Si sabemos cuán pecadores somos sabremos cuán agradecidos debemos ser.
El estar en el fango hasta el cuello y a veces hasta la cabeza, casi ahogándonos, y que Dios intervenga de una manera especial usando a alguien para sacarnos de ese lugar de muerte, entonces es allí donde reconocemos que debemos vivir agradecidos con aquella persona que nos sacó de ese sitio de muerte, y no habría lugar para dudar de alguien que lo que quiere es lo mejor para mí.
Pues si después de sacarme del fango y me dice: mira, esto es lo que tengo preparado para ti, como podría mi corazón traicionar a alguien que no solo me saca del fango, sino que aparte de eso me dice: ¿sabe algo?, tengo algo especial para ti, y esto no es de ti, esto es algo que viene de mi, para poder darte algo especial, pero lo tienes si en verdad lo crees y crees en mi.
Jesús es exactamente igual, nos ha sido dado para que podamos confiar en que Él ya lo hizo todo por nosotros, solo debemos creer sus palabras y entregarnos a Él por completo, y ya una vez estando en Él, nos dice que nada nos puede arrebatar de Su mano, y que todo lo que Él tiene preparado no se gana con buenas obras o siendo buena persona, pues eso no es suficiente. Lo único que toca su corazón es que tengamos dentro de nosotros a su hijo Jesucristo, y creer completamente en que Él ya pagó con su sangre preciosa toda la deuda.
Ya no tienes porque ponerte a lavar platos o hacer algo para tu también en el pago de la cuenta, ahora Él solo te pide que le sigas y te alejes aún más del lugar de la deuda y prosigamos adelante a las cosas que Él nos tiene preparadas, las cosas grandes y maravillosas, que hay por delante.
Pero cuando regresas al sitio donde ya la deuda se pagó, y tú te pones de nuevo a lavar platos para ayudar a pagar dicha deuda, entonces es porque no has creído fielmente en que Él ya hizo el pago, y por ello tendrás que estar atado a un trabajo forzado que no hay necesidad de hacer, y por ello dejarás de contemplar su gloria que Él te quiere mostrar día a día, mientras Él quiere llevarte a niveles más altos de gloria, tú aún sigues lavando los platos para dís que ayudar a pagar la deuda hace tiempo pagada.
Muchas personas viven en la incredulidad de su mente, pero en la satisfacción que al hacer algo lo hacen en el nombre de Jesús, y Él aborrece tales acciones que no comienzan con una entrega total, ya que esa entrega total garantiza que no estarás tratando de pagar algo que ya has creído que se pagó por completo.
Ahora solo debes seguirlo al lugar que Él te tiene señalado para seguir esparciendo su Gloria, y verás que solo por agradecimiento a ese pago que Él ya hizo lo seguirás fielmente más que aquellos que aún no han creído totalmente, y que aún están lavando los platos para ayudar a pagar la deuda ya pagada.
“…porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados…” Hebreos 10:14
“…a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos…” Hebreos 12:23
