Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre, para que se arrepienta. ¿Lo ha dicho El, y no lo hará?, ¿ha hablado, y no lo cumplirá? Números 23:19
Muchos de ustedes están a punto de darse por vencidos porque han estado creyéndole a Dios por algo específico por mucho tiempo y no han visto que se manifieste aún en lo natural. El Señor me dio esta analogía de dos árboles. Dos semillas fueron plantadas en el mismo tiempo, de dos árboles diferentes. La primera semilla fue de un árbol de flor de cerezo y el otro era una semilla de un árbol de secoya. Ambos recibieron el mismo cuidado, ambos recibieron la misma cantidad de luz del sol y agua. El árbol de flor de cerezo creció rápidamente y floreció hermosamente con brillantes flores de color rosa y hojas verdes brillantes. Pero, la semilla del árbol de secoya parecía que le tomaría mucho más tiempo para surgir.
Conforme el tiempo pasó el árbol de flor de cerezo continúo creciendo y prosperando, pero al árbol de secoya se le veía como si nunca fuera a ningún lugar. Luego de algún tiempo un pequeño brote comenzó a salir de la tierra y el árbol de secoya comenzó a crecer a una altura extrema elevándose sobre el árbol de flor de cerezo. La razón por la cual al árbol de secoya le tomó más tiempo crecer era porque este necesitaba que sus raíces fueran fuertes y profundas en la tierra para soportar su enorme tamaño. Ninguno de los dos árboles era insignificante, porque cumplieron su propósito, y aun cuando el árbol de flor de cerezo era hermoso a la vista, el árbol de secoya llegó a ser el más alto y más fuerte árbol en el mundo.
El Señor dice:
No te rindas en tu visión. Lo que Yo comencé en ti lo voy a completar. Las semillas que Yo planté dentro de ti con toda seguridad madurarán y se convertirán en todo lo que Yo te he llamado a ser. No permitas que el desánimo por el retraso te saque fuera del curso en el que una vez estuviste. Yo voy a completar todo lo que te he llamado a hacer. No desprecies el día de los pequeños comienzos y no te compares con otros. Cada uno es importante a Mi vista y cada uno ha sido diseñado de manera única con un propósito divino y particular.
No trates de imitar a alguien más, sino se libre para ser la persona que Yo te he llamado a ser. He hecho un pacto contigo y Yo voy a mantener Mi palabra. Continúa luchando por todo lo que Yo tengo para ti. No te canses de caminar en este viaje y no pierdas tu visión. No pierdas de vista tu propósito y para lo que fuiste creado(a). No mires hacia atrás o te desviarás del rumbo hacia dónde vas. Tus errores del pasado no cancelarán Mis planes para tu futuro mientras continúes avanzando. Sigue en paz y no te disgustes cuando haya desvíos o retrasos. El retraso no es una negación. Regocíjate en Mi y no desprecies el lugar donde te encuentras ahora porque tus mejores días están por venir conforme sigues en el camino estrecho que he trazado para ti. Dice el Señor. (Elaine Tavolacci)
Marcos 4:26-29 Jesús dijo también: «El reino de Dios es como cuando un hombre arroja semilla sobre la tierra: ya sea que él duerma o esté despierto, de día y de noche la semilla brota y crece, sin que él sepa cómo. Y es que la tierra da fruto por sí misma: primero sale una hierba, luego la espiga, y después el grano se llena en la espiga; y cuando el grano madura, enseguida se mete la hoz, porque ya es tiempo de cosechar.»
Santiago 5:7-8 Pero ustedes, hermanos, tengan paciencia hasta la venida del Señor. Fíjense en el labrador, cómo espera el preciado fruto de la tierra, y cómo aguarda con paciencia a que lleguen las lluvias tempranas y tardías. También ustedes, tengan paciencia y manténganse firmes, que ya está cerca la venida del Señor.
Con amor y oraciones,