues la palabra de Dios nos dice lo contrario.
Tenemos que comprender que más que tener “Carácter Fuerte” lo mejor es tener una “Mente Fuerte” es decir SABER DISCERNIR LO QUE ES CORRECTO Y HACERLO.
PORQUE NO LEEMOS EL MANUAL DE DIOS: LA BIBLIA (MATEO 18:15-16)
Siempre decimos “La Biblia es el manual de Dios para nuestra vida” pero NO la leemos, también decimos “La Biblia es él mapa de nuestra vida” pero NO la consultamos cuando no sabemos qué hacer.
En toda la Biblia y principalmente en el nuevo testamento encontramos los consejos para manejar los conflictos entre los hermanos, pero lastimosamente no los tomamos en cuenta, o simplemente no los conocemos pues no los hemos leído.
La palabra de Dios nos dice que en un momento de conflicto o discusión con un hermano tenemos que reprenderle estando solos, pero ¿que hacemos normalmente? Comenzamos a hablar mal del hermano o hermana con toda la congregación, comenzamos a publicar comentarios en las redes sociales, etc.
Hagámonos una pregunta cada una de nosotros: ¿HE LEÍDO TODA LA BIBLIA O POR LO MENOS TODO EL NUEVO TESTAMENTO? Para enfrentar los conflictos en la iglesia, POR AHÍ TENEMOS QUE COMENZAR.