El pasado 16 de este mes de agosto se cumplió y se celebró el aniversario de la Restauración de la República Dominicana. Y apropósito de restauración veremos cómo los libros de Esdras y Nehemías en la biblia; ponen de manifiesto y al relieve el verdadero concepto y significado de dos palabras que introdujeron un periodo totalmente nuevo en la historia del pueblo de Israel, en la iglesia y en cada hombre o mujer que como siervo a decidido servir a Cristo.
Estas dos palabras son «acción y restauración’’. Acción: Es actividad o movimiento, es pasar de lo pasivo a lo activo, es pasar de un lugar a otro, de un estado a otro. Restauración: Es la acción de volver a poner una cosa en el estado que antes estuvo, es reparación, es renovación y restablecimiento.
Los protagonistas de estos dos libros que a su vez llevan sus nombres fueron llamados para una acción restauradora y purificadora, fueron llamados para traer renuevo espiritual, concepto verdadero de devoción y fe a un pueblo que vagaba desesperado, errante y desorientado; ignorantes de sus verdadero estado de culto y además padeciendo amnesia espiritualmente.
Estos dos hombres fueron llamados para traer de nuevo a Israel la confianza en el Dios que lo había guiado siempre y que en la antigüedad había pactado con ellos, además fueron llamados para librarlo de el padecimiento, la desolación, el abandono y el continuo despojo al cual habían sido sometido por años y para detener de una vez y para siempre la transculturación y la pérdida total de su identidad la cual Dios tomo desde su nacimiento como reloj, brújula y espejo para el mundo y las naciones.
En mateo 21 Jesús dijo: «De la higuera aprendan la analogía’’ La palabra analogía viene del griego (analoyias). Ana= comparación o reiteración, Loyia= Razón, relación y característica o razonamiento semejante.
Todos sabemos que la higuera es Israel y que los acontecimiento históricos de este pueblo hacen un señalamiento profético para este tiempo aunque dado el cumplimiento solo pueda encontrarse tan solo una similitud.
Podemos ver que Después de la restauración del templo por manos de Esdras algunos judíos de lo que habían regresado del exilio en babilonia y se instauraron de nuevo en la cuidad de Jerusalén de repente emigraron y se dispersaron a otras pequeñas vecinas aldeas y habitad en otras nacionalidades dejando atrás sus raíces, cultura, lengua, fe y religión en un hecho que traducido a este tiempo fue sin lugar a duda una parcial expresión de apostasía. La palabra apostasía tiene su origen en los términos griegos: (apo) y (estasis) que vienen a significar (colocarse) y (fuera dé).
La reconstrucción del tercer templo de salomón en Jerusalén es casi un hecho en este futuro inmediato, dicha reconstrucción esta al doblar de la esquina porque todos sus utensilios y demás preparativos están listos y ya en la mesa se está discutiendo el inicio de su reconstrucción.
Y buscando la similitud de lo acontecido en este hecho vemos que este traerá además al pueblo de Dios «un reencuentro con el rollo de la ley’’ el cual traducimos como un avivamiento de la palabra «la biblia’’ la cual será leída y oída con gran interés y que en esta ocasión será dura como piedra en su reedificación y revelación fresca tanto que producirá llantos.
Y que cuando se manifieste el anticristo «el inicuo’’, «el hombre de pecado’’ se manifestara también junto o durante su ejecutoria la abjuración o abandono de la fe de algunos cristianos «la apostasía’’ porque los judíos apostataron (abandonaron la ciudad) después de la reconstrucción y el reencuentro y avivamiento de la ley a raíz de haberse encontrado de repente en una ciudad «aparentemente desprotegida, desolada en ruina y desbastada por los ladrones y saqueadores y misericordia de ese tiempo y para colmo sin puertas y sin murallas…
Un señalamiento profético para este tiempo establece que «algunos’’ apostataran refiriéndose a hombres y mujeres que en el periodo de la gracia abandonaran la fe en nuestro señor Jesucristo cristianos que lo negaran.
¿Y porque estos lo harán?
Dice la palabra que será porque escucharan espíritus engañadores y a doctrinas de demonios.
Y aquellos caerán precisamente porque no tendrán una consiente relación con Dios y un verdadero fundamento en el conocimiento de la palabra y evidentemente no tendrán fe genuina ni el Espíritu que le guíe. Pero Gracias, gloria y honra a Dios porque aquellos solo serán ‘’algunos’’.
Por lo tanto! es hora para el pueblo santo de Dios de este tiempo; de accionar y restaurar, es hora de que no levantemos como nuestros propios Esdras y Nehemías para que nunca salgamos del redil que para salvación se nos ha pedido que EL nos mantengamos en nuestro señor Jesucristo.
Reconstruyamos nuestro templo…
Reencontrémonos con el rollo (la biblia) y procuremos leer en ella lo que para reedificarnos nos confronte…
Reparemos nuestras puertas para que tengamos control y cuidado de lo que por nosotros sale y en nosotros entra…
Y sobre todo levantemos nuestras murallas para que el enemigo no pueda penetrar en nosotros
«Si Jehová no edifica la casa en vano trabaja los que la edifican. Si Jehová no guardare la ciudad en vano vela la guardia. ’’ (Salmo 127; 1-2)
Por: Mariano Bido