Por qué nos vienen los tiempos difíciles en nuestras vidas, vivimos tan emproblemados muchas veces y nos desesperamos, como en el caso de David, está pasando por una prueba muy dura y llega el momento de clamar a Dios con desesperación, pero con la confianza en que Él hará. No importa el error que hayamos cometido las Escrituras nos enseña a clamar a Dios.
Ilustración: El caso de David, ¿por qué estaba tan desesperado? Por qué situación estaba pasando David, y por cual situación está pasando usted. Como ejemplo tenemos el pueblo de Dios había pasado 430 años de esclavitud en Egipto y clamaban a Dios para que los libertara; Dios les mandó a un libertador, a Moisés. Dios parece tardar pero siempre nos sacará del problema en su tiempo.
Punto 1. ¿Qué es lo que nos está pasando?
Estamos oprimidos por el enemigo, muchas veces estamos en servidumbre, estamos prisioneros del pecado.
¿Cuando volverá la tranquilidad a nuestros Hogares? ¿Cuando nos volverás el gozo de alabarte con libertad? ¿Hasta cuando Señor dejaremos de ser esclavos de las deudas y del pecado.
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Texto base:
Salmos 6:1 Jehová, no me reprendas en tu enojo, Ni me castigues con tu ira. 2 Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque estoy enfermo; Sáname, oh Jehová, porque mis huesos se estremecen. 3 Mi alma también está muy turbada; Y tú, Jehová, ¿hasta cuándo?
- Estamos enfermos, pero no solo de salud, estamos enfermos del cuerpo y del mal que nos consume. Estamos enfermos de nuestros corazones. No sentimos nada cuando dañamos a nuestro prójimo. Vivimos en esclavitud del pecado.
- Estamos turbados
- Desesperados
- Podemos decir estamos hasta el tope de nuestras fuerzas
Punto 2. ¿Por qué?
- Por no tener a Cristo en nuestros corazones, por no vivir para Él y por Él. (Juan 3:19-21)
- Por rebeldes
- Por no obedecer a Dios
- Por no ser hacedores de su Palabra
- Porque no buscamos el rostro de Dios.
- Porque estamos más interesados en las cosas del mundo.
Pero podemos decir como dice el salmista: Hasta cuando Señor. ¿Es el tiempo de Dios? Como podemos saber que es el tiempo de Dios. Tenemos que hacer algo, tenemos que actuar, algo tenemos que hacer, y ¿qué es lo que tenemos que hacer?
Punto 3. ¿Como hacer para salir?
Orando:
Marcos 11:24: Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá.
13. Filipenses 4:6: Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.
15. Colosenses 4:2: Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias;
Con fe en Jehová como David:
1. Santiago 1:6: Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra.
Hebreos 11:6 Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.
Con confianza.
Salmos 37:4-5 “Deléitate asimismo en Jehová y él te concederá las peticiones de tu corazón. Encomienda a Jehová tu camino y confía en él; y el hará.
Pero sobre todo con un cambio de actitud en nuestras vidas. Tenemos que empezar a actuar, a hacer lo que Dios quiere que hagamos.
Conclusión:
Si queremos cambios en nuestras vidas, lo primero que tenemos que hacer es preguntarle a Dios que es lo que estamos haciendo mal. Debemos de empezar a hacer lo que Dios quiere que hagamos, debemos estar más unidos en vez de estar peleando unos con otros para ver quien puede más. La vida que agrada a Dios es la vida de perdón, la de amor a nuestros semejantes, no importa que tan grande sea el problema o la aflicción, recordemos siempre que tenemos alguien más grande que nuestros problemas.
1 Juan 4:4 “Hijitos, vosotros sois de Dios, y lo habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo.
Como vemos nosotros tenemos el poder de salir adelante pues tenemos a Cristo como nuestro abogado e intercesor ante Dios. Y especialmente somos hijos de un Dios perdonador y lleno de amor.
Si usted ha sentido o cree que este sermón le ha tocado su corazón y quiere recibir a Jesucristo como su Salvador personal, solo tiene que hacer la siguiente oración:
Señor Jesús yo te recibo hoy como mi único y suficiente Salvador personal, creo que eres Dios que moriste en la cruz por mis pecados y que resucitaste al tercer día Me arrepiento, soy pecador. Perdóname Señor. Gracias doy al Padre por enviar al Hijo a morir en mi lugar. Gracias Jesús por salvar mi alma hoy. En Cristo Jesús mi Salvador, Amen.