HEBREOS 12:12-15 Por lo cual, levantad las manos caídas y las rodillas paralizadas; 13 y haced sendas derechas para vuestros pies, para que lo cojo no se salga del camino, sino que sea sanado. 14 Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor. 15 Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados;
En el texto que hemos leído para comenzar encontramos algunos llamados del Señor para sus hijos, es decir, para cada critiano que forma parte de su iglesia.
Entre esos llamados encontramos uno muy importante, ES UN LLAMADO A TENER CUIDADO CON LA AMARGURA. ya que es un estorbo para que la gracia y el favor de Dios se manifiesten sobre nuestra vida.
Verdaderamente HAY VARIAS RAZONES POR LAS CUALES LA AMARGURA ES DESAGRADABLE PARA NUESTRO DIOS y por lo cual no la debemos permitir en nuestra vida.
PRIMERA RAZÓN: Porque la amargura es contraria a los valores cristianos y al carácter de nuestro Dios (2 Corintios 13:11) Por lo demás, hermanos, tened gozo, perfeccionaos, consolaos, sed de un mismo sentir, y vivid en paz; y el Dios de paz y de amor estará con vosotros.
SEGUNDA RAZÓN: Porque nuestro Dios nos ha dado una vida llena de gozo, paz y esperanza por medio de Jesucristo (Juan 10:10) El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
TERCERA RAZÓN: Porque nuestro Dios nos ha dado una nueva oportunidad para dejar atrás todo lo que ha dañado nuestra vida en el pasado (2 Corintios 5:17) De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
CUARTA RAZÓN: Porque nuestro Dios ha cambiado nuestro destino eterno por medio de la salvación que Cristo ha traído a nuestra vida y eso sería motivo suficiente para vivir agradecidos y llenos de gozo (Romanos 8:1) Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.
Es por eso que tenemos que comprender que la amargura en la vida de un cristiano es notable porque en lugar de gozo, paz y armonía lo que hay en sus vidas es: Ira, carácter irritable y siempre a la defensiva, hostilidad, pesimismo, aislamiento, murmuración, crítica destructiva, tristeza y hasta depresión.
Como ya vimos anteriormente hay razones suficientes para no permitir que la amargura eche raíces en nuestro corazón, entonces vale la pena reflexionar y responder una pregunta muy importante: ¿POR QUE HAY CRISTIANOS AMARGADOS? a pesar de todo lo que el Padre Celestial ha hecho en nuestra vida.
I) PORQUE HEMOS TOMADO DECISIONES SIN TOMAR EN CUENTA LA VOLUNTAD DE DIOS.
(PROVERBIOS 14:12) Hay camino que al hombre le parece derecho; Pero su fin es camino de muerte.
Buscar la voluntad de Dios para nuestra vida y obedecerla es garantía de paz y protección, no significa que las cosas serán fáciles o que no tendremos que hacer nada, sino que podemos estar seguros que el Señor estará con nosotros y nos dará su respaldo en todo lo que hagamos.
Pero por el contrario no tomar en cuenta la voluntad de Dios, dejar de lado su camino y dejarnos llevar por las apariencias traerá fracaso, dolor, pérdidas, frustración, etc es decir, en una palabra: AMARGURA a nuestra vida.
Lastimosamente muchos cristianos neciamente o insensatamente toman decisiones sin tomar en cuenta la voluntad de Dios y luego cuando les va mal se enojan contra él (Proverbios 19:3)La insensatez del hombre tuerce su camino, Y luego contra Jehová se irrita su corazón.
II) PORQUE NO QUEREMOS ACEPTAR LA VOLUNTAD O LA SOBERANÍA DE DIOS SOBRE SUS VIDAS
(JOB 9:3-4) Si quisiere contender con él, no le podrá responder a una cosa entre mil. 4 Él es sabio de corazón, y poderoso en fuerzas; ¿Quién se endureció contra él, y le fue bien?.
Pero ¿QUÉ SIGNIFICA NEGARNOS A ACEPTAR LA VOLUNTAD DE DIOS? significa estar enojados y resentidos con el Señor por lo que él ha permitido en nuestra vida, y dejar que nuestras palabras sean de reproche y de murmuración en contra de Dios.
Nos llenamos de amargura CUANDO NO QUEREMOS RECONOCER LA SOBERANÍA DE DIOS SOBRE NUESTRA VIDA, cuando nos resistimos a la voluntad de Dios y luchamos contra las situaciones que Él permite en nuestras vidas. (Job 9:12) He aquí, arrebatará; ¿quién le hará restituir? ¿Quién le dirá: Qué haces?.
LA SOBERANÍA DE DIOS se refiere al hecho de que Dios tiene control absoluto sobre todas las cosas en el universo. Esto implica que Dios es el gobernante supremo y que todo lo que sucede está bajo su autoridad y planificación, POR LO TANTO, DIOS NO PIDE OPINIÓN NI PIDE PERMISO lo único que tenemos que hacer es confiar en su amor y que sus planes siempre son buenos para nuestra vida aunque no los comprendamos.
III) PORQUE SEGUIMOS AFERRADOS AL DOLOR NEGÁNDONOS A PERDONAR
(SALMOS 147:3) Él sana a los quebrantados de corazón, Y venda sus heridas.
Nuestro Dios tiene el poder de sanar TODAS los quebrantos y heridas de nuestro corazón, pero tenemos que comprender que esa sanidad de nuestro Dios viene primeramente por medio del PERDÓN.
Cuando nos negamos a perdonar significa que seguimos aferrados al pasado, que seguimos aferrados al dolor que nos han causado, y es por eso que nuestro corazón se llena de amargura,
Cuando nos negamos a perdonar NO PODEMOS DARLE UN CIERRE EMOCIONAL a esas etapas dolorosas de nuestra vida, y seguimos dia a dia reviviendo el dolor, reviviendo el sufrimiento, y POR ESO NUESTRO CORAZÓN SE VA LLENANDO CADA DIA DE MAS AMARGURA.
Cuando perdonamos soltamos el dolor, soltamos el pasado, y permitimos que nuestro Dios sane las heridas de nuestro corazón y nos haga verdaderamente libres del dolor y de la amargura (Juan 8:36) Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.
CONCLUSIÓN: No podemos permitir que la amargura llene nuestro corazones, pues la amargura contamina a muchos, tenemos que reconocer la amargura en nuestra vida y tener un verdadero arrepentimiento en nuestro corazón para que podamos ser limpios de todo eso que no es agradable a nuestro Dios y que nos roba la paz de nuestra vida (1 Juan 1:9) Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.
