Durante el pasado partido en los Dodgers en Los Ángeles, el lanzador estelar Clayton Kershaw sorprendió a fanáticos y medios al escribir “Gen 9:12-16” en la parte frontal de su gorra, justo debajo del logo del equipo decorado con los colores del arcoíris.
Mientras todos los jugadores portaban el símbolo, Kershaw usó el evento para recordar el verdadero significado bíblico del arcoíris: la promesa de Dios a Noé tras el diluvio.
El pasaje de Génesis 9:12-16, citado por Kershaw, relata cómo Dios estableció el arcoíris como señal de Su pacto eterno con la humanidad, prometiendo nunca más destruir la tierra con un diluvio. “He puesto mi arco en las nubes, y será por señal del pacto entre mí y la tierra”, dice el texto bíblico. La acción del pitcher fue interpretada como una declaración de fe y una invitación a reflexionar sobre el origen y el sentido espiritual del arcoíris.
La reacción en redes sociales fue inmediata. Muchos aplaudieron la valentía de Kershaw por defender públicamente sus convicciones cristianas y por “recordar a todos lo que el arcoíris realmente representa”. Otros, sin embargo, consideraron el gesto como una respuesta sutil a la apropiación del símbolo por parte del movimiento, especialmente durante el mes de su celebración.
No es la primera vez que Kershaw expresa su fe en este contexto. En 2023, criticó abiertamente la decisión de los Dodgers de honrar a un grupo que, según él, se burlaba del cristianismo, y promovió el regreso del “Christian Faith and Family Day” en el estadio. Kershaw ha reiterado que su postura no es contra la comunidad, sino en defensa del respeto por todas las creencias.
El club no ha emitido comentarios oficiales sobre el mensaje en la gorra de Kershaw, pero la acción ha reavivado el debate sobre la libertad de expresión religiosa y la convivencia de distintas visiones en el deporte profesional. El gesto del lanzador demuestra que la fe puede ser testimoniada de manera respetuosa y firme, incluso en ambientes de presión social y cultural.
La Biblia enseña que los símbolos tienen un significado profundo y que los creyentes están llamados a recordar y proclamar las promesas de Dios, aun cuando la cultura intenta redefinirlos. El ejemplo de Kershaw inspira a vivir la fe con integridad y a no avergonzarse del Evangelio, confiando en que la verdad de Dios trasciende modas y controversias.
En un mundo donde los símbolos se resignifican constantemente, la acción de Kershaw invita a reflexionar sobre el valor de las raíces bíblicas y la importancia de mantener viva la memoria espiritual en la vida pública.
