Mientras me sentaba a redactar este artículo, me llegaron diversos pensamientos o ideas, que desarrollaré brevemente con ustedes:
- Mientras en Puerto Rico hay oleadas de personas en supermercados comprando todo lo básico, incluyendo botellones de agua, nosotros, que estamos en ruta de impacto directo, estamos indiferentes. No sé si se deba a ignorancia o a fe de que no nos va a impactar.
- Siendo nuestro país tan pobre, no entiendo cómo tenemos elecciones tan caras, una campaña tan larga y tantas cabezas (tantos aspirantes). Entiendo que “el carguito” sea la Presidencia, el Congreso o a nivel municipal son redituables, pero no podemos darnos el gusto de tener un Estado tan caro.
- En 175 años no hemos logrado alfabetizar a toda la población ni crear fuentes de trabajo. Al revés, hemos involucionado, creando una casta de analfabetos funcionales que son heroes populares, y el buhonero es el representante de un alto porcentaje de personas en economía informal.
- Nuestro país sólo tiene, mal contado, 10 millones de personas, y tiene el tercer mayor porcentaje de consumo excesivo de alcohol de toda América, por encima de países que tienen 3 o 4 veces nuestra población. Nosotros creemos que el mejor psicólogo es una botella de ron, y eso es una receta al desastre.
- Cada día surgen nuevos escándalos de todo tipo. No sé si eso se debe a la falta de controles, a la ambición de dinero o poder o los antivalores sociales, o por la suma de todo lo anterior.
- Se nota la agresividad en la sociedad. En semáforos, bancos, negocios, las personas se agreden de manera gratuitas y , en algunos casos, eso llega a lo físico. Eso es por frustración, por falta de oportunidades o por falta de inteligencia emocional?.
- Cada día veo más personas que usan la religión como escalera para trepar socialmente. Yo me pregunto si es que la conciencia se pierde o no tienen miedo al juicio final.
Estas y muchas otras cosas me pasaron por la cabeza, mientras esperaba la llegada de Dorian. Espero que cuando les vuelva a escribir, no hayan sufrido ningún tipo de daño.
Fuente:
Doctor Néstor Saviñón
