Se considera que comenzó en 1916 en Francia o en China en 1917; lo que llama a la atención por lo que ocurre hoy, aquella vez se habló de una posibilidad pero en la actualidad es el país de origen del Coronavirus, neumonía con nacimiento en la ciudad de Wuhan en China.
En éste planeta hay que vivir preparado para enfrentar cualquier acontecimiento repentino, lo inimaginable puede ocurrir, ya Cristo nos alertó acerca de los acontecimientos que íbamos a experimentar, “En el mundo tendrán sufrimientos; pero ¡ánimo!, yo he vencido al mundo.” JUAN 16:33b BLPH.
El llamado por la Organización Mundial de la Salud, Covid-19, es el nuevo nombre del Coronavirus que va dejando a su paso centenares de muertes y miles de personas contagiadas y extendiendo su dominio en el mundo provocando así la preocupación de la comunidad científica experta y calificada en la materia.
Dentro de todo el panorama globalizado de éste flagelo mundial, los hijos Del Altísimo Dios debemos mantener en todo momento nuestra confianza en el Señor, es hora de aplicar sus promesas con Fe, dice el Señor: “yo quitaré toda enfermedad de en medio de ti.” Éxodo 23:25b RVR1960.
Ningún temor debe constituirse en amenaza para los Hijos del Señor en ese sentido, “Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma.” 3 Juan 1:2 RVR1960.
La Iglesia no debe permanecer pasiva ni temerosa ante el momento presente; es una excelente oportunidad para testificar acerca de sanidad en el Nombre De Jesús, “Vayan y anuncien que el reino de los cielos se ha acercado. Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, limpien de su enfermedad a los leprosos y expulsen a los demonios. Ustedes recibieron gratis este poder; no cobren tampoco por emplearlo.” San Mateo 10:7-8 DHH94I.
Estoy persuadido de que Dios ya ha comenzado mediante Su Poder y Gloria a obrar milagros y sanidades sobrenaturales en la presente coyuntura, dice la Palabra del Señor: “el castigo que sufrió nos trajo la paz, por sus heridas alcanzamos la salud.” Isaías 53:5 DHH94I.
Amén
Dios te continúe bendiciendo. Maranatha.