En la Voz del Tabernáculo no escribimos para complacer al oído, sino para despertar al corazón. Porque hay hombres y mujeres atravesando tormentas reales, situaciones críticas, desiertos emocionales y espirituales. y alguien tiene que anunciar que Jesucristo sigue siendo el ancla firme en medio del viento. Y porque mi llamado no es maquillar la realidad, sino mostrar que aún en la oscuridad, Dios sigue hablando.
Escribimos sobre la lucha, porque sabemos que el enemigo vino a robar, matar y destruir. Pero con más fuerza aún proclamamos que Cristo vino a dar vida en abundancia (Juan 10-10).
No podemos predicar restauración sin reconocer que muchos están rotos.
No podemos hablar de luz sin confrontar las tinieblas.
Jesús nunca ocultó las señales del fin, ni disfrazó el dolor del mundo. Él habló con verdad, porque el amor que advierte, también salva.
Así que si nuestros escritos a veces te estremecen, no es sensacionalismo. Es convicción. Es fuego en los huesos. Es la urgencia del cielo por alcanzar al alma herida. Y si en medio de esa palabra encuentras paz, entonces sabrás que la calma no está en ignorar la tormenta, sino en conocer al Dios que reina sobre ella.
Con respeto, con amor, y con profunda reverencia al llamado que Dios me hizo, desde el altar de esta pequeña voz que clama en medio del ruido.Voz del Tabernáculo un espacio de verdad,intercesión fe y esperanza. «Porque nada hay imposible para Dios. Lucas 1-37-